“Son muy valorados”: por qué en Georgetown quieren que más jóvenes argentinos estudien en esa universidad

María Cancian, decana de la Escuela McCourt de Políticas Públicas de Georgetown, durante su visita a Buenos Aires
María Cancian, decana de la Escuela McCourt de Políticas Públicas de Georgetown, durante su visita a Buenos Aires

“Esperamos que más argentinos se unan a nosotros”, asegura María Cancian, la decana de la Escuela McCourt de Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown, que el mes pasado visitó la Argentina justamente con ese objetivo: promocionar la universidad entre los argentinos y buscar la manera de que, mediante becas y programas especiales, la diferencia en el tipo de cambio y la inflación no sean un impedimento para que los jóvenes argentinos con vocación de formarse en ciencias políticas, en gestión, en políticas públicas, puedan lograr una vacante en la prestigiosa universidad norteamericana que se levanta muy cerca del Capitolio, en Washington, y que se destaca como la cuna de una nueva generación de líderes.

“Tenemos mucho que aprender de la experiencia de los estudiantes argentinos —dice—. Los argentinos son muy buscados porque agregan valor, tienen talento, están bien capacitados y tienen las habilidades que se requieren para ocupar esas posiciones, ya sea en el sector público, en el privado o en organizaciones sin fines de lucro”.

Cancian llegó al país invitada por la Red de Antiguos Alumnos de América Latina (LAAN) de Georgetown, entre los que figuran el exministro de Seguridad porteño, Diego Gorgal y el director de la Fundación Varkey Argentina, Agustín Porres, entre otros. Como académica, se ocupa de temas como política familiar, bienestar y cambio social. Fue funcionaria durante la administración Obama: primero asesora de la Secretaría de Salud y Servicios Humanos y después, subsecretaria de Políticas para Niños y Familias.

Durante su visita, Cancian mantuvo reuniones con figuras del Gobierno nacional y representantes de la oposición y asegura que desde la universidad se está trabajando en un programa de becas especiales, impulsadas para que los argentinos estudien allí.

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—¿La universidad de Georgetown está interesada en atraer estudiantes argentinos? ¿Por qué?

—Absolutamente. Georgetown y la Escuela McCourt de Políticas Públicas quisieran reclutar más estudiantes de la Argentina, así como de otros países del mundo. Tener alumnos con diversidad de backgrouds y experiencias enriquece las perspectivas y fortalece el ambiente de aprendizaje en nuestras aulas; tenemos mucho que aprender de la experiencia de los estudiantes argentinos, y también, mucho para compartir con ellos.

—¿Cuántos argentinos estudian hoy en Georgetown? ¿Qué carreras eligen?

—Georgetown tiene una nutrida comunidad latinoamericana, que incluye alrededor de 150 estudiantes de la Argentina, en distintas áreas. Tenemos una red de exalumnos muy sólida y comprometida en la región. Y justamente, la red latinoamericana, la lidera unex alumno de McCourt que es argentino: Agustín Porres.

—¿Cuál es el potencial que ven en los argentinos?

—Nosotros, no solo somos una universidad líder, sino que también tenemos un fuerte compromiso con América Latina. Nuestra facultad está estudiando los problemas críticos que enfrenta la región y tenemos una serie de programas relacionados con ese abordaje, nucleados en el Instituto de las Américas de Georgetown, desde donde se realizan trabajos de investigación que resultan muy relevantes para la realidad de América Latina. Por ejemplo, el grupo de estudiantes latinoamericanos de la Escuela McCourt, que conforman la Asociación de Políticas de América Latina es muy activo y recientemente organizó una conversación a nivel región sobre jubilaciones y seguridad social.

—Hoy, la mayoría de los argentinos que trabajan en el exterior, ya sea fuera del país o desde la Argentina, tiene una base tecnológica y un costo de vida bajo, que los vuelve muy competitivos. ¿Podría esto cambiar? ¿Cómo?

—Entiendo que los argentinos hoy pueden tener una ventaja competitiva adicional en los mercados actuales debido al menor costo de la mano de obra en es su país. Pero, a la larga, los argentinos serán competitivos y muy buscados porque agregan valor, porque tienen talento, porque están bien capacitados y tienen las habilidades que se requieren para ocupar esas posiciones, ya sea en el sector público, en el privado o en organizaciones sin fines de lucro.

