“Tuve una relación traumática con mi papá”: Maisie Williams, de Game of Thrones, revela detalles de su niñez

Todas la conocemos por su papel como Arya Stark en Game of Thrones, y ella misma dice que aun le cuesta creer su participación en una de las series más vistas de la historia, pero hoy Maisie Williams reveló que tuvo una niñez sumamente difícil por la “relación traumática” con su padre.

En una entrevista con Steve Bartlett, conductor del pódcast Diary of a CEO, la actriz de 25 años relató varios aspectos de su vida que no había compartido antes. Por ejemplo, cómo fue que su vida cambió por completo cuando, a los 12, comenzó a interpretar a Arya; al mismo tiempo lidiaba con ansiedad y otros trastornos mentales por su infancia.

Maisie explicó que desde que era muy pequeña había problemas en su casa que, incluso, se notaban en su escuela y preocupaban a sus maestras.

Te recomendamos: “No extraño Game of Thrones”: Maisie Williams admite que resintió a Arya Stark

Tuve una relación traumática con mi papá y, desde que recuerdo, tuve problemas para dormir. Cuando tenía unos ocho años, de verdad estaba batallando”, relató y explicó que una maestra le pidió hablar en privado. “Me preguntó si había desayuno, dije que no, y me preguntó si desayunaba regularmente. Dije que no”.

Mi mamá fue por mí a la escuela y esa fue la primera vez que todas las puertas se abrieron y que se pusieron las cosas sobre la mesa”, dijo.

La actriz de Game of Thrones agregó que, aunque ella sabía que las cosas en casa “no eran normales”, ella quería luchar y decir que nada estaba mal. “Fui adoctrinada por mi papá. Creo que es por eso que estoy obsesionada con los cultos”.

Incluso, dijo, después de que su mamá logró “escapar” de su papá, ella seguía sintiéndose culpable por la situación.

Maisie Williams dijo que, de alguna manera, todo ese dolor lo pudo transmitir en su actuación. “Sé lo que se siente, está enormemente influenciado, en mi trabajo tengo acceso a toda esa confusión y dolor y de verdad siento todo con cada fibra de mi ser. Todo es fingido, sí, pero la emoción es real y todo va hacia la superficie“.

Además, agregó que cuando veía a otras niñas de su edad disfrutar de los juegos o de sus familias, se preguntaba “¿cuándo me tocará a mí?”.