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Un repartidor acosa a una clienta y Just Eat le ofrece 10 libras por el "inconveniente"

Michelle Midwinter, residente en Reino Unido, es usuaria habitual de la aplicación Just Eat para pedir comida a domicilio. Un día, estando con una amiga en casa, decidieron hacer un pedido como tantas otras veces. No hubo ningún problema con la comida, pero la inquietante secuencia de acontecimientos que se desarrollaron después da qué pensar. El mensajero que le llevó la comida intentó ligar con ella por teléfono y cuando Michelle se quedó a Just Eat su respuesta fue un vale de 10 libras de descuento para su próximo pedido.

Visto lo ocurrido y la respuesta de la aplicación, Midwinter decidió compartir su historia a través de Twitter con un tuit en el que adjunta tanto los mensajes de WhatsApp del repartidor en cuestión como la respuesta de la persona de atención al cliente a la que trasladó su queja posteriormente. En la primera imagen se puede leer como el chico, del que no ha trascendido ni identidad ni restaurante para el que trabaja, saluda a Michelle, que le pregunta quién es al tratarse de un número desconocido para ella.

Este responde que un fan y un emoticono de un guiño. A lo que Michelle le interroga “¿de qué?”. Entonces es cuando él se identifica como el repartidor que le ha llevado su pedido hace un rato a su casa y le dice que disfrute su comida. Pero la cosa no queda ahí, después con una indirecta que en realidad es bastante directa, le dice que si tiene novio que se lo diga, que no es problema y que pueden intentar hacerse amigos.

Tras varios mensajes en algo menos de una hora, se despide de Michelle con un “buenas noches baby, te veo la próxima vez que te lleve la comida”. La aludida, que no terminaba de salir de su asombro al mismo tiempo que desarrolla cierto temor por lo ocurrido, le contesta con un tajante “no volveré a pedir comida allí”.

Molesta e incómoda por lo ocurrido, decidió ponerse en contacto con Just Eat para poner en su conocimiento lo que había pasado y que tomasen algún tipo de medidas. Como ella misma explica en una carta que ha compartido a través de su perfil de Twitter “al principio me sorprendió el hecho de que alguien se pudiese acercar a mí de esa manera, me hizo sentir muy incómoda al darme cuenta de que este tipo tenía mi nombre, dirección y teléfono”. Lo que no esperaba es la respuesta que encontraría al otro lado.

Una usuaria de Jus Eat se queja de que un repartidor la ha acosado vía mensaje de teléfono y desde la aplicación le responden que pueden regalarle un vale de 10 libras por el “inconveniente”. (Photo by Carl Court/Getty Images)
Una usuaria de Jus Eat se queja de que un repartidor la ha acosado vía mensaje de teléfono y desde la aplicación le responden que pueden regalarle un vale de 10 libras por el “inconveniente”. (Photo by Carl Court/Getty Images)

Desde Just Eat calificaron el hecho de “incidente” y le ofrecieron una vale de 5 libras de descuento para su próximo pedido. Ante la protesta de Michelle, para quien lo ocurrido con el repartidor no era un simple “incidente” si no un “indignante y repugnante comportamiento”, la operadora le respondió que “no s olemos hacerlo, pero podemos ofrecerte un vale de 10 libras”. Su indignación era doble.

Su historia, compartida a través de redes sociales, se ha vuelto viral y ha puesto de manifiesto un problema real. Como la propia afectada reconoce, a raíz de contar lo que le había ocurrido a ella otras mujeres han reconocido haber sufrido este tipo de acoso también.

Desde Just Eat se han puesto en contacto con Michelle para ofrecerle sus disculpas por la gestión en un primer momento y para que les contase los hechos de primera mano y establecer algún tipo de medida.

Lo más preocupante de todo el asunto, como señala la principal afectada en esta ocasión, es que el repartidor que intentó ligar con ella a través de WhatsApp hizo uso de unos datos que no le fueron dado. Además, conoce no solo su nombre y teléfono, si no también la dirección de su casa, lo que genera cierta sensación de inseguridad en Michelle, que no ha querido desvelar en ningún momento el nombre del restaurante al que pidió la comida.