La transformación digital impulsa el crecimiento de las pymes

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Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son el motor económico en América Latina y el Caribe: representan el 99 % de la composición empresarial, el 62 % en generación de empleo y el 24 % de la producción, aproximadamente. Pero, a pesar de su importancia para la economía de la región, hay una brecha importante en su digitalización. Es decir, en la incorporación y uso eficientes de las nuevas tecnologías, en todos sus procesos, para establecer un modelo de negocio más competitivo.

Los retos que enfrentan las pymes en su digitalización son muchos. La suma de ellos puede significar que los países de América Latina y el Caribe, incluido México, pierdan ese importante motor de crecimiento y equilibrio económico.

Hasta 2022, entre los países de la región que mejor habían incorporado las TIC en los negocios y desarrollado infraestructuras para el comercio electrónico estaban Brasil, Argentina y México.

Sin embargo, aún incorporando las nuevas tecnologías en las empresas los retos son enormes. Para el Instituto para la Competitividad en México (IMCO), la ruta para la digitalización de las empresas gira en torno a:

  • Telefonía móvil.

  • Comercio electrónico.

  • Pagos digitales.

  • Computación en la nube.

  • Redes sociales.

  • Aplicaciones móviles.

  • Análisis de datos.

Según datos del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en México, la historia de la digitalización de las pymes tiene un sabor agridulce pues han fracasado en el intento de incorporar las tecnologías de la información a las empresas.

Los principales retos son la concepción de la digitalización, como usar computadoras o tener redes sociales.

Tener una computadora no es digitalizar

La digitalización de las pymes va más allá de tener una computadora y redes sociales, y aquí van algunas claves:

  • Infraestructura tecnológica: si bien las empresas han incorporado sistemas de información con programas especializados, muchos de ellos son estándares, y no satisfacen las necesidades específicas de la industria, o se han incorporado por necesidades fiscales (como las computadoras para facturación en pymes). Otro elemento a considerar es la cobertura de internet: todavía hoy, en México hay zonas sin cobertura de internet y los costos de banda ancha siguen siendo los más altos de América Latina.

  • Capacitación: aunque muchas pymes cuenten con infraestructura tecnológica, su personal no está capacitado para operar ni sacarle el mayor provecho. Por tanto, tampoco el big data y el análisis de datos están siendo aprovechados por las empresas.

  • Presencia digital: muchas pymes están en las redes sociales y tienen página web sin haber establecido un objetivo estratégico para ello. Aunque esto les da presencia en el universo de internet, cuando no se actualiza la información, no se generan nuevos contenidos ni se da respuesta a las búsquedas y comentarios de los usuarios, terminan quedando obsoletas y perjudican a la imagen digital de la empresa.

  • Dinero digital, pagos en línea: la falta de digitalización de sus formas de pago (transferencias, pagos con tarjeta, PayPal o el pago de impuestos) dificulta a las pymes que los clientes las prefiera por encima de las que sí ofrecen estos servicios de pago.

  • Seguridad de los datos, privacidad y marco legal: debe haber un marco legal que regule la información que se proporciona a la empresa y lo que puede o no puede hacer con ella. Un vacío legal de este tipo implica un riesgo para los clientes y usuarios y una responsabilidad aún no cuantificada para los empresarios.

Lo que aportan y lo que necesitan

Vale la pena considerar que las pymes crean empleo, contribuyen al PIB, generan innovación y desarrollo regional e impulsan el emprendimiento. Es necesario, pues, mantener su crecimiento económico e impulsar su digitalización mediante:

  • Mayor inversión en infraestructura y cobertura.

  • Legislación en materia de tecnologías de la información en las industrias.

  • Desarrollo de capacidades digitales, desde la educación y la capacitación para el empleo.

  • Creación y fomento de cultura empresarial digital.

  • Creación de una relación de confianza con el consumidor.

La digitalización no es un proceso único, sino un proceso de mejora continua. Significa mantenerse actualizado sobre las últimas tendencias tecnológicas y buscar oportunidades para mejorar y crecer en el entorno digital.