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Un restaurante para combatir la soledad de los ancianos de Empoli, en Italia

Los ancianos de Empoli, en Italia, han encontrado una sabrosa manera de combatir la soledad que a muchos les invade tras la jubilación. Juntos, con la ayuda de una asociación, han creado un restaurante en el que compartir comida e historias en un ambiente distendido.

Un grupo de ancianos de Empoli, en Italia, llevan un restaurante en el que se dan a cita a comer jubilados de la zona que se sienten solos. (Foto: Sara Moulton via AP)
Un grupo de ancianos de Empoli, en Italia, llevan un restaurante en el que se dan a cita a comer jubilados de la zona que se sienten solos. (Foto: Sara Moulton via AP)

Auspiciado por Auser, una organización que se encarga de la asistencia y coordinación de los voluntarios para atender a los ancianos de la zona, un grupo de mayores se ha únido para dar forma a un restaurante pensado por y para ellos. Según informa la sección local florentina del diario italiano La Repubblica, la iniciativa se conoce como ‘progetto pranzo insieme’ (proyecto comida juntos’) y lo que empezó como algo restringido a unos pocos se ha ido abriendo poco a poco hasta alcanzar los 20 comensales diarios.

Los voluntarios se reúnen por la mañana y van a hacer la compra al mercado en busca de ofertas y productos frescos. No hay una carta fija, sino que el menú del día lo marca lo que encuentren a primera hora. La improvisación y la originalidad son bien recibidas. La única directriz es que no repitan de un día para otro para que la dieta sea variada y equilibrada.

Los cocineros son cinco. Alessandro Bicchierai, un carnicero jubilado de 86 años, como el mayor del grupo. Se van rotando entre los fogones para preparar las comidas del día. Por un precio de 3,5 euros, los ancianos que acuden al restaurante comen un menú completo y, lo que es más importante, lo hacen acompañados.

Un iniciativa que nació con la intención de paliar la soledad a la que se enfrentan algunos de los habitantes más mayores de la zona y que ha ido creciendo hasta el punto de que de su cocina, cedida por las autoridades locales, también salen almuerzos para familias necesitadas, como informan en Volontariatoggi.

El declaraciones a La Repubblica, la presidenta de Auser, Camilla Cerbone, explica que quienes acuden a este restaurante “no se trata de personas con dificultades económicas sino simplemente ancianos que quieren estar acompañados”.