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Valonia no cederá respecto al CETA, dice el presidente de su Parlamento

BRUSELAS (Reuters) - La región francófona de Valonia no cederá ante el ultimátum que Bruselas ha lanzado en relación con el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá, insistió el presidente del Parlamento valón este lunes. Los 28 Estados miembros de la UE apoyan el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA, por sus siglas en inglés), Bélgica incluida, pero esta última solo puede firmarlo una vez haya recibido el consentimiento de cinco autoridades subfederales, a lo cual Valonia se resiste con firmeza. El club comunitario ha dado de plazo a Bélgica hasta el final del lunes para superar esta oposición o de lo contrario se cancelará la cumbre entre la UE y Canadá que debería celebrarse este jueves para firmar el acuerdo con el presidente canadiense, Justin Trudeau. El presidente de Parlamento de Valonia y miembro del Partido Socialista, André Antoine, dijo que no era posible que la región diese su consentimiento el lunes. "Hay una enorme mezcla de textos. Esto no es Derecho internacional serio (...) En segundo lugar, los ultimátum y las amenazas no forman parte de la democracia. Queremos un acuerdo, queremos un tratado, pero queremos negociarlo con un mínimo de cortesía y respeto", declaró. "Un retraso razonable sería hasta finales de este año. Con esto, podríamos llegar a ese punto", indicó, a lo cual añadió que seguiría habiendo vuelos entre Bruselas y Canadá en el futuro. El primer ministro belga, Charles Michel, ha pedido una reunión con los gobiernos federales y subfederales, incluido el de Valonia, a las 1300 CET (1100 GMT) para encontrar una salida a esta crisis. Los defensores del CETA argumentan que incrementará el comercio entre los socios en un 20 por ciento y que estimulará la economía del bloque comunitario en 12.000 millones de euros al año, mientras que el impulso a la economía canadiense será de 12.000 millones de dólares canadienses al año (unos 9 millones de dólares estadounidenses). Los valones están preocupados por la amenaza de las importaciones de cerdo y ternera desde Canadá, así como por un sistema judicial independiente que arbitrará las disputas entre Estados e inversores, algo que los críticos creen que permitirá a las multinacionales dictar las políticas públicas. Muchos líderes de la UE sospechan que el gobierno regional de Namur, capital de Valonia, está aprovechando estas competencias otorgadas para presionar en términos de política doméstica. El periódico neerlandófono De Morgen, de la región flamenca, informó este lunes que la posición del ministro presidente valón, Paul Magnette, era tanto una cuestión de principios como de oportunismo, una oportunidad de convertirse en el líder del centroizquierda en Bélgica. El asunto va más allá del acuerdo comercial con Canadá, el duodécimo socio comercial de la UE. Si el CETA fracasa, las expectativas de Bruselas de completar un tratado comercial con Estados Unidos o Japón se vendrán abajo, socavando un bloque golpeado por la decisión británica de abandonar la UE y las disputas en torno a la crisis migratoria en Europa.