Un conductor desaloja su autobús por la insensibilidad de los pasajeros con un hombre en silla de ruedas

Lo contaba la cuenta francesa Accessible Pour Tous (‘Accesible para todos’) a través de un tuit que rápidamente se viralizó. En la imagen, un hombre en silla de ruedas en una parada de autobús en París (Francia) con una cartera sobre las piernas. En el texto, la historia, la de un conductor que como vio que ningún pasajero se movía para dejar subir a este hombre decidió desalojar a todos para hacerle sitio.

Según publica la edición francesa de The Huffington Post, que ha hablado con el protagonista de la historia, lo que ocurrió es que este hombre se encontraba en el distrito 17 de París esperando el autobús junto a su hermano y su cuidador cuanto este llegó. El conductor paró, como es de rigor, y esperó a que la gente se moviese para que él, en silla de ruedas, pudiese subir por la rampa.

“Cómo nadie se movió, el conductor se levantó y dijo: “¡Se terminó, todo el mundo abajo!”, ha recordado este enfermo de esclerosis múltiple que ha preferido que no se publique su nombre. Cuando todo el mundo había desalojado el vehículo, le invitó a subir e informó a los demás viajeros, ahora en la parada, que en cinco minutos llegaría el siguiente.

“Nadie quería moverse a pesar de la rampa”, ha recordado el protagonista de esta historia en su entrevista telefónica con The Huffington Post. “Vino a verme y me dijo que volviera con mi hermano y mi cuidador”, añade. También ha asegurado que no conocía al conductor de nada previamente y que este le dijo que no tenía a nadie con movilidad reducida en su familia, que su forma de actual se debió simplemente un “acto cívico” porque “todos pueden necesitar una silla de ruedas un día”.

Este parisino ha aprovechado la viralidad de lo ocurrido, que muchos aplauden en Twitter, donde el tuit acumula más de 9.000 favoritos en cuatro días, para poner de manifiesto los problemas que las personas con movilidad reducida se encuentran cada día para poder moverse por París.

Cualquiera que haya visitado al menos una vez la capital francesa se habrá percatado de la falta de ascensores en la mayoría de las estaciones de metro, donde ni siquiera hay muchas veces escaleras mecánicas. Aunque, como denuncia este protagonista involuntario, este problema no es exclusivo del transporte, pasa también en comercios y otros lugares públicos.