Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Una mujer alquila su propio piso en Airbnb para poder recuperarlo de su inquilino estafador

Montse Pérez entro en Airbnb -la página de alquiler vacanional que pone en contacto a propietarios con inquilinos- y no se creía lo que veía: su propio piso, del que es propietaria, estaba en alquiler por su inquilino. Y eso que en el contrato que había firmado con él estaba bien claro que no podía subarrendarlo. Para darle una lección, Montse lo alquiló y pagó los 200 euros que le solicitaba la plataforma. Pero una vez dentro, ya no se movió de allí.

El joven al que Montse había alquilado su piso se estaba haciendo de oro con él. En junio, pedía 200 euros la noche. En julio y agosto, el precio subía a 230 y 250 euros. En total, podía estar ganando hasta 8.000 euros. Y eso, a cambio de pagar 950 euros a su casera todos los meses.

El timo de Airbnb (Airbnb)
El timo de Airbnb (Airbnb)

Cuando Montse descubrió el anuncio, se puso en contacto con Airbnb pero no le hicieron mucho caso. Tan solo le ofrecieron la mediación ente ella y el anfitrión, pero nada más. A la vez, ella y su marido intentaron contactar con el inquilino para decirle que al haber cometido una falta muy grave, le echaban de la casa, pero el joven no les cogía el teléfono. Como él no firmó la extinción del contrato, esta no se pudo llevar a cabo.

Según informa La Vanguardia, el inquilino es un joven de 26 años de nacionalidad ruso-chilena que trabaja en el Reino Unido y que les mostró una nómina de 3.000 libras al mes. Tras firmar el contrato, el joven dejó de contestar los mensajes y las llamadas.

Poco después, los vecinos del piso alquilado se pusieron en contacto con los propietarios para informarles del gran tránsito de turistas que se estaba produciendo en el lugar. Fue entonces cuando Montse entró en Airbnb para ver si su piso estaba. Y fue cuando lo alquiló.

Aunque Montse denunció los hechos ante los Mossos, estos le dijeron que la resolución del caso tardaría al menos un año, un periodo de tiempo por el que su inquilino podría llevarse casi 100.000 euros. Así que la propietaria decidió ‘okupar’ su propia casa.

Montse considera que detrás de este embrollo hay una mafia organizada que se dedica a timar a propietarios. Aunque los hechos han sido denunciados, en teoría deberían abandonar el piso para que llegaran otros turistas. “Tenemos miedo, no sabemos qué va a pasar”, asegura la dueña legítima del piso. De momento, la noticia se ha convertido en viral y puede que haga que el Ayuntamiento de Barcelona reaccione. Al menos, porque el piso no tiene licencia turística para ser alquilado.