Ni Trout ni Othani, la estrella más brillante fue Sandy Alcántara en el triunfo de los Marlins

Alguna vez Noah Syndergaard era considerado, quizá, el lanzador más potente del béisbol gracias a rectas aterradoras que le ganaron el apodo de “Thor’’ como ese personaje mitológico de Hollywood. Por esos mismos días a Sandy Alcántara se le consideraba un prospecto de cierta promesa.

Cuanto han cambiado las carreras de Syndergaard y Alcántara, al punto que el primero sobrevive sobre un precipicio de lanzamientos que a duras penas sobrepasan las 90 millas por hora y rompimientos de todo tipo, mientras que el segundo se apunta para candidato al Cy Young.

“Se que muchos vinieron a ver a [Mike] Trout, que es uno de los mejores peloteros de esta generación y [Shohei] Othani, pero fue bueno ver que muchos fanáticos pudieron ver a Sandy’’, comentó el manager Don Mattingly de los 13,338 aficionados en el loanDepot park.

“Sandy se ha convertido en esa atracción que debe ser vista y ojalá más aficionados vengan en sus días de labor’’.

Todavía fresco de su premio como Lanzador del Mes de junio en la Liga Nacional, Alcántara dio el martes por la noche nuevas muestras de su talento al guiar a los peces a un triunfo 2-1 en lo que fue la sexta victoria consecutiva de Miami y a colocarse a un juego de la marca de .500 (39-40).

Si algún jugador representa mejor que nadie esta remontada de los Marlins es Alcántara, quien en sus últimas 11 aperturas desde el 11 de mayo exhibe balance de 6-1 con efectividad de 1.39, al permitir solo 50 imparables y 13 carreras limpias en 88.2 entradas de faena.

“Quería salir a trabajar en el noveno, pero me explicaron que el octavo se había demorado mucho y que era mejor para el equipo y para mí a largo plazo’’, explicó el dominicano. “La meta es trabajar cada cinco días y darle al equipo una oportunidad de victoria’’.

Como si fuera poco, Alcántara ha lanzado al menos siete capítulos en 11 actuaciones consecutivas y es el único en todas las Grandes Ligas con al menos dos juegos completos, demostrando una durabilidad que cada vez se ve menos en las Mayores.

Alcántara mantuvo en un puño a los Angelinos con un recta rápida que ya hubiera querido Syndergaard en sus buenos tiempos, pero muy superior en movimiento a la mostrada por el actual lanzador de los californianos cuando vestía el uniforme de los Mets de Nueva York.

Baste decir que le pegaron dos hits, el primero salió de una conexión de bate quebrado de Luis Rengifo y no llegó hasta la quinta entrada, y el segundo se produjo por la rapidez de piernas de Trout, quien había recibido par de ponches antes de embasarse en la séptima.

Y no se trata de que Syndergaard lo hiciera mal al ponchar a ocho en cinco episodios. Después de un rosario de lesiones, el antiguo lanzador de poder se ha reinventado como un pitcher inteligente que echa mano a una sarta de rompimientos que mezcla con alguna recta solitaria que llega a marcar 93 millas por hora, pero ante un rival como Alcántara no podía cometer errores y tuvo dos.

El primero fue un cuadrangular en la tercera entrada de Garrett Cooper, quien también ha sido un símbolo de esta mejoría de Miami y está demostrando lo que puede hacer en estado saludable, y el segundo error nació de lo brazos de Bryan de la Cruz en la quinta.

“Creo que Syndergaard nos sorprendió a todos con su manera de lanzar’’, agregó Alcántara. “Recuerdo que una vez lo vi lanzar cuando yo estaba en San Luis y su recta era de 100 millas por hora. Ahora ha tenido que lidiar con el tema de las lesiones y se ve un pitcher diferente’’

Finalmente, los Angelinos anotaron una carrera en la novena entrada cuando ya Alcántara se había marchado luego de 107 lanzamientos, pero Tanner Scott supo sacar los tres últimos outs y minimizar el ataque de los visitantes.