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Tragarse los mocos es “más saludable" que sonarse mal

Los riesgos para la salud de una mala limpieza nasal

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Sonarse fuerte y taponar los dos orificios son los errores principales. (Foto: Getty Images)

La maniobra de sonarse la nariz no es tan beneficiosa como se cree. Al sonarse, muchas personas aprietan fuertemente ambos lados de la nariz entre sus dedos protegidos con un pañuelo y soplan con gran esfuerzo y mayor estruendo.

Con esta maniobra se moviliza poco contenido de la nariz y sin embargo, se produce una gran presión dentro de la cavidad nasal que genera una inversión del flujo del moco impulsándolo al interior de los senos nasales (cavidades óseas que comunican con la nariz) y las trompas de Eustaquio (pequeños conductos que comunican la nariz con el interior del oído).

Aunque no se puede afirmar rotundamente que sea perjudicial, si que es posible introducir los virus o bacterias con el riesgo de causar una sinusitis u otitis media.

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Los mocos pueden acabar ‘estancados’ en los oídos. (Foto: Getty Images)

"Nos sonamos mal y no se trata solo de que los mocos que no se expulsan del organismo sean molestos, sino que terminan provocando rinitis, otitis, faringitis, sinusitis, entre otras patologías. De ahí que la fisioterapia respiratoria sostenga que lo primero que hay que hacer es aprender a sonarse", explica el secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), José Santos.

En concreto, sonarse mal podría provocar sinusitis por acumulación de las secreciones en las vías altas debido a un mal drenaje y… si éstas se acumulan en las vías respiratorias bajas podría acabar causando complicaciones aun más serias como bronquiolitis o neumonía, según advierten los fisioterapeutas en el marco de la campaña 12 meses, 12 consejos de salud.

Y es que, tal y como han explicado los expertos, “no sirve de nada” sonarse tapándose los dos orificios nasales, sino que hay que hacerlo bloqueando primero uno y después el otro.

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Los ejercicios de ‘digitopresión’ pueden aliviar la congestión nasal. (Foto: Getty Images)

Otra cosa que hacemos mal es sonarnos con demasiada fuerza. Cuanto mayor sea la fuerza con que te suenes, más probabilidades hay de que alguna mucosidad vaya a parar a los conductos de los senos nasales que ya están inflamados, con lo que solo lograrías extender la infección.

O peor, puede que al sonarte hayas sentido un crujido en los oídos, lo cual quiere decir que la fuerza ha impulsado la mucosidad hacia el oído medio.

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Por asqueroso que parezca hay una segunda opción que consiste en tragarse las secreciones, lo que resulta “mucho más saludable” que no expulsarlas o sonarse mal.

El modo correcto de sonarse consiste en apretar un solo lado de la nariz con el dedo disimulado bajo el pañuelo y soplar por el otro lado, con espiraciones nasales rápidas. Acto seguido se hace la misma operación alternando los lados. De esta manera el sonido es menor y el vaciado de las fosas nasales mucho más completo.

Por cierto, cuanto termines, tira el pañuelo. Nada de guardarlo en la manga para usarlo la próxima vez (usa otro… ¡no seas tacaño!) y no olvides lavarte las manos con agua y jabón.

Además de sonarse correctamente, los fisioterapeutas han recomendado a quienes comienzan a tener problemas para respirar a llevar a cabo una buena higiene nasal.

Esto quiere decir que entre los hábitos de higiene diarios las personas que respiran con dificultan debería llevar a cabo un lavado nasal integral.

Otro remedio son los aerosoles con una solución de agua salina. (Foto: Pixland / Getty Images)

Para hacerlo correctamente aconsejan disolver en agua una cucharada de sal, llenar una jeringa e introducir el agua con sal (sin pasarse de presión) a través de uno de los orificios nasales con la cabeza ladeada hasta que el agua sea expulsada por el otro orificio.

Sigue esta regla siempre, pero especialmente por las mañanas, ya que los conductos nasales tienden a resecarse durante la noche mientras duermes.

Una cosa más… Los clásicos vahos o inhalaciones de vapor de agua, sola o con algún agente balsámico como el mentol, también que favorecen la hidratación de las secreciones y la descongestión nasal.