Un estudio considera que los lobos de Chernobyl podrían propagar sus mutaciones a otras regiones

Cuando el 26 de abril de 1986 estalló el cuarto reactor de la central de Chernobyl la población fue evacuada. En la zona de exclusión, de 30 kilómetros a la redonda, no quedó ningún ser humano. No ocurrió lo mismo con los animales. Los que sobrevivieron lo hicieron con más o menos secuelas y hoy en día los alrededores de la planta son algo así como una reserva natural donde los animales circulan libremente en una zona con altos niveles de radiación. Un estudio reciente, del que se ha hecho eco National Geographic, ha hecho hincapié en la posibilidad de que el lobo de Chernobyl pueda extender sus mutaciones al resto de las poblaciones de sus congéneres europeos después de obtener la primera evidencia de la migración de un ejemplar joven.

Un grupo de investigadores ha registrado por primera vez la migración de un lobo fuera de la zona de exclusión de Chernobyl y llama la atención sobre la implicación que esto podría tener en el resto de la población de lobos europea. (Foto: REUTERS/Natalka Levina)
Un grupo de investigadores ha registrado por primera vez la migración de un lobo fuera de la zona de exclusión de Chernobyl y llama la atención sobre la implicación que esto podría tener en el resto de la población de lobos europea. (Foto: REUTERS/Natalka Levina)

La investigaciones realizadas a lo largo de los años han atestiguado la existencia de una población de lobos grises europeos que habitan en la zona de exclusión de Chernobyl. Una de las preguntas que se hacen los investigadores es si las mutaciones que llegan a desarrollar los animales que viven en su interior se pueden exportar fuera, a otras zonas. Según señala National Geographic, recientemente se llevó a cabo una prueba en la que se colocó un collar de rastreo a 13 ejemplares de lobo para seguir sus pasos y calcular los niveles de radiación a los que se enfrentan.

En el transcurso de las pruebas se comprobó que, efectivamente, cuando más se acercaban a la planta más alto era el nivel. Lo que les sorprendió fue detectar que un lobo macho joven se alejó 250 millas (unos 400 kilómetros) de la zona de exclusión con destino a Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Jim Beasley, director del estudio y ecólogo de vida silvestre de la Universidad de Georgia en los Estados Unidos, asegura que es la primera vez que se tiene constancia de una migración así.

Otros estudios con animales más pequeños ya han demostrado que la radiación puede generar mutaciones en sus cuerpos y algunos incluso sugieren que se pueden transmitir a la siguiente generación. Algo que, en el caso de los lobos, “es ciertamente plausible”, según indica Tim Mousseau, biólogo de la Universidad de Carolina del Sur no implicado en el estudio y citado por National Geographic. Aunque también señala el hecho de que alrededor de Chernobyl no existen muchas poblaciones de lobos en las que se puedan propagar.

Michael Byrne, primer autor del estudio y profesor en la Universidad de Missouri, asegura que tienen constancia de que la población de lobos en la zona es alta. Cuando esto ocurre, lo normal, dado el comportamiento natural de estos animales, es que los ejemplares más jóvenes se alejen en busca de pareja.

Si bien Byrne no quiere alarmar asegurando que “los animales de Chernobyl están contaminando el mundo”, sí asegura que “si hay cualquier forma de mutaciones que puedan transmitirse, es algo a considerar”. Por eso tanto él como sus compañeros de investigación remarcan la necesidad de más estudios y experimentos para demostrar cualquier teoría de fehaciente.