Tobey Maguire, el cerebro tras las millonarias partidas de póker en Hollywood

Por muy fantasiosas que sean las historias que cuentan las películas de Hollywood, en la meca del cine hay ocasiones en las que la realidad supera la ficción. Incluso aunque ya haya ficciones inspiradas en esa realidad. Así se ha sabido estos días gracias a las revelaciones del libro “The Billion Dollar Hollywood Heist” (que podría traducirse como El multimillonario atraco de Hollywood), que tiene todos los ingredientes para montar una película de acción en la que no faltan protagonistas para una buena historia, como Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Ben Affleck o el cerebro del asunto, Tobey Maguire.

El volumen está escrito por el exproductor de televisión Houston Curtis, que durante años fue colaborador de Maguire. Juntos montaron una enorme casa de juego de póker en Hollywood -primero en casa del actor de “Las reglas de la vida”; después en la suite de un lujoso hotel- en la que, cada martes, millones de dólares se ponían encima de la mesa. Curtis había ganado en 2004 un campeonato mundial de póker, aunque Maguire no sabía de su pericia y lo invitó a unas partidas; él fue precavido para no desplumar a los demás y no llamar demasiado la atención. Al año siguiente empezarían su negocio.

La historia, probablemente, le suene a más de uno. Partidasas secretas, millones en la mesa, hoteles de lujo, poder y dinero... Efectivamente, en ella se basaron el libro y más tarde la película de 2017 “Apuesta maestra” (Molly's Game, por su título original). Molly era Molly Bloom (interpretada luego por Jessica Chastain), que empezó como una mera observadora y acabó manejando las riendas del asunto. Pero eso, afirma Curtis, fue solo en su versión.

Porque aquel secreto a voces era cosa de Maguire y Curtis. DiCaprio, Damon, Affleck, los directores Nick Cassavetes (“Diario de una pasión”) y Todd Phillips (“¿Qué pasó ayer?”, “Joker”) o Guy Laliberté, fundador del Cirque du Soleil, fueron quienes estuvieron presentes en todo ese apaño entre los años 2005 y 2009. Ellos eran algunos de los nombres famosos, porque la mayoría eran millonarios poco conocidos para el gran público, pero a los que, como a cualquier mortal, les gustaba codearse con estrellas de Hollywood, que servían como cebo y para contar anécdotas. Según Curtis, el productor Rick Salomon -que había adquirido una cierta fama por protagonizar una película sexual con Paris Hilton- le hizo varias preguntas en plena partida a Ben Affleck sobre las características del trasero de su entonces reciente exprometida, Jennifer Lopez.

Las cifras que se manejaban eran extraordinarias. "Ganar 20 mil dólares era como perder", cuenta Curtis en un adelanto del libro publicado por el diario The New York Post.

En el negocio también estaba implicada la primera novia -desde 2003- y después esposa- entre 2007 y 2017- de Maguire, la diseñadora de joyas Jennifer Meyer, hija del alto ejecutivo y vicepresidente de NBC Ron Meyer. Según Curtis, "quería que se sintiera incluida". Los jugadores solían darle altas propinas.

Pero hubo un momento en el que el actor de Spiderman se sintió incómodo por tener a los jugadores en su casa. Aunque les daba zuecos y les obligaba a quitarse los zapatos al entrar, le molestaba que escupieran, que pidieran pizzas de salame en su hogar, siendo él vegano. Por eso decidió cambiar el escenario por el Viper Room, el local de Los Ángeles tristemente famoso por ser en el que murió River Phoenix, y después por una suite del hotel Four Seasons.

Fue en el Viper Room donde entró en juego la famosa Molly, ya que el dueño del club se la presentó a Maguire y Curtis para que sirviera bebidas y echara una mano. Al final, llegó a ganar 30 mil dólares en propinas en una sola noche.

Poco a poco la existencia de la partida empezó a correr por Hollywood y se unirían a ella ricos "que no sabían ni barajar las cartas", recuerda Curtis. También fue ahí cuando entró en el juego DiCaprio, íntimo de Maguire desde la infancia, siempre según la versión del productor de cine, con quien Maguire compartía parte de las ganancias y al que cubría las pérdidas, en caso de tenerlas, cosa que ocurría con poca frecuencia: DiCaprio siempre ganaba.

Quien no tuvo tanta suerte fue Matt Damon, que una noche perdió ante Curtis, tal y como él recuerda, más de 50 mil dólares. No tenía dinero "y Affleck escribió el cheque por él". También desplumó al creador del Cirque du Soleil: "La primera vez que gané un cuarto de millón de dólares fue la primera noche de Guy [Laliberté] en el juego". No se lo tomó a mal, ya que invitó a todos los compañeros de juego a volar con él en su jet a Hawai.

Curtis también se hizo rico gracias al juego: calcula que ganó hasta 15 millones de dólares, comprando una mansión para él y su familia, para su madre, su hermano... Pero la suerte no es eterna. Todo acabó en 2009, cuando la timba empezó a ser investigada por abogados, que vigilaban en especial a Molly Bloom. La sangre no llegó al río porque no habían llegado a quebrar ninguna ley.

Sin embargo, la mansión de Curtis bajó en casi un 70 por ciento de su valor, perdió 100 mil dólares en Las Vegas y poco después un millón en una sola noche. Su mujer se marchó con sus hijas. Él tuvo que irse a vivir con su madre, que se vio obligada a vender aquella gran casa y sufrió un problema cardíaco que casi le costó la vida. Un ejecutivo de televisión le ayudó con 15 mil dólares para salir adelante; Tobey Maguire le prestó 600 mil dólares. No fueron suficientes. Lo perdió todo, pero su salud se recuperó y está escribiendo otro libro. Según Curtis, el actor (que logró unos 36 millones de dólares gracias a Spiderman), habría ganado entre 30 y 40 millones gracias a esa larga y afortunada mano de póker.