María Cancian recorrió la villa 31 junto a funcionarios del Ministerio de Educación porteño
María Cancian recorrió la villa 31 junto a funcionarios del Ministerio de Educación porteño

—Por la crisis económica, para los argentinos es bastante difícil estudiar en el exterior, o enviar a sus hijos ¿Por qué sería un buen momento para que un estudiante argentino vaya a Georgetown?

—La educación es una inversión clave y una buena inversión en particular en tiempos de incertidumbre económica. Sobre todo, es importante invertir en la formación de los líderes del mañana. Georgetown [situada en Washington DC, sede del gobierno de los Estados Unidos y de organizaciones multilaterales clave] brinda una oportunidad excepcional para interactuar con una comunidad global dinámica de estudiantes, profesores, líderes en políticas públicas, la sociedad civil y el sector privado. Nuestros programas [tienen una maestría en Políticas Públicas, en Ciencia de Datos para Políticas Públicas, en Políticas de Desarrollo Internacional y una maestría en Gestión de Políticas] representan oportunidades excepcionales. Como institución jesuita, estamos comprometidos con el bien común y la formación de líderes mundiales. Esperamos que más estudiantes argentinos se unan a nosotros.

—En el país viene creciendo el número de jóvenes profesionales que deciden emigrar y empezar de nuevo porque sienten que en la Argentina no hay oportunidades para ellos. ¿Cómo evalúa esa situación?

—Nuestra misión es dar a nuestros estudiantes las herramientas que necesitan para hacer una diferencia en el mundo; muchos de nuestros estudiantes llevan lo que han aprendido en Georgetown y McCourt a su ciudad natal, estado o país. Entendemos que la universidad, especialmente un programa de posgrado como el de la Escuela McCourt, es una gran inversión. Aspiramos a que nuestra Escuela Superior de Políticas Públicas sea más inclusiva, y reconocemos que eso requiere que reduzcamos las barreras económicas.

—¿Están evaluando tarifas o becas especiales para argentinos?

—Estamos trabajando intensamente para desarrollar oportunidades adicionales de becas. En parte, mi viaje a la Argentina tuvo la misión de generar vínculos con líderes locales para desarrollar apoyo para que los argentinos vengan a McCourt. Estamos trabajando con nuestros exalumnos, también queremos que se corra la voz para que más jóvenes, futuros líderes, se enteren de que existe la posibilidad real de estudiar en Georgetown y que eso les cambiará la vida. Estamos trabajando para que esa posibilidad sea accesible para más argentinos.

Cambios familiares

Como investigadora y como funcionaria, Cancian ha dedicado su vida a estudiar las nuevas dinámicas familiares. En algunos de sus trabajos, suele decir que el cambio familiar crea nuevos desafíos y oportunidades para las políticas públicas.

—¿En qué medida la pandemia resultó un desafío al visibilizar muchos de los conflictos que ocurrían puertas adentro?

—La pandemia creó nuevos desafíos e hizo más visibles los desafíos de larga data. Fundamentalmente, pocos contextos se adaptaron a la realidad de que la mayoría de los padres también son trabajadores que necesitan equilibrar el cuidado de sus hijos (ya sea un cuidado intensivo en el caso de los bebes, o la atención y acompañamiento que requieren los adolescentes) con las demandas del mercado. Si como sociedad reconocemos que los niños son esenciales para nuestro futuro, como futuros trabajadores, cuidadores y votantes, necesitamos realizar mayores esfuerzos colectivos para apoyar a los padres. Desde contemplar en el ámbito laboral el cuidado de los niños, adoptar y promover políticas laborales favorables a la familia y contemplar beneficios como un subsidio universal por hijo, algo que todavía no tenemos en los EE. UU., pero sí existe en la Argentina. Este es un gran ejemplo de cómo entre países podemos enriquecernos mutuamente de nuestras experiencias. Como dije, tenemos mucho que aprender de la experiencia de los estudiantes argentinos, y mucho que compartir.

—En uno de sus trabajos de investigación asegura que hoy la mitad de los niños viven en hogares con solo uno de sus padres. ¿Qué implicancias tiene y tendrá esta situación?

—En los EE. UU., la mayoría de los niños pasarán al menos parte de su infancia viviendo separados de uno de sus padres. Si bien las tasas de divorcio y nacimientos fuera del matrimonio son más bajas en Argentina que en los EE. UU., la proporción de madres solteras está creciendo. Esto requiere que examinemos las políticas, desde la manutención de los hijos hasta el apoyo a los ingresos, la educación y la vivienda, para garantizar que las políticas públicas reduzcan, en lugar de ampliar, los desafíos que los niños pueden enfrentar cuando no viven con ambos padres.