El Vaticano no quiere que se involucre al papa Francisco en la designación del embajador argentino

"Se trata de algo totalmente inaceptable. El Papa nunca eligió al embajador de ningún país", señalan desde la Santa Sede

ROMA.- El Vaticano quiere que el gobierno argentino proponga solo un candidato para ser el próximo embajador ante la Santa Sede, no una terna y no quiere que se lo involucre al Papa en la elección.

Así pudo saber LA NACIÓN de altas fuentes del Vaticano, que no ocultaron su perplejidad ante la confusión que se creó en torno a la postulación -al momento congelada- de Luis Eugenio Bellando como nuevo embajador argentino ante la Santa Sede. Un tema que, según el Gobierno hizo trascender, el presidente Alberto Fernández tiene pensado definir en la audiencia que tendrá con Francisco el 31 de enero, cuando directamente le planteará una terna de candidatos.

"Se trata de algo totalmente inaceptable. El Papa nunca eligió al embajador de ningún país y menos al del suyo", dijo una fuente de la Secretaría de Estado. "La praxis es muy clara para los 183 países que tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: es el gobierno del país quien debe proponer un candidato a embajador acreditado ante la Santa Sede", agregó la fuente, que admitió que, en este caso, lo único que hizo saber el Vaticano es que esperaba para dicho puesto a un embajador de carrera, con experiencia diplomática.

La misma fuente aseguró que el Vaticano jamás rechazó la candidatura de Bellando debido a un divorcio, como dijeron algunas versiones de prensa argentinas. Hijo de un conocido periodista de LA NACIÓN, Ovidio Bellando, Bellando hijo, actualmente embajador en Angola, de 61 años, tuvo un divorcio luego de haberse casado por civil. Pero se encuentra hoy regularmente casado -por civil e Iglesia- con una mujer boliviana y es católico practicante, según pudo saber LA NACIÓN. Por eso el tema del matrimonio no es ningún problema.

"Nunca se llegó a examinar al canididato propuesto por la Argentina"

"Nunca se llegó a examinar al candidato en principio propuesto por la Argentina porque su postulación fue retirada por el gobierno argentino", también aseguraron en el Vaticano. "El problema está allá, no acá", dijeron. Y no mencionaron siquiera otro hecho que supuestamente habría pesado en la decisión de retirar su postulación, también mencionado por la prensa argentina, es decir, un sumario administrativo que le abrió el excanciller Jorge Taiana durante su paso por Brasil, donde fue cónsul en Río de Janeiro entre 2006 y 2008.

"Normalmente, luego de un primer intercambio y de un posterior análisis, si el candidato es de agrado de la Santa Sede, recibe el plácet", explicó un alto prelado, que lamentó el revuelo que se generó la semana pasada con el supuesto rechazo del Vaticano a la candidatura de Bellando, "algo que es totalmente falso porque no sucedió", insistió.

No es la primera vez que, en torno a temas delicados como éste, hay desinteligencias entre la Argentina y el Vaticano, que de todos modos mantienen óptimas relaciones. En tiempos anteriores al papa argentino, en 2008, cuando Benedicto era papa y durante el mandato de Cristina Kirchner, el Vaticano no le otorgó el plácet a Alberto Iribarne. Entonces, como es praxis en situaciones en las que no aceptan a un candidato, el Vaticano no respondió durante semanas a un pedido, sin explicar el motivo. Y el Gobierno entendió que la falta de respuesta tenía que ver con que Iribarne se había divorciado después de un matrimonio por Iglesia, algo que lo hizo desistir de la designación.

Algo similar sucedió en 2016 con la postulación de Tomás Ferrari, actual embajador argentino ante Italia, cuyo problema para el Vaticano fue el de no estar casado por Iglesia, sino sólo por civil, con su mujer vietnamita, con la que tiene dos hijas grandes. El 13 de enero del año pasado Ferrari se casó por Iglesia en la Basílica de Sant'Aurea de Ostia Antica, en las afueras de Roma, ocasión en la que hasta recibió una bendición apostólica especial de parte del papa Francisco.