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Diferentes tipos de tamales según la región de México en que se preparan

Diferentes tipos de tamales según la región de México en que se preparan

En México, es una tradición comer tamales el 2 de febrero en conmemoración del Día de la Candelaria, que marca el final “oficial” de las fiestas decembrinas. Aunque forma parte de la dieta cotidiana de los mexicanos, especialmente en la Ciudad de México, hay diferentes tipos de tamales a lo largo y ancho de la República.

El nombre del platillo viene del náhuatl, tamalli, que significa “envuelto”, y su origen se remonta al tiempo prehispánico. Su principal ingrediente, en la mayoría de sus versiones, es el maíz, del que se hace la masa que lo conforma.

Los tamales pueden variar en su envoltura, tipo de masa y relleno que puede ser desde frutas o frijoles, hasta todo tipo de proteínas como carne, pollo, camarón y queso, que pueden ir también en diferentes salsas.

En estados del norte de México, como en Coahuila, se preparan tamales pequeños envueltos en hojas de mazorca, y el relleno suele ser de carne de res deshebrada en salsa de chiles secos. En otras entidades, como Sinaloa, se les conoce como “barbones” y van rellenos de camarones cuyo caldo se agrega a la masa; en Baja California, los “güemes” tienen relleno de carne de cerdo o pollo, aceitunas, pasas y aceite de oliva.

Al otro lado del país, en Morelos, se pueden encontrar los tlaconexamalli o tamales de ceniza, además de los de semilla de huauzontle y anís para diferentes festividades religiosas. En Puebla los tamales pueden ser negros, amarillos o pintos, debido al ayocote, una leguminosa.

En Oaxaca suelen llevar mole negro, un platillo que es especialidad de la región, y se cocina a base de una diversidad de chiles, con un toque de chocolate; además se le agrega carne de cerdo y se envuelve en hoja de plátano.

En la Huasteca, en donde convergen San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas e Hidalgo, se puede encontrar el “zacahuil”, un tamal gigante que se sirve principalmente en las fiestas relleno de carne de guajolote o cerdo en una salsa de diferentes chiles.

En Yucatán el tamal se envuelve en hoja de plátano y se rellena de cochinita pibil, un platillo de carne cerdo en salsa de achiote, una pasta hecha de especies, típico de la región. En Chiapas, estado vecino, el relleno lleva verduras como zanahoria, papa y chícharos, así como pimiento, aceitunas y huevo cocido.

En Querétaro son tradicionales los tamