El ex presidente Donald Trump no es ajeno a la polémica ni a jugar al golf con famosos, así que el jueves se sintió como en casa bajo los reflectores del torneo LIV Golf’s Invitational Series en Miami.

“Va muy bien”, aseguró a los periodistas, mientras jugaba el jueves por la mañana un pro-am con los golfistas Brooks Koepka, Sergio García y su nieta de 15 años Kai Trump.

“Dinero ilimitado”, dijo sobre el torneo.

El Campeonato por Equipos del torneo en Miami —la última de las escalas de la gira, que se juega durante cuatro días en el Trump National Doral— comenzó el jueves con el golpe de salida de Trump que atrajo a más de una docena de camarógrafos al campo.

Estaba allí para jugar al golf. Pero al ex presidente le costó mantenerse alejado de la política mientras lucía su característica gorra “Make America Great Again”.

“¿Creen que Biden pudiera hacer eso?”, gritó a los periodistas después de golpear una bola. “No lo creo”.

El torneo de golf LIV se ha visto envuelto en la controversia por el apoyo financiero del tour por parte de Arabia Saudita, un gobierno cuyo historial general de violaciones de los derechos humanos y su presunto papel en el atentado del 11-S han provocado protestas y críticas.

Aun así, mientras Trump jugaba nueve hoyos el jueves, se detuvo a firmar gorras, libros y camisetas a los aficionados. Restó importancia a las críticas a la liga, que pretende rivalizar con el PGA Tour. El PGA celebró durante años un popular torneo en el complejo Doral de Trump, pero anunció en medio de su exitosa pero controvertida campaña presidencial de 2016 que trasladaría el torneo a México.

Con Trump en el pro-am estaba Majed Al Sorour, director general de la Federación Saudita de Golf.

Cerca de Doral, un grupo de sobrevivientes del 11-S y familiares de las víctimas se reunieron el jueves en una rueda de prensa para denunciar el torneo por lo que, según ellos, fue el papel de los funcionarios sauditas en el atentado de 2001.

“¿Golf LIV? Para nosotros, es el golf de la muerte”, dijo Dennis McGinley, hermano de la víctima del 11-S Danny McGinley, informó NBC6 Miami.

La presencia de Trump en su campo de golf también se produce un día después de que su comité político anunciara que haría campaña por el senador estadounidense Marco Rubio en el sur de la Florida el domingo antes del día de las elecciones. El anuncio del comité no mencionó al gobernador Ron DeSantis, un protegido de Trump que es ampliamente visto como una potencial amenaza para la posible campaña del ex presidente en 2024 para regresar a la Casa Blanca.

Los asesores del gobernador de la Florida, DeSantis, informó Politico Florida, fueron tomados por sorpresa por el mitin de Trump, al que supuestamente el gobernador no fue invitado. Ni Trump ni DeSantis —que se postula para la reelección contra el demócrata Charlie Crist— han anunciado oficialmente su candidatura a la presidencia en 2024, pero ambos han alentado las especulaciones sobre sus candidaturas, un escenario que probablemente establecería un enfrentamiento divisivo dentro del partido.

“No, es un hombre agradable y me gusta”, dijo Trump cuando un periodista del Miami Herald le preguntó si pensaba hacer campaña con el gobernador republicano.

Trump, que estaba hablando con sus seguidores, no se quedó mucho tiempo para responder a las preguntas.

“No quiero decir algo que me meta en problemas”, dijo.