Un hombre de Florida al que una vez lo mordió un cocodrilo ahora lo muerde un tiburón de unos 2,5 metros durante sus vacaciones

Michael Braun

FORT MYERS, Florida - Justin Stuller esperaba relajarse en los Cayos de Florida: pescar langostas y peces y nadar con su esposa, hijos, familiares y amigos.

Hasta que un tiburón lo mordió.

Stuller, de 38 años, ahora tiene unos 24 puntos y ha quedado ligeramente cojo tras enzarzarse con un tiburón galano de unos 2,5 metros el miércoles.

Stuller contó que se ha encontrado con tiburones en otros viajes similares. Algunos incluso le han arrebatado peces que arponeó mientras nadaba de regreso al barco, pero nunca lo habían mordido. Al menos, no un tiburón.

“Me mordió un cocodrilo”, dijo. Y una araña, añadió mientras mostraba las cicatrices de ambas heridas en su pierna.

Stuller, que es un buzo experimentado y certificado desde los 12 años, vio a un pez herido en las rocas bajo el agua y acudió en su ayuda.

“Era demasiado pequeño, apenas podía nadar”, dijo el domingo.

Regresó a ponerlo de nuevo en las rocas, lejos de su esposa e hijos que nadaban cerca.

“Lo coloqué en un agujero y justo antes de salir a la superficie, pum”, recordó el ataque. “Sentí la piel más que al tiburón. Me di la vuelta y vi que se alejaba nadando”.

Stuller dijo que nadie notó nada al principio hasta que salió a la superficie y comenzó a gritar.

Un amigo y compañero de trabajo, Jake Dorn, de 24 años, nadaba cerca.

En lo primero que pensó Stuller fue en su familia y amigos. “Mi esposa e hijos estaban nadando”, dijo. “Entonces, los sacaron del agua”.

En el barco, Stuller, su esposa y amigos observaron la herida de unos 12 a 15 centímetros justo por debajo de la rodilla, así como otras marcas en la pierna.

Dijo que su esposa, Kristen, lo estaba mirando por encima del hombro. Cuando apartó las manos de la herida, dejó escapar un grito de asombro al ver la gravedad. Según comentó, sus primeras palabras fueron: “Vamos al hospital”.

Stuller contó que hasta ese momento la habían estado pasando muy bien, estaban cerca de alcanzar el límite estatal permitido de pesca de langostas.

Stuller dijo que siempre lleva un botiquín médico y de primeros auxilios en su barco y que por eso tenía suficientes gasas y vendas de presión para detener el sangrado.

“Vendé la herida y lo cierto es que perdí muy poca sangre”, dijo. “Era bastante profunda, pero no había llegado al hueso. Tuve mucha suerte, no dañó los tendones”.

Contó que todos mantuvieron la calma, incluso sus hijos de 4 meses, 2 y 10 años.

“Pensaba: ‘Tengo tres hijos en el barco, tengo que mantener la calma’”, contó su esposa. De hecho, los niños pensaron que era genial ver un tiburón.

Tras coserle la herida en el Florida Keys Memorial Hospital, Stuller comentó que salieron al día siguiente, pero que iba de capitán, no como buzo.

“Al segundo día era el ‘Señor Cascarrabias’”, se rio su esposa.

Dorn dijo que por lo general no les preocupan los tiburones. “He pescado al brumeo aquí durante años”, dijo. “Ves tiburones y nadan a tu alrededor”.

Stuller dijo que cree que el tiburón estaba interesado en el pescado que acababa de colocar en el fondo del mar.

“No tengo nada contra el tiburón, no le guardo rencor”, añadió. “Estaba en el sitio adecuado, pero en el momento equivocado. Me enfadó más no poder meterme en el agua al día siguiente”.

Este artículo fue publicado originalmente en Yahoo por USA Today