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Una influencer hace caso a sus ‘trolls’ y acaba convirtiéndose en un monstruo

La influencer británica Chessie King ha llevado a cabo una ingeniosa acción contra el ciberacoso que ha dejado patente lo dañinos que pueden llegar a ser los comentarios de los trolls… si se les hace caso.

De la mano de la mano de la ONG Cybersmiles y de la agencia Adam&EveDDB, la joven ha llevado a cabo un experimento que realmente da que pensar. Lo primero que hizo fue publicar un vídeo en el que aparecía en ropa interior, con el fin de ver qué comentarios malintencionados recibía acerca de su cuerpo.

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Como era de esperar, muchos se tomaron la libertad de llamarla “gorda” y cosas del estilo. ¿Y qué hizo ella? Fingir que les hacía caso y ver qué ocurría. A través del retoque digital fue publicando nuevas imágenes en la que había reducido notablemente sus muslos, sus brazos, sus caderas…

En su proceso de deformación fue aplicando todas las críticas que recibía acerca de sus labios, de sus cejas y de todas las partes de su cuerpo que, según estos ‘jueces anónimos’, debía modificar para ser considerada bella.

El resultado final de la acción fue la publicación del mismo vídeo inicial en el que aparecía en ropa interior, pero con los consejos aplicados. Y salta a la vista que no iban precisamente bien encaminados, ya que la influencer presentaba un aspecto muy desmejorado, físicamente desproporcionada y con una cara que daba miedo.

Los trolls pueden afectar a cualquiera, desde a un adolescente de 16 años con 100 seguidores a una celebrity que tenga un millón, y eso puede tener consecuencias extremas”, advierte la joven, que ha conseguido gran notoriedad en la red con su iniciativa.

Fuente: Chessie King
Fuente: Chessie King