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Uber asalta el mercado de las citas médicas

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Desde hace unos meses, en varias localidades de Estados Unidos, ha dado inicio una nueva modalidad de transportación de personas. Se trata de la alianza que la compañía de taxis Uber ha realizado con hospitales y clínicas de diversas especialidades para garantizar la asistencia y puntualidad de aquellos pacientes que no disponen de autos propios.

Enfocada fundamentalmente a una capa social menos favorecida, básicamente con personas mayores como clientes, este nuevo paso demuestra la voracidad y el afán de crecimiento de una compañía sui géneris de taxis a domicilio que tantas polémicas ha generado en algunas capitales de Europa y América Latina.

Pero todo parece indicar que en Estados Unidos avanza la aceptación ciudadana e institucional de esta modalidad de desplazamiento y que esta seguirá siendo su plaza fundamental. Que las clínicas privadas y los hospitales se estén asociando a Uber da cuenta de la importancia que esta marca ha ido adquiriendo.

Instituciones sanitarias y de asistencia como Hackensack UMC, de New Jersey, el Sarasota Memorial Hospital, en Florida, la empresa de comunicación para la salud Relatient y la National MedTrans Network, han sido los pioneros de esta iniciativa que les favorece directamente –porque elimina las ausencias a las consultas de pacientes regulares, además de facilitarles la existencia-, y que, como era de esperar, aumenta la rentabilidad de Uber.

Sobresale en estas gestiones el nombre de MedStar Health, una organización de servicios de salud sin fines de lucro, con operaciones en 120 entidades, que incluye hospitales desde Washington hasta Baltimore.

“MedStar tiene como objetivo convertirse en una organización de salud digital de primer nivel. Nuestra asociación con Uber es un pequeño paso hacia un futuro en el que la relación con el paciente se haga posible a través de la tecnología”, explica la dirección de MedStar.

Que los traslados sean seguros y confiables sobre todo para los pacientes con enfermedades crónicas, para algunos de los cuales conducir sus autos resulta un peligro, es una prioridad de ambas partes, con el agregado de que en algunos casos estas transportaciones están siendo cubiertas por Medicare.

Habida cuenta de que la mayoría de los pacientes de edad avanzada no se desempeñan bien en el uso de la tecnología, son las mismas instituciones médicas las que se ocupan de estas gestiones con las fechas y los horarios, con la novedad de que hasta se hacen responsables de contactar con los pacientes, a modo de recordatorio, días antes de la cita.

Se trata de un sector con muchas aristas y con un gran potencial financiero. Desde hace medio año, el Sarasota Memorial Hospital echó a andar un periodo de pruebas, elogiado durante la Semana de la Innovación de la Salud, para convencerse de la viabilidad del proyecto, teniendo en cuenta además su gran utilidad.

Pero no solo en el segmento de las consultas médicas se ha notado esta aplicación: para las salidas del hospital de pacientes que son dados de alta y que no disponen de familiares que los recojan, Uber ha dado el paso. La institución médica queda complacida porque ha dejado al paciente en buenas manos, y la compañía no deja de ampliar su contabilidad.

Ya a mediados de 2015, Uber ofreció sus servicios para colaborar con los propios médicos en sus visitas a domicilio, a través de la aplicación Uberhealth, si bien el plato fuerte del negocio sigue siendo garantizarles la asistencia y la puntualidad a los pacientes que están obligados a revisiones periódicas, como son las personas aquejadas de asma y de diabetes.

“El transporte puede hacerse difícil para las personas que asisten con regularidad a los proveedores de atención médica”, declaró Ben Gerber, profesor asociado de medicina en la Universidad de Illinois, en Chicago, quien ha estudiado los problemas de transporte para los pacientes.

En un análisis de 25 estudios realizados en 2013, Gerber y sus colegas encontraron que del 10 al 51% de los pacientes aseguraba que la falta de transporte resultaba una barrera para el acceso al cuidado de la salud. Uno de esos estudios demostró que el 82% de aquellos que cumplieron con sus citas tenían sus propios autos, mientras que el 58% de los que faltaron no tenían cómo llegar a ellas.

También se demostró que quienes se valían del autobús eran dos veces más propensos a faltar a las consultas que los pacientes con automóviles.

Por otra parte, a inicios de 2015, ya se había puesto en marcha, tanto en Los Ángeles como en San Francisco, la aplicación Heal, que comprende un plan de visita a domicilio, pero sobre todo un sistema de disponibilidad de médicos generales y pediatras desde las 8 de la mañana hasta las ocho de la noche, a lo largo de los siete días de la semana, como lo explica en el New-York Times el Dr Renee Dua, uno de los fundadores de Heal y su director médico.

Pero por el momento, es Uber el que manda. Ya no se trata solamente de desplazamientos ordinarios ni de su entrada en el mundillo de la entrega de comida. Ahora la compañía se afianza a uno de los sectores más estratégicos para el ser humano: el del acceso a la salud.