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La UE le abre un proceso a Londres por su nuevo plan para el Brexit

PARÍS.- Decididamente, hasta el último día nada será fácil con el Brexit. La Comisión Europea (CE) lanzó hoy un procedimiento de infracción contra Gran Bretaña, después de que el gobierno de Boris Johnson ignorara el ultimátum fijado por los europeos para retirar su controvertido proyecto de ley que viola partes del acuerdo de salida adoptado por el Parlamento británico el 9 de enero de 2020.

"La Comisión decidió enviar una carta de intimación al gobierno británico. Se trata de la primera etapa de un procedimiento de infracción", anunció la presidenta del órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), Ursula von der Leyen. Los europeos habían dado a Londres hasta fines de septiembre, es decir, el miércoles, para retirar ese texto.

El anuncio se produjo en momentos en que los negociadores británicos y europeos están reunidos en Bruselas desde comienzos de semana y hasta hoy, en un decisivo ciclo de negociaciones sobre la futura relación comercial. El Reino Unido dispone ahora de un mes para responder a la Comisión. "Tras examen de sus argumentos o en ausencia de observaciones, la CE podrá -si lo juzga necesario-emitir un dictamen motivado", explicó.

El procedimiento podría llegar incluso a la Corte Europea de Justicia, que podría imponer enormes multas cotidianas a esas violaciones. El Reino Unido aceptó someterse a las decisiones de la Corte en casos iniciados antes de que termine el periodo de transición, el 31 de diciembre, y durante cuatro años más después de esa fecha.

El controvertido proyecto de ley, aprobado el martes por los diputados británicos, debe ser aún examinado por la Cámara de los Lores. Ese texto ignora ciertos compromisos asumidos por Gran Bretaña en el acuerdo que regirá su partida de la UE el 31 de enero.

Ese texto modifica, sobre todo, las disposiciones aduaneras en Irlanda del Norte y están destinadas a facilitar los intercambios comerciales en el seno del Reino Unido después de concluido el período de transición post Brexit, que terminará a fines de diciembre. Brandon Lewis, ministro a cargo de Irlanda del Norte, reconoció durante los debates previos a la votación en los Comunes que "el texto violaba el derecho internacional en forma específica y limitada".

"Por su naturaleza, ese proyecto representa una violación de la obligación de buena fe prevista en el acuerdo de salida. Si es adoptado, estará en total contradicción con el protocolo decidido para Irlanda e Irlanda del Norte", advirtió Von der Leyen.

El acuerdo inicial entre la UE y Gran Bretaña tuvo como objetivo garantizar la ausencia de una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda (miembro de la UE), evitando así el resurgimiento de tensiones en esa región, marcada por tres décadas de violencias, hasta la firma del acuerdo de paz del llamado Viernes Santo, en 1998. Un retorno a los controles aduaneros permite temer un retorno de las tensiones en la provincia británica. A juicio de Johnson, sin embargo, el nuevo proyecto trata de "proteger el país contra la interpretación extrema o irracional del protocolo, que podría conducir a una frontera en el mar de Irlanda", dijo.

Pero el primer ministro conservador fue criticado hasta en su propio campo, incluso por la expremier Theresa May. El líder de los independentistas escoceses del SNP en los Comunes, Ian Blackford, lo acusó de crear "un Estado canalla" y considerarse "por encima de las leyes", mientras que el expremier irlandés Leo Varadkar comparó la maniobra de Johnson con un acto "kamikaze".

A juzgar por los últimos sondeos de opinión, la decisión del premier británico no tardó en volverse en su contra. Sumado a su mediocre gestión de la crisis sanitaria, que provocó cerca de 42.000 muertos en su país, la poca seriedad en el tratamiento del Brexit le valen la desaprobación de más del 50% de los británicos. Por primera vez en años, el opositor Partido Laborista, dirigido desde abril por el proeuropeo y moderado sir Keir Starmer, supera a los tories en intenciones de voto por 42% contra 39%.