Por un tiroteo en la puerta de un hospital, cae una banda que robaba en joyerías

Tras 5000 horas de escuchas, lograron identificar a los organizadores de la banda

Cinco personas fueron detenidas acusadas de integrar una banda que se dedicaba a cometer robos a financieras, casas de cambio y joyerías. Pudieron ser identificados porque hace un mes balearon en la puerta de un hospital de Quilmes a un policía que salió en defensa de un comerciante asaltado. Entre los integrantes de la banda está el padre y el tío de un futbolista de Unión de Santa Fe. La organización está también acusada de cometer entraderas y escruches en viviendas en la zona sur del conurbano.

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Por orden de la fiscal de la causa, Ximena Santoro, los cinco sospechosos fueron detenidos tras once allanamientos en domicilios de Berazategui y Quilmes. Según dijeron fuentes judiciales y policiales a Télam, entre los líderes de la banda, están los hermanos Carlos y Eduardo Milo (alias "Toti"). Este último es el padre del defensor Federico Milo, exArsenal y San Martín de San Juan. Ambos fueron imputados como coautores del delito de "robo calificado por el uso de arma en concurso ideal con robo calificado por resultar lesiones graves y en concurso real con resistencia a la autoridad".

Los líderes de la banda se manejan con otras personas que van fluctuando, que se acercan a la organización a aportar el dato sobre algún negocio de joyería, casas de cambio y financieras"Fuentes de la causa

Además, un hombre identificado como Simón Goméz fue detenido como presunto "partícipe necesario", mientras que una mujer llamada Pamela Ochoa y un camillero identificado como Eduardo Sánchez, que trabajaba en el hospital Evita Pueblo de Berazategui, quedaron imputados por "encubrimiento agravado por resultar de un hecho precedente especialmente grave". Los acusados están siendo indagados.

La banda fue identificada por los investigadores porque el 29 de abril último, dos de sus integrantes, Cristian Romero y Juan Carlos Forlán, balearon en un brazo a un policía que salió en defensa de un joyero que había sido herido por motochorros y buscaba refugio en la guardia del hospital Isidro Iriarte, de Quilmes. En esa ocasión, los dos ladrones en moto persiguieron a la víctima, que recibió un balazo en una pierna, hasta la entrada del hospital. Allí, un policía de la Unidad de Prevención Local que realizaba tareas de seguridad en la entrada de la guardia salió a la calle a defenderlo y, cuando extrajo su arma y dio la voz de alto, los delincuentes lo balearon en el antebrazo izquierdo y huyeron. Al día siguiente, el cuerpo de Forlán fue hallado con varios disparos en una calle de Ezpeleta, mientras que Romero quedó herido de bala en la cintura y guarecido en la casa de uno de los integrantes de la banda.

Los delincuentes habían baleado a un policía en la entrada de un hospital en Quilmes

"La mujer detenida le proporcionó los calmantes inyectables y lo asistió para evitar a que sea trasladado a un centro de salud y que sea fácilmente vinculado al hecho del hospital, mientras que el camillero facilitó las órdenes para la adquisición de los fármacos", dijo un vocero encargado de la investigación

Los líderes de la banda

Tras 5000 horas de escuchas telefónicas y distintas tareas de inteligencia, los investigadores establecieron que el rol de los hermanos Milo era el de organizadores de la banda. "Se manejan con otras personas que van fluctuando, que se acercan a la organización a aportar el dato sobre algún negocio de joyería, casas de cambio, financieras, locales de Pago Fácil, aunque también hacen entraderas y escruches, todos robos con armas y violentos", precisaron.

Parte de la banda también había participado el 11 de mayo del año pasado en un robo a una financiera, donde hubo un enfrentamiento con personal de seguridad y un delincuente murió baleado.

Por la magnitud de la banda, que tenía un núcleo central de marcadores, financiadores y reducidores, las tareas investigativas fueron realizadas por personal de la comisaría 1° bajo la supervisión de la fiscal Santoro, en conjunto con la Dirección de Crimen Organizado de la Policía.

En los procedimientos fueron secuestradas siete armas de fuego, entre ellas una pistola Beretta calibre 22 y cinco revólveres; un handy con frecuencia policial y una chomba azul con la inscripción "Policía de Investigaciones". Los efectivos también incautaron de un auto Fiat Punto que fue utilizado para transportar al delincuente muerto a Ezpeleta y que tenía manchas de sangre, que serán sometidas a exámenes de ADN para determinar si efectivamente pertenecía a Forlán.