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US Open y Winged Foot: el torneo que no se conquista bajo el par y la cancha que devora golfistas

No tardó demasiado Winged Foot en mostrar los dientes. Apenas una vuelta de misericordia. Los scores del jueves no se correspondieron con lo que acostumbra un US Open. Mucho menos, con lo que presagiaba este icónico escenario. Bastó colocar las banderas un poco más complicadas para que esta cancha famosa por "comerse" a los jugadores se convirtiera en la protagonista central. El torneo más exigente del mundo, el que se gana con el par de la cancha, poco demoró en recuperar esa condición.

La cifra de 21 jugadores que firmaron tarjetas bajo el par el primer día de acción se redujo a sólo tres ayer. Patrick Reed se contentó con emplear 70 goles (el par) para sumar a los 66 del estreno (-4 en total) y quedar como único líder antes del fin de semana en el 120º US Open. Lo escolta Bryson DeChambeau (-3), el responsable de la mejor vuelta (68) y el único en jugar los dos días bajo el par. Justin Thomas, el líder del primer día (65), hizo 73 y bajó al tercer lugar (-2). Rory McIroy firmó 76, pero le alcanzó para pasar gracias a los 67 del jueves.

Marcelo Loffreda, el manager de los Pumas que trabaja con Mario Ledesma pero está "no tan cerquita" del DT

En cambio, varios favoritos del público padecieron las garras de Winged Foot y mirarán la definición por televisión. Tiger Woods hizo su primer birdie en su 16º hoyo (el 7) y terminó con dos en los últimos tres hoyos, demasiado tarde como para enderezar los dos dobles bogeys y los cinco bogeys que lo condenaron a una tarjeta de 78 que totaliza +11 y queda fuera del corte, +6.

El campeón del PGA Championship, Collin Morikawa (71 ayer, +7 en total); el campeón defensor, Gary Woodland (74 y +8); los ingleses Tommy Fleetwood (74 y +8) y Justin Rose (77 y +10); el dos veces campeón Jordan Spieth (81 y +14), y el español Sergio García (81 y +15) también padecieron la temeridad del campo.

Banderas mucho más cerca de los bordes fueron la simple fórmula que empleó la USGA para devolverle la monstruosa fama a esta cancha ubicada 40 kilómetros al norte de Manhattan, en Mamaroneck. El viento seco del norte que endureció los greens y los roughs, que cada día que pasa son más altos, hicieron el resto. ¿Disfrutaron del jueves? Bienvenidos a Winged Foot.

Phil Mickelson mejoró respecto a los 77 de anteayer pero los 74 no le alcanzaron para tomarse revancha. En 2006, con un doble bogey en el hoyo 72, desperdició en esta cancha la mejor oportunidad de ganar el único título que le falta para completar el Grand Slam. "¿Fue su último US Open?", le preguntaron. "No lo sé", respondió el veterano de 50 años.

"Disfruté la semana y disfruté el desafío que esta cancha ofrece", dijo Phil. "Siempre es uno de los exámenes más difíciles, pero también de los más divertidos. Porque esta cancha tiene carácter en todo sentido, desde la salida hasta el putt y el juego corto. Es un lugar tremendo y aprecio la posibilidad de competir acá, aunque estoy decepcionado de no haberlo hecho mejor".

Los 70 de Reed tienen un doble mérito, ya que jugó por la tarde, cuando las condiciones eran más difíciles. El campeón del Masters de 2018, uno de los jugadores menos queridos en el circuito, por su fama de tramposo, saldrá en el último grupo hoy junto a DeChambeau. "Siempre hay un día en el US Open en que las cosas no salen como uno quiere, y siento que hoy fue uno de esos días. Así que estoy contento con el score", señaló el líder. "Pero me siento bien, listo para ponerme en posición de tener una chance el domingo".

DeChambeau, que jugó por la mañana, se lució con la potencia de su drive. Llegó en el par de la cancha al último hoyo del día para él (el 9), un par 5 de 557 yardas: salida de 380 para poner la pelota en el medio del fairway a 180, y ¡pitching wedge! desde allí para dejarse un putt de dos metros que acertó para águila y firmar la mejor tarjeta de la jornada.

El bombardero, que busca su primer triunfo en un major, se mostró complacido con estas condiciones: "Quiero que la cancha esté lo más difícil posible. Hay muchos hoyos en los que pudo sacar una ventaja sobre el resto. Pero todavía tengo que trabajar. No se puede hacer birdies desde el rough".

Para Tiger Woods se trató de una nueva decepción, más allá de que no figuraba entre los favoritos. Por 12ª vez en su carrera se quedó fuera del fin de semana de acción en un major, y octava en los últimos 15. A sus 44 años, los 18 grandes de Jack Nicklaus parecen cada vez más lejanos. Y ya va a cumplirse un año de su última conquista en el PGA Tour, el Zozo Championship, en Japón, de octubre.

Esperan las mismas condiciones para el fin de semana: temperaturas de 10 a 15°, viento seco del norte... nada que vaya a facilitar el juego.

Empezó el US Open. ¡Bienvenidos a Winged Foot!

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