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El estómago de las vacas como solución a la contaminación de varios plásticos

Herd of bullocks standing outside, looking at the camera from a low viewpoint. Sky provides space for copy.
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Los plásticos se han convertido, con el paso del tiempo, en uno de los grandes problemas ambientales de nuestro tiempo. Y por una razón bien sencilla: una vez llegan a los ecosistemas, ahí se quedan. No hay forma de deshacerse de ellos.

Bueno, algunas formas sí se han encontrado. Incluso algunas que son ambientalmente aceptables. Algunas bacterias son capaces de digerir algunos tipos de plásticos en condiciones muy concretas y en cantidades no muy grandes. Eso, si miramos a las bacterias por separado.

Pero si nos fijamos en las comunidades de bacterias, la cosa cambia. Hay comunidades de bacterias capaces de degradar plásticos muy comunes, de una manera completamente sostenible. Y no se encuentran en lugares remotos o se obtienen mediante técnicas extrañas de laboratorio: están en el estómago de las vacas.

El estómago de una vaca es, dicho de una manera muy directa, un gran reactor bioquímico en el que las bacterias crecen y se alimentan de lo que les llega. En el rumen, que es una de las partes en que se divide el estómago de la vaca, se da una combinación de bacterias capaces de digerir plásticos.

No todos los plásticos, eso sí. Los investigadores han comprobado que el líquido del rumen de las vacas es capaz de degradar plásticos de tipo PET y dos tipos de plásticos biodegradables, el PBAT y el PEF. Es decir, las vacas serían capaces de ayudarnos a deshacernos del poliéster, uno de los plásticos más comunes en la industria.

La idea es muy interesante, pero hay un par de matices importantes. Y hay que empezar por la más clara: de dónde se saca este líquido del rumen. Porque los investigadores no han usado a vacas, las han hecho comer plástico y han comprobado qué ocurría.

El líquido del rumen lo han sacado de mataderos. Proviene de vacas criadas para la industria ganadera, que una vez llegado el final de su vida han sido llevadas al matadero y allí se ha recuperado el contenido de su rumen.

¿Es esto malo? Bueno, por una parte deja claro que hay una gran cantidad de este fluido capaz de degradar el plástico que se pierde cada día. Pero también genera la pregunta de ¿si esta práctica se convierte en costumbre, supondrá un problema para los animales?

Eso sí, antes de llegar a este punto hay que solucionar un problema fundamental con la técnica que han usado los investigadores. Y ese problema es muy simple: se trata de una técnica muy, muy cara. Una técnica que, tal y como está diseñada ahora mismo, resulta inviable exportarla a la industria. Primero habría que investigar en ella, abaratar costes, y después plantearse implantarla.

Pero sí, las vacas son capaces de digerir plásticos.

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