Anuncios

Un arquitecto se libra de pagar una multa por una notificación que nunca llegó

La multa de 2.000 euros impuesta a un arquitecto sevillano por un asunto administrativo ha prescrito y finalmente no tendrá que pagarla debido a una notificación que tendría que haberle llegado y nunca lo hizo. Así lo ha estimado el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número cuatro de Sevilla, según publica ABC Sevilla.

No le notificaron que su recurso había sido desestimado y que debía pagar la multa. Ahora, esta ha prescrito. (Foto: Getty Images)
No le notificaron que su recurso había sido desestimado y que debía pagar la multa. Ahora, esta ha prescrito. (Foto: Getty Images)

En 2011 un arquitecto de Sevilla cuyo nombre no ha sido hecho público y al que representa el bufete Burear Abogados fue sancionado con el pago de 2.000 por no haber informado a tiempo del comienzo de unas obras realizadas en un edificio privado. La Comisión de Patrimonio de la Junta le impuso la multa y él recurrió mediante un recurso de alza en el mismo 2011.

Cinco años después, en 2016, la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta resolvió la denegación del recurso, por lo que el arquitecto debía pagar. El problema fue que nunca se le notificó. De haberlo hecho, el plazo no habría vencido.

Lo que ocurrió después es que en 2018, siete años después de impuesta la multa, al sancionado se le abrió expediente y la Agencia Tributaria andaluza le embargó por esa sanción. Sus abogados lograron paralizarlo y acudieron a la vía contencioso-administrativa apoyándose en la Ley 40/2015 del Régimen Jurídico del Sector Público, en su aplicación con carácter retroactivo y en la jurisprudencia del Tribunal Supremo.

Con todo eso lo que solicitaban era que, habiendo pasado cinco años desde la imposición de la multa y dado que la notificación de la negación del recurso nunca llegó, esta fuese considerada prescrita, como así ha sido impidiendo a la Administración reclamar su pago. De haber llegado esa notificación, que debería haber sido emitida en 2016, se habría estado dentro del plazo y el arquitecto habría tenido que pagar.

Se da la paradoja de que una sanción impuesta por no cumplir con unos plazos haya sido anulada por no cumplir con otros. Desde Burear Abogados señalan a ABC Sevilla que este tipo de situaciones se dan habitualmente pero que la gente suele pagar para ahorrarse pasar por un proceso judicial.