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Varados en Chile. La situación límite de los argentinos que aún no regresaron

La crisis de los varados argentinos alrededor del mundo, que empezó a la par que el aislamiento social obligatorio en la Argentina, no llegó a su fin. Si bien la Cancillería asegura que "no hay más varados", la realidad es que solo hay que ir a Chile para encontrar casi 1000 argentinos y chilenos con residencia permanente en la argentina que desean volver y no pueden.

Luego de 140 días lejos de sus hogares, la situación económica y sanitaria de muchos es calamitosa. De hecho, el 15 de julio murió Luis Pérez Ramírez, de 63 años, que había viajado con su hermana, Inés, de 59, a visitar a un familiar. Ella pudo regresar el 23 de ese mes a la Argentina cargando las cenizas de su hermano que falleció de un infarto.

El miércoles pasado, el Gobierno dio por concluida esta crisis. Desde el 20 de marzo regresaron al país más de 204.500 personas y el Estado invirtió aproximadamente 3 millones de dólares en los vuelos de emergencia. Hasta ahora hubo más de 230 vuelos especiales, 112 hacia 16 países y 118 domésticos.

La Argentina considera como varados a los que viajaron por turismo. "De los que se fueron con pasaje de ida y vuelta por turismo ya no queda nadie por repatriar. La realidad es que los que están en Chile se pueden tomar una avión desde Santiago de Chile. También está el paso abierto a través de Mendoza. Pero luego el transporte interno hacia otras provincias, o que otras provincias limítrofes abran sus fronteras, eso ya no es decisión nuestra", indican desde la Cancillería argentina a LA NACION.

En Chile aún quedan turistas y personas que viajaron por motivos personales o por trabajo, que, en muchos casos, son gente de bajos recursos que vive en alguna provincia limítrofe al país trasandino.

Tal es el caso de Brian Maza, de 26 años. Él es de Catamarca y estuvo casi todo el mes de abril en situación de calle hasta que una persona lo hospedó en su casa.

"Llegué el 12 de marzo y no tenía pasaje de vuelta, pensaba quedarme unos meses. Tenía unos conocidos que me propusieron venir a hacer algunos trabajos, yo soy albañil. Pagué un mes la pensión, pero como nunca pude trabajar quedé en situación de calle", relata Maza.

Agrega que ayer a la mañana el consulado argentino en Santiago de Chile, donde él se encuentra, le envío la posibilidad de comprar un pasaje en un vuelo comercial por 270 dólares. "¿Pero sin trabajo cómo lo voy a comprar? Mi madre es desempleada y mi padre trabaja en una fábrica. Decían que iba a haber un bus hasta Mendoza, pero después tampoco hay manera de llegar hasta Catamarca".

Alejandro Piñeiro Aramburu, es el cónsul argentino en Concepción, Chile. A su cargo tiene 610 varados. Poco más de 200 son argentinos nativos y el resto son chilenos con residencia permanente. LA NACION también intentó comunicarse con el consulado argentino en Santiago de Chile, donde hay cerca de 280 varados, pero aún no recibió respuesta.

"La situación es muy difícil, hay personas en un estado delicado de salud, gente sin dinero. Nosotros trabajamos día y noche, sin horarios con todo nuestro equipo, pero si las provincias no abren sus fronteras, no se puede hacer demasiado", dice Piñeiro Aramburu.