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Un selfie lo salvó de pasar su vida en la cárcel

El 22 de septiembre de 2017, Christopher Precopia se encontraba trabajando en un aserradero de Georgetown, Texas. Al final de su jornada, la policía fue en su búsqueda y lo arrestó sin que él supiera por qué.

El joven de 21 años terminó preso en una cárcel del condado de Williamson por un grave delito que negaba haber cometido, pero que lo podría dejar tras las rejas de por vida.

Un selfie salvó a un hombre inocente de pasar 99 años en la cárcel. Crédito: @Facebook
Un selfie salvó a un hombre inocente de pasar 99 años en la cárcel. Crédito: @Facebook

“No tenía idea de quién me estaba acusando. No tenía idea de por qué estaba sucediendo todo, y estaba perdido”, confesó en una reciente entrevista a KVUE.

Una mujer lo acusaba de haber irrumpido violentamente en su casa en Temple y haberle hecho una “X” en su pecho con un cortador de cajas. Era una antigua novia de la escuela secundaria, con quien Precopia no tenía contacto hace años.

Le pesaba el cargo de robo de una vivienda con la intención de cometer otros delitos, un caso grave que conlleva la posibilidad de una cadena perpetua.

Después de pasar más de un día en la cárcel, los padres de Precopia sacaron préstamos para pagar una fianza de $ 150,000 y contratar a un abogado que demostrara la inocencia de su hijo.

Un selfie como coartada

Según las declaraciones de la demandante, el hecho había tenido lugar el 20 de septiembre alrededor de las 19:20. Sin embargo, esa noche Precopia y su madre, Erin, había visitado Renaissance Austin Hotel, a más de 100km del supuesto ataque.

Varias personas afirmaron bajo declaración jurada haber estado con Christopher esa noche. Pero fue una selfie publicada en Facebook, con marca de tiempo y geolocalización lo que demostraría su inocencia.

“Fue muy afortunado de que ella eligiera una fecha y una hora para las que él tenía una coartada sólida”, explicó el abogado defensor Rick Flores.

Si la mujer hubiera denunciado el ataque el día anterior o posterior, la única excusa de su cliente habría sido que estaba en su casa viendo televisión, algo mucho menos convincente. “Él y yo hemos hablado muchas veces sobre lo afortunado que es, ya sea que creas en un poder superior o en la clásica buena suerte”, profundizó Flores.

Nueve meses después del arresto, Flores llevó la evidencia a la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Bell y los cargos fueron levantados “en interés de justicia“.

Fueron tiempos de mucha angustia e incertidumbre para toda la familia Precopia. “A todos les costaba dormir por la noche, preguntándose qué iba a pasar, si alguien les creería, si habría un juicio, una pena de prisión o una cadena perpetua”, explicó Flores.

Finalmente, la mujer, que no ha sido identificada con nombre y apellido, confesó haber tenido una relación tormentosa con el joven mientras eran estudiantes y que por ese motivo decidió denunciarlo.

Según The Washington Post, ella podría ser demandada por falso testimonio tanto por la fiscalía como por la familia Precopia.

“Estamos molestos con esta persona que, descaradamente, inventó una mentira y lo metió en este lío”, dijo Flores, quien está analizando acciones contra la mujer, pero no culpará a la policía por tomar acción sobre sus alegatos.

El joven de 21 años estaba tratando de volver a su vida normal cuando, en octubre, más de 1 año después del incidente, el caso volvió a emerger.

Christopher fue rechazado para alistarse en el ejército por aquellas acusaciones de violencia. Actualmente su situación está siendo revisada por el alto rango del Ejército.