Qué son los UTVs: sus precios exorbitantes y por qué resultan un dolor de cabeza para las autoridades de Pinamar

Los UTV debe circular por zonas habilitadas
Mauro V. Rizzi

PINAMAR (Enviado especial).- Los accidentes como consecuencia del uso indebido de vehículos motorizados volvieron a ser noticia este año en Pinamar. A raíz de la imprudencia de los usuarios, dos personas murieron y se registró una cantidad elevada de heridos en lo que va de la temporada. Más allá de los clásicos cuatriciclos, el partido experimenta desde hace años un boom de los UTVs (Utility Task Vehicle), un utilitario de alta gama que suele estar involucrado en parte importante de los incidentes y suscita un fuerte debate en torno a su control y posibilidad de identificación.

Jóvenes, autoridades locales y comerciantes coinciden en que la mayoría de los accidentes ocurren en La Frontera y más precisamente en La Olla: una zona medanosa de unas 400 hectáreas que son propiedad privada y en la que está prohibido circular. “Los vehículos entran por Costa Esmeralda o por la ruta, incluso a veces por el corredor seguro de la playa, en donde hay carteles que indican que no se puede pasar los 40 kilómetros, que los conductores deben usar casco y que a los médanos no pueden entrar porque es terreno privado. Pero lo hacen igual”, dijo a LA NACION Lucas Ventoso, el secretario de Seguridad local.

En el área restringida circulan cuatriciclos, motos, camionetas 4x4 y los mencionados UTVs, con los que muchos corren picadas, saltan las dunas y derrapan a toda velocidad. “Nos gusta la adrenalina y pisar un poco el UTV, que por otra parte es muy seguro. Yo nunca tuve un accidente, pero sé que suceden”, afirma Lucas, quien tiene 30 años y conduce uno de estos utilitarios.

De acuerdo con Ventoso, “los UTVs son, junto con los cuatriciclos, el motivo fundamental de los accidentes en la zona”. Sin embargo, Franco Botto Lacoste, quien desde 2010 se dedica a la guarda, mantenimiento y venta de UTVs y sus accesorios, ratifica que los primeros son “infinitamente más seguros”. “Lo dicen las estadísticas: a menos que haya poca pericia o inconsciencia por parte del usuario, no debería haber accidentes fatales, porque desde el más económico al más costoso de los UTVs tienen los mismos elementos de seguridad, como jaulas antivuelcos y cinturones de seguridad especiales”, explica.

Según el dueño de Botto ATV, el UTV representa una “evolución” con respecto al cuatriciclo en términos de “potencia, performance y seguridad” y es por eso que en los últimos años su comercialización creció rápidamente, algo que se nota a simple vista en el partido de Pinamar. Eso sí, no son baratos. Si se toma como parámetro a las principales marcas estadounidenses -que es de donde los UTVs son originarios- , los precios oscilan entre los 12 y los 60 mil dólares. Los hay de dos clases: utilitarios y deportivos, y a nivel local la venta se reparte pareja entre ambas. “La venta promedio es de 20 o 25 mil dólares y aunque su valor parezca elevado, en su país de origen también son caros. Esto se debe a la tecnología que tienen incorporada”, aclara el empresario.

Uno de los UTVs modelo deportivo que se venden en Pinamar
Uno de los UTVs modelo deportivo que se venden en Pinamar


Uno de los UTVs modelo deportivo que se venden en Pinamar

Pero a pesar de sus prestaciones y elementos de seguridad, lo cierto es que los accidentes ocurren. “Se adjudican al desconocimiento del terreno y a la impericia conductiva, por lo que no hay que demonizar al vehículo, sino a quien está detrás del volante”, señala Botto y agrega: “Si una persona comete impericias o le entrega el UTV a su nombre a un menor es inevitable que suceden accidentes. Lo que sí hay que remarcar es que en el 99% de los casos no son fatales, siempre que se maneje con las condiciones de seguridad propias y adecuadas.”

No obstante la protección que ofrecen estos vehículos, producto de los accidentes que protagonizan junto con los cuatriciclos y otros rodados hay actualmente una alta demanda sanitaria en Pinamar. Eduardo D’Agostino, secretario de Salud local, confirma que existe una “saturación” del personal de las guardias producto de este tipo de incidentes.

“En los casos de accidentes que involucran a vehículos motorizados -en general- se demora unos 40 minutos en ir a buscar a los heridos, tratarlos en el lugar y trasladarlos al hospital, donde luego se les hacen estudios de ser requeridos y permanecen uno o dos días hasta que son dados de alta o derivados. Si bien en su mayoría se trata de casos leves y moderados, tenemos entre dos y tres ingresos diarios”, detalla el funcionario.

Difícil control e identificación

Por otra parte, aunque casi la totalidad de los UTVs están registrados, es decir que pasaron por un Registro Nacional de la Proiedad del Automotor y tienen su numero de dominio y titulo de propiedad, no se les expide una chapa patente. Por este motivo, individualizar a los infractores resulta una tarea casi imposible para las autoridades locales a menos que estas logren detenerlos, algo que es muy difícil si se tiene en cuenta la alta velocidad a la que muchos de estos vehículos son capaces de circular.

“Nosotros tenemos una ordenanza municipal que regula la circulación de los vehículos motorizados en zonas seguras, pero muchos no la respetan. Por eso habría que hablar de la obligatoriedad del patentamiento. Hoy no tenemos manera de individualizar a los UTVs. Son todos iguales”, describe Ventoso.

En sintonía con el secretario de Seguridad, Botto plantea: “Yo creería que los municipios deberían tener una suerte de registración municipal en donde puedan expedir una chapa identificatoria a los efectos de poder individualizar estos vehículos”.

Por el momento, la asignatura se encuentra pendiente y las autoridades insisten en las tareas de concientización para prevenir la conducción indebida de todos los vehículos motorizados que durante la temporada copan las calles, playas y médanos de la localidad costera.