Un test de sangre experimental podría acelerar el diagnóstico de autismo

(Reuters Health) - Los desarrolladores de un análisis de sangre experimental para el autismo afirman que el test detecta la enfermedad en más del 96 por ciento de los casos y en una amplia variedad de pacientes, lo que facilitaría su diagnóstico temprano, de acuerdo con un nuevo estudio. Los resultados, publicados en PLoS Computational Biology, corresponden al más reciente intento de desarrollar un análisis de sangre para detectar el trastorno del espectro autista (TEA), que afecta a uno de cada 68 bebés. La causa sigue siendo un misterio aunque se ha estado demostrando que las vacunas infantiles no están asociadas. Si se demuestra la efectividad de estos tests, servirían para serenar los temores de los padres y, quizás, facilitar el desarrollo de nuevos tratamientos, según dijo el coautor del estudio doctor Jürgen Hahn, del Instituto Politécnico de Rensselaer. También se podría adelantar la edad del diagnóstico. El autismo incluye un amplio espectro de trastornos, desde la incapacidad profunda de comunicarse y el retraso mental hasta síntomas relativamente leves, como el síndrome de Asperger. Los médicos diagnostican a los niños con TEA observando sus conductas asociadas, como los comportamientos repetitivos y el aislamiento social. La mayoría de los diagnósticos es a los cuatro años, aunque algunos profesionales con entrenamiento pueden hacerlo más tempranamente. El equipo de Hahn determinó los niveles de 24 proteínas asociadas con el autismo y halló cinco que, con la combinación adecuada, eran las que mayor potencia predictiva tenían de ese trastorno que afecta al 1,5 por ciento de los niños. El doctor Max Wiznitzer, de los Hospitales Universitarios de Cleveland y quien no participó del estudio, consideró que los resultados son "interesantes, pero no conmocionantes", ya que hay que seguir evaluando la prueba en muchos más niños en riesgo. El equipo buscó la combinación en 83 niños de entre 3 y 10 años con autismo diagnosticado de manera convencional: estaba presente en el 97,6 por ciento del grupo y estaba ausente en el 96,1 por ciento de un grupo de 76 niños sin autismo. Para Wiznitzer, la investigación no aporta evidencia de que la combinación química a la que se le atribuye el autismo "se pueda detectar en bebés y niños pequeños". FUENTE: Computational Biology, online 16 de marzo del 2017