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Valentina Shevchenko, la bestia de las MMA que le rompió algunos huesos a Halle Berry en su nueva película

HOLLYWOOD, CALIFORNIA - NOVEMBER 13: Halle Berry (L) and Valentina Shevchenko attend the 2021 AFI Fest Official Screening of Netflix's "Bruised" at TCL Chinese Theatre on November 13, 2021 in Hollywood, California. (Photo by Presley Ann/Getty Images for Netflix)

“¿Quién diría que no si te llama Halle Berry? No es una pregunta”. La campeona del peso mosca de la UFC Valentina Shevchenko (Kirguistán, 1988) ha hecho sus primeros pinitos en el mundo del cine con un papel de peso en Bruised (traducida como Herida en España). Bajo la dirección de Halle Berry y como compañera de rodaje de la oscarizada actriz, una de las luchadoras más dominantes llevó a la pantalla la realidad de las artes marciales mixtas (MMA). Berry se dejó guiar por Shevchenko, quien además tiene el título de dirección cinematográfica, entrenó con ella y conoció de primera mano en qué consiste un corte de peso. El resultado: una película que ya aparece en los primeros puestos de Netflix, muchos moratones y algún que otro hueso roto.

“Su idea principal para las escenas de lucha era que tenían que ser reales. Una pelea lo más real posible”, cuenta la campeona de la UFC en una entrevista promocional de la película. “A veces, cuando entrenábamos, me decía, ‘Valentina, tienes que pegarme más fuerte’, y yo la respondía, ‘Halle, no estoy segura’. Ella insistía, ‘tienes que pegarme, tengo que sentirlo’, así que le dije que haría lo que pudiera”.

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Quizás la idea de dejarte pegar por una auténtica bestia cuando se enfunda las guantillas no era la mejor ocurrencia posible. Su récord de 22-3 habla por sí mismo, pero la contundencia con la que derrota a sus rivales lo dice absolutamente todo. Tanto que Berry confesó que hubo que parar la grabación de la película en un par de ocasiones por culpa de las lesiones. “Me quebré algunos huesos. Cuando no utilizas dobles estás propensa a lesionarte”, reconoció la actriz. “Estaba peleando contra una auténtica campeona del peso mosca de la UFC, Valentina Shevchenko, y me tenía que dar golpes de verdad. Yo tenía que encajarlos y alguno me rompió algún hueso”. Hasta cierto punto es algo normal, teniendo en cuenta con quién compartía jaula.

Shevchenko nació en Kirguistán, de padres ucranianos, y creció considerándose rusa y contando con la doble nacionalidad peruana. Un mejunje de culturas a través del cual ha dado forma a una personalidad de lo más fuerte y abierta al mismo tiempo. Se inició en las artes marciales a los cinco años, cuando sus padres la apuntaron en una escuela de taekwondo. A los 12 ya practicaba muay thai y vale tudo y a los 15 años debutó en el mundo de las MMA. A partir de ahí su camino hacia el estrellato fue imparable y su aterrizaje en la UFC en 2015 llegó de forma natural e inevitable. En 13 peleas en la promotora más importante del mundo sólo ha perdido dos veces, encontrándose actualmente en una racha ganadora de ocho combates y cinco defensas del título al hilo.

Su estilo despiadado dentro de la jaula da auténtico miedo desde fuera de ella. Patadas, puñetazos, codazos, sumisiones. Un repertorio infinito, a la par que demoledor. Desde que sumó su segunda derrota ante la también imponente Amanda Nunes (ambas derrotas por decisión de los jueces), Valentina Shevchenko se ha encargado de disipar cualquier tipo de duda que hubiese sobre ella. La tomó poco más de cinco minutos someter a Priscila Cachoeira mediante un mataleón de manual y puso sobre el tapiz una muestra de superioridad absoluta tras otra después de conseguir el cinturón de campeona del peso mosca ante Joanna Jędrzejczyk. A Jessica Eye la dejó KO de una patada en la cabeza, a Katlyn Chookagian se la ventiló con una combinación de puñetazos y codazos al rostro que el árbitro decidió parar antes de que la cosa pasase a mayores. Un modus operandi que repitió con Jessica Andrade y Lauren Murphy, para que nadie tuviese jamás la duda de quién mandaba en la división.

Pese a los ‘accidentes’, Berry reconoce que no podía haber contado con una mejor compañera de rodaje, con la que hizo una buena amistad durante la grabación y de la que aprendió todos los entresijos de las MMA. “Es una bestia, pero no podía haber tenido una mejor maestra. Me mostró la realidad. A veces tenía la sensación de que estaba peleando de verdad contra ella”, confiesa la oscarizada.

Shevchenko se implicó tanto en el rodaje de la película como en un campamento para defender su título. Compartió entrenamientos con Berry, cinco horas al día durante dos meses. Muay Thai, jiu-jitsu, boxeo… No quedo nada a la improvisación, como no podía ser de otro modo al estar con una futura leyenda de las MMA, quien además no tuvo precisamente un camino de rosas hasta el éxito, al igual que la protagonista de una película con un trasfondo mucho más real del que suelen tener estas cintas de este género. Es lo que tiene aprender de la mejor... con todas las consecuencias.

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