"Víctimas de la improvisación": el súbito confinamiento indigna a los madrileños

FOTO DE ARCHIVO: Un trabajador toma la temperatura a un hombre antes de someterse a un test de antígenos en Madrid

MADRID, 1 oct (Reuters) - Numerosos ciudadanos madrileños expresaron su frustración y su confusión el jueves después de que las autoridades municipales aceptaran a regañadientes el confinamiento de la ciudad ordenado por el Gobierno central de España tras días de ásperas disputas políticas.

Con una tasa de 735 casos por cada 100.000 habitantes, el número de contagios de COVID-19 en la región de Madrid es el doble de la media de España, que ha registrado casi 770.000 casos —el más alto de Europa occidental— y casi 32.000 muertes.

Según las nuevas normas, los ciudadanos sí podrán acudir al trabajo, a la escuela, a comprar o al hospital, pero verán limitados otros movimientos y sufrirán restricciones de aforo en establecimientos comerciales. Además todos los desplazamientos no esenciales de entrada y salida de Madrid y otros nueve municipios cercanos quedarán suspendidos durante los próximos días, aunque aún se desconoce el comienzo de este semiconfinamiento.

Los bares y restaurantes adelantarán la hora de cierre a las 11 p.m. y se limitarán las reuniones con carácter general a 6 personas.

"Está siendo bastante caótico en todos los sentidos, pero básicamente debido a los responsables autonómicos", se quejó el arquitecto Jean-Pierre Moncardo. "No han hecho nada en todo el verano, absolutamente nada, no han tomado ningún tipo de medida, supongo que para priorizar el que el comercio funcione (...). Estamos siendo víctimas de la improvisación".

El profesor Ignacio Rey aceptó la necesidad de medidas estrictas para contener los contagios en lo que se ha convertido en el peor foco de COVID-19 de Europa, pero lamentó la aparente falta de un plan coherente.

"Es un poco desesperante la verdad, no saber qué va a pasar el día de mañana", dijo. "Pero entiendo que, tal y como están los casos ahora en Madrid, el confinamiento es la única solución."

La francesa Sixteene Tripier-Rollin compartió su preocupación sobre el apresuramiento con el que se aplican las medidas y dijo que carecen de base científica.

"No tenemos mucha información (...). No tenemos datos científicos, sólo nos dicen 'hay que hacer esto', pero no tenemos ninguna explicación, así que estamos un poco asustados y sin entender mucho lo que está pasando".

Esta semana el Ministerio de Sanidad anunció los criterios en los que se basará la aplicación de las nuevas restricciones en municipios de más de 100.000 habitantes.

En concreto, se introducirán las medidas restrictivas a las localidades con una incidencia de 500 casos o más por 100.000 habitantes en 14 días, un porcentaje de positividad superior al 10% en las pruebas diagnósticas del virus y que los pacientes de COVID-19 en la región a la que pertenezca el municipio tengan una ocupación de camas de UCI superior al 35% de la capacidad habitual.

En marzo España impuso uno de los regímenes de confinamiento más duros de Europa, ayudando a reducir los contagios en el país. Pero los nuevos casos se han disparado desde tras el levantamiento del estado de alarma a mediados de junio, con una media de más de 10.000 casos al día.

La jubilada Pilar, que no dio su apellido, dijo que confinar la ciudad es ir demasiado lejos. En su opinión, se debería confinar a quienes estén enfermos pero dejar que los sanos continúen con su vida normal.

Las autoridades regionales dijeron que aunque cumplirán con la decisión del Gobierno central de imponer un confinamiento, también lo apelarán en los tribunales, lo cual podría significar que las idas y venidas y la incertidumbre de los residentes podrían no haber terminado.

(Información de Michael Gore y Miguel Gutierrez; escrito por Nathan Allen; editado por Ingrid Melander y Alexandra Hudson; traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)