Trump intensifica la campaña mediática contra el impeachment

WASHINGTON.- Bajo la amenaza de un juicio político, Donald Trump, la Casa Blanca y los republicanos desplegaron una amplia campaña mediática para ganar la opinión pública y deslegitimar la investigación de los demócratas sobre el Ucraniagate. La ofensiva del oficialismo, que incluye ataques a los testigos que uno tras otro ofrecieron su testimonio en audiencias públicas, busca montar una férrea defensa para blindar a Trump, quien ayer volvió a denunciar un "golpe" en su contra.

"Este impeachment es una farsa", dice una voz en off en un pulido aviso de campaña que Trump difundió en su cuenta en Twitter, ayer, mientras dos funcionarios de su gobierno testificaban y brindaban detalles sobre el Ucraniagate en el Capitolio. El mensaje dice que los demócratas quieren "derrocar" a Trump, "deshacer" la elección de 2016 y "silenciar" las voces de los seguidores de Trump.

"Prometieron un golpe. Ahora están tratando de llevarlo a cabo", afirma el locutor.

Unos minutos después, la Casa Blanca atacó desde la cuenta oficial en Twitter la credibilidad de uno de los principales testigos de la investigación de la oposición justo cuando testificaba en el Congreso. Alexander Vindman, un teniente coronel condecorado que trabaja en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, respondió preguntas ayer de los legisladores sobre la polémica llamada entre Trump y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la cual el magnate le pidió que pusiera en marcha una investigación que involucra a Joe Biden, uno de sus potenciales rivales en 2020.

Vindman fue uno de los funcionarios que escucharon la llamada. Ayer, bajo juramento, la calificó de "inapropiada". Trump dijo en reiteradas ocasiones que fue "perfecta".

Trump y sus aliados, incluidos columnistas en medios afines al gobierno, han buscado retratar la investigación como una "farsa" y una "cacería de brujas", y a los testigos de los demócratas como "nunca trumpistas", diplomáticos y funcionarios opositores al presidente.

Su familia participa de la ofensiva. Uno de los hijos del mandatario, Donald Trump Jr., sumó ayer su voz a los ataques contra Vindman.

"Es un burócrata partidista de bajo nivel y nada más", tuiteó Junior. Vindman, un veterano de la guerra de Irak, fue condecorado con el Corazón Púrpura antes de sumarse a la Casa Blanca como experto en Ucrania.

Las últimas encuestas parecen validar la estrategia oficial que apunta a ganar la batalla por la opinión pública. Aunque el apoyo a un juicio político se amplió entre los estadounidenses desde que los demócratas abrieron su investigación, Trump aún goza de un piso de respaldo del 40%, según el análisis de sondeos del sitio FiveThirtyEight. Entre los republicanos, su aprobación es casi unánime: nunca cayó debajo del 80 por ciento.

A la par de los ataques a los testigos de la investigación y a las acusaciones de los demócratas, Trump se ha preocupado también por recordarles a los estadounidenses la inédita era de bonanza económica que atraviesa el país. Ayer, desde la Casa Blanca, Trump volvió a cuestionar toda la ofensiva y la investigación como un "tribunal de canguro", y mencionó que el Nasdaq, el índice de Wall Street que agrupa a las empresas tecnológicas, ya trepó un 27 por ciento este año.

"Yo no lo veo como un 27 por ciento, lo veo como trabajos. Son trabajos. Es así de simple. La bolsa rompió el techo desde la elección, creo que es algo como 70 por ciento, algo que nadie consideró posible", afirmó. "Desde la elección, hemos creado riqueza por 11 billones de dólares", insistió.

La Casa Blanca dice que la investigación de los demócratas es "ilegítima" y que los testigos solo han ofrecido opiniones y conjeturas de la llamada con Zelenski sin aportar prueba alguna de que Trump cometió un crimen que amerite un juicio político. La líder demócrata, Nancy Pelosi, sugirió que la oposición podría acusar a Trump de extorsión por haber supeditado ayuda militar a Ucrania a cambio de la investigación sobre Biden.

"Nada de lo que el presidente Trump ha hecho o dicho equivale a 'soborno' o cualquier otro crimen", dijo la vocera presidencial, Stephanie Grisham.

Rumores y furia por la salud

El presidente norteamericano, Donald Trump, está furioso con las especulaciones sobre su estado de salud tras acudir el fin de semana al hospital militar Walter Reed. El mandatario, de 73 años, fue el sábado al hospital para "iniciar su chequeo médico anual". "He realizado un chequeo médico. Regreso y mi mujer me dice: 'Cariño, ¿estás bien? ¿Qué ocurre? Dicen que tal vez tuviste un paro cardíaco'", contó ayer Trump. "¡Esa gente es enferma! ¡La prensa en este país es peligrosa! No tenemos libertad de prensa en este país, ¡tenemos lo contrario! Tenemos medios corruptos y espero que mejoren", declaró.