Un padre dirige un culto sexual fuera del dormitorio de su hija en el Sarah Lawrence College, según los federales

Andrew Lichtenstein/Getty
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El padre de una ex alumna del elitista Sarah Lawrence College de Nueva York ha sido acusado de iniciar un culto sexual en el dormitorio de su hija, obligar a una mujer a prostituirse y amenazar con un cuchillo en la garganta a un hombre para hacerle confesar un crimen que no cometió, según dijeron las autoridades el martes.

Lawrence Ray, de 60 años de edad, se enfrenta a nueve cargos federales entre los que se incluyen: tráfico sexual, extorsión y trabajo forzado por presuntamente someter a “sus víctimas a abusos físicos y manipulación sexual y psicológica”, así como por lavar alrededor de 1 millón de dólares de cinco víctimas diferentes bajo el pretexto de ayudarlas. Una de las víctimas, identificada en la acusación como Mujer Víctima-2, se encontraba en su residencia de Nueva Jersey en el momento del arresto, según confirmaron las autoridades.

Los fiscales alegan que desde 2010 Ray “se enfocó en un grupo de estudiantes universitarios y otros jóvenes para adoctrinarlos y explotarlos con fines criminales”, utilizando “el miedo, la violencia y la coerción” para cometer un “abuso indecible”, en palabras de Geoffrey Berman, fiscal estadounidense del Distrito Sur de Nueva York, durante la conferencia de prensa que dio el martes.

“Si no estás enojado, no tienes corazón”, agregó William Sweeney Jr., subdirector en funciones del FBI en Nueva York.

Los fiscales alegan que poco después de salir de una prisión de Nueva Jersey en 2010, Ray se mudó a la vivienda de su hija en el campus de la universidad privada del condado de Westchester y comenzó a manipular a sus amigos, predicando sobre “su filosofía personal” y realizando “sesiones de terapia” mientras se presentaba “como una figura paterna”.

El presunto abuso continuó más tarde en su apartamento de Manhattan, Carolina del Norte y otros lugares.

Durante las sesiones de “terapia”, el hombre de 60 años descubrió “detalles íntimos sobre la vida privada, las vulnerabilidades y los problemas de salud mental de sus víctimas con la excusa de ayudarles. Ray alejó a varias víctimas de sus padres y las convenció de que estaban ‘heridas’ y que necesitaban que él las ‘sanara’”, dice la acusación.

Todo parece indicar que, para garantizar el silencio de sus víctimas, Ray les extrajo confesiones falsas utilizando técnicas como la privación del sueño, humillación psicológica y sexual, abuso verbal, violencia física y amenazas de emprender acciones legales.

“Finalmente, Ray extrajo confesiones falsas de al menos siete víctimas, las cuales dijeron que habían dañado intencionalmente las propiedades de Ray, sus familiares y otros socios”, dijo la acusación, añadiendo otras confesiones erróneas, como el hecho de que habían “envenenado a Ray y a sus familiares”.

El padre, que supuestamente también tomó “fotografías explícitas de algunas de las víctimas” para asegurarse de que no hablaran, documentó esas confesiones falsas en grabaciones de vídeo, notas manipuladas de diarios y copias de correos electrónicos. También obligó a los estudiantes a darle miles de dólares, a menudo haciendo que drenaran las cuentas bancarias de sus padres, para garantizar su lealtad, según las autoridades.

Al menos una de las estudiantes universitarias también se dedicó a la prostitución durante cuatro años para pagar a Ray las deudas que le hicieron creer que tenía, indicaron los fiscales. Supuestamente ganó más de 500 000 dólares para Ray, siempre según los fiscales.

Los fiscales también dijeron que, si alguno de esos estudiantes cometía un error o iba en contra de las enseñanzas de Ray, los acusaba de “sabotaje”, lo que a menudo conducía a un cruel castigo físico y emocional.

Después de que Ray acusara falsamente a una víctima masculina de dañar su propiedad, supuestamente le “colocó un cuchillo en la garganta hasta hacerle confesar”, pero antes había agarrado a otro hombre por el cuello hasta dejarlo inconsciente.

Una vez, cuando dos de las estudiantes llegaron a casa con la comida fría, “Ray las acusó de haber actuado mal” y agarró a una de las mujeres “por la cara y el cuello” para luego tirarla al suelo, tal como revelaron las autoridades. En otra ocasión, Ray puso una bolsa de plástico sobre la cabeza de una víctima hasta que casi se desmayó, dijo Berman.

Según la acusación, Ray obligó a varias víctimas, incluida la mujer que se encontraba presente cuando lo arrestaron, a realizar trabajos forzados, manteniéndolas en silencio al acusarlas de dañar intencionalmente su propiedad de Nueva Jersey y amenazar con llamar a la policía o al Sarah Lawrence por los delitos detallados en sus falsas confesiones.

El supuesto esquema de extorsión y tráfico sexual de Ray fue detallado por primera vez en un artículo de una revista Nueva York el pasado mes de abril que, según las autoridades, impulsó su investigación. Aunque Ray fue un amigo cercano del ex comisionado de policía de Nueva York, Bernie Kerik, desempeñó un papel central en el enjuiciamiento de los principales policías y antes había sido informante del FBI.

“Hace más de 19 años que no hablo con Larry Ray. Solo deseo que el FBI y el Departamento de Justicia se den cuenta de cuán estafador era antes de convertirlo en su testigo estrella contra mí”, le dijo Kerik a The Daily Beast después del arresto de Ray. “Actuaron con contundencia para destruirme y destruir a mi familia e ignoraron sus mentiras, engaños e inconsistencias. Con suerte, esta acusación será el final de su reinado de terror sobre cada amigo que ha estafado, manipulado o engañado”.

Un portavoz del Sarah Lawrence College calificó los cargos de “graves, inquietantes, molestos y de enorme alcance”.

“Como siempre, la seguridad y el bienestar de nuestros estudiantes y ex alumnos es una prioridad para la universidad”, dice el comunicado y agrega que el Sarah Lawrence había realizado el año pasado una investigación propia que “no corroboraba las afirmaciones específicas” indicadas en la acusación.

Pilar Melendez