Un científico de Harvard propone un app de citas que incluya el ADN para frenar enfermedades hereditarias

Buscar pareja en apps y sistemas en línea es común, y por lo general estos se apoyan en datos aportados por el usuario para identificar la pareja ideal, o al menos que propicie un potencial acercamiento con base en consideraciones educativas, gustos, pasatiempos, recursos y preferencias diversas.

Pero ahora el genetista George Church de la Universidad de Harvard propone un enfoque distinto: un app en el que personas interesadas en entablar una relación y en algún momento tener hijos puedan conocer por anticipado la información genética de su posible pareja, a fin de identificar riesgos de enfermedades hereditarias.

Para ello, los interesados en participar en ese esquema tendrían que aportar al sistema su información genética, de acuerdo al periódico The Washington Post.

George Church, genetista de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. (Reuters)
George Church, genetista de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. (Reuters)

Según Church, su idea (que él llama ‘Digi8’) es que su sistema podría ser incluido en cualquier app o sitio web de citas y permitiría que personas revisaran el código genético de posibles parejas para, de entrada, evitar relacionarse con una que tenga los mismos genes que desatan enfermedades genéticas, que usualmente se desatan cuando genes que son por lo general recesivos se activan cuando los dos padres los tienen y los aportan a su hijo, en donde se vuelven dominantes y desatan enfermedades.

Los usuarios del sistema propuesto por Church, podrían entonces enamorarse y procrear sin angustias, a sabiendas que sus hijos no tendrán en sus genes factores mayores de peligro y enfermedad. Ese app sería una suerte de “seguro” para apartarse de tajo de posibles parejas genéticamente riesgosas.

El objetivo de Church y su laboratorio en Harvard, como se planteó en el programa 60 Minutos de la cadena CBS, es desarrollar investigación de punta para “hacer a los humanos inmunes a todos los virus, eliminar enfermedades genéticas y revertir el proceso de envejecimiento”.

Todos son objetivos que en lo general lucen deseables y extraordinarios, y ue ciertamente transformarían, de lograrse, el futuro y el bienestar de la humanidad.

El profesor George Church muestra una secuencia del ADN en su laboratorio en Harvard. (AP)
El profesor George Church muestra una secuencia del ADN en su laboratorio en Harvard. (AP)

Pero en lo específico del app de citas basado en información de ADN, las críticas se han alzado de modo punzante. Como se comenta en Vice, se critica que el asunto sea una forma de eugenesia, doctrina que plantea mejorar los rasgos hereditarios de las personas mediante procreación selectiva de personas con características o perfiles considerados mejores o más deseables.

Pero ello está cargado de prejuicio y ha sido cuestionado éticamente, por la pretensión de dictar qué rasgos o elementos son “mejores” y descartar, en una suerte de ruda uniformización, lo considerado inferior, al grado de suprimir a las poblaciones consideradas indeseables.

Los nazis fueron perturbadores practicantes de la eugenesia, y ciertamente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX esa filosofía tuvo seguidores e impulsores importantes, que consideraban las técnicas eugenésicas como una forma de mejora y avance. Y aunque en esa época quienes avalaban una u otra forma de eugenesia no necesariamente implicaban en ella el exterminio de quienes no se ajustaban a sus criterios (como sí fue el caso de los nazis), sí abundaron entonces prejuicios y distorsiones discriminatorias y racistas.

Y son conductas y planteamientos que algunos temen puedan regresar hoy y, con conocimiento de genética mucho mayores que en el pasado, impulsar prácticas eugenésicas que solo beneficiarían a los poderosos o personas con un perfil afín a las ideas de qué es “mejor” o “superior”.

Así, la noción de valorar los cromosomas de una pareja potencial también puede crear distorsiones que hagan suponer que cierto perfil genético, como se comenta en el Post, puede ser mejor o preferible a consideraciones como la personalidad, las convicciones y los comportamientos de una persona.

Church dijo que se opone a la eugenesia y que su app no pretende excluir o mermar la diversidad sino solo incluir una serie de enfermedades genéticas severas. Su idea no es excluir todo intercambio genético que puede tener el riesgo de desatar enfermedades, sino solo aquellos casos en que un bebé podría, al recibir cierto gen de ambos padres, desarrollar una enfermedad ruda, con frecuencia incurable y que provoca sufrimiento y muerte prematura.

Algo que es similar al consejo que se da a parejas que desean procrear cuando se someten a exámenes para identificar riesgos de que sus hijos nazcan con alto riesgo genético de sufrir enfermedades raras o severas.

¿Realmente querrán los usuarios de apps de citas exponer su ADN y revisar el de otros solo para decidir con quién tener una cita romántica o noviazgo, dado que el tener hijos es una consideración usualmente muy posterior e incierta? (Getty Creative)
¿Realmente querrán los usuarios de apps de citas exponer su ADN y revisar el de otros solo para decidir con quién tener una cita romántica o noviazgo, dado que el tener hijos es una consideración usualmente muy posterior e incierta? (Getty Creative)

Evitar la transmisión de ciertas enfermedades genéticas hereditarias, y no emprender una selección eugenésica, sería el objetivo de ese proyecto de Church, quien ya ha enfrentado controversia y crítica por otras cuestiones. Por ejemplo, por haber años atrás aceptado 500,000 dólares en donativo de Jeffrey Epstein, el financiero y agresor sexual que recientemente se suicidó en prisión.

Con todo, muchos imaginan que tener el código genético de una persona abierto al escrutinio vía un app de citas implica problemas éticos y de privacidad. Otros rechazan que eso implique un impulso a la eugenesia y destacan que ciertamente contar con esa información podría prevenir la transmisión de enfermedades genéticas severas e indeseables.

Pero dado que, de ponerse en operación, la participación en ese sistema sería voluntaria, solo quienes estuviesen realmente dispuestos a compartir su información de ADN y tengan temor de que sus hijos sufran un mal genético (por ejemplo, por antecedentes familiares) estarían presumiblemente interesados en ello.

Y hay quien cuestiona si realmente los usuarios de apps de citas les interesará compartir o consultar información genética pues, finalmente, tener hijos es una decisión que generalmente es muy posterior a la elección de con quién salir a tomar una copa o establecer un noviazgo.

Y si dos personas en realidad se enamoran, deciden tener hijos, y tienen inquietudes sobre posibles enfermedades genéticas, existen servicios de información y asesoría médicos que pueden ayudarlos. El trabajo de Church busca justamente eso, aunque su versión para apps de citas aún debe probar que puede ligar y seducir sin provocar otros riesgos e inconveniencias.