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Trump cede a la presión y califica de criminales a neonazis y Ku Klux Klan

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hace una pausa durante una declaración sobre las protestas violentas en Charlottesville. Casa Blanca en Washington. 14 de agosto de 2017. REUTERS/Jonathan Ernst

Por Scott Malone y Jeff Mason CHARLOTTESVILLE/WASHINGTON (Reuters) - El presidente estadounidense, Donald Trump, condenó el lunes a supremacistas blancos -incluyendo a grupos neonazis y el Ku Klux Klan- que se manifestaron violentamente en Virginia el fin de semana, y dijo que el racismo, el odio y el fanatismo no tienen cabida en Estados Unidos. Trump fue duramente criticado por demócratas y republicanos por no responder con más decisión a la violencia del sábado en Charlottesville, donde una mujer murió cuando un hombre arrolló con su automóvil a un grupo de personas que se manifestaban contra la marcha por la supremacía blanca. El presidente ejecutivo de Merck & Co Inc, una de las mayores farmacéuticas del mundo, renunció el lunes al Consejo Manufacturero de Estados Unidos, diciendo que estaba tomando una posición contra la intolerancia y el extremismo. Los CEOs de otras dos compañías importantes -la firma de ropa deportiva Under Armour y el fabricante de microprocesadores Intel Corp- renunciaron al consejo horas después. "El racismo es malvado y aquellos que actúan violentamente en su nombre son criminales y matones, incluyendo al KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos que promueven el odio que son incompatibles con todo lo que amamos como estadounidenses", dijo Trump en la Casa Blanca. Sus críticos dicen que Trump tardó demasiado en referirse a los hechos de violencia y lo censuraron por inicialmente hablar de "varias partes" involucradas, en lugar de condenar explícitamente el supremacismo blanco al que en general se consideró instigador de los enfrentamientos. Un hombre de 20 años, que en su adolescencia habría sido simpatizante nazi, se enfrenta a cargos por atropellar a manifestantes que se oponían a la concentración nacionalista, provocando la muerte de Heather Heyer e hiriendo a 19 personas. El tribunal le negó la fianza al acusado, James Alex Fields, en una audiencia del lunes. Los disturbios del sábado surgieron después de que nacionalistas blancos se reunieron en Charlottesville para protestar por los planes para retirar una estatua del general Robert E. Lee, comandante del ejército confederado proesclavista drante la Guerra Civil de Estados Unidos. La denuncia tardía de Trump de los supremacistas blancos fue bienvenida por la madre de Heyer, Susan Bro, quien agradeció al presidente por lo que describió como "esas palabras de consuelo y por denunciar a quienes promueven la violencia y el odio". Pero no todo el mundo se mostró apaciguado. "Ojalá hubiera dicho esas mismas palabras el sábado", respondió el senador demócrata Mark Warner de Virginia a la cadena MSNBC. "Estoy decepcionado porque haya tardado un par de días". El lunes más tarde, Trump apuntó contra sus críticos en Twitter: "Hice comentarios adicionales sobre Charlottesville y me di cuenta una vez más de que los Medios de Noticias #Falsas nunca estarán satisfechos ... ¡gente realmente mala!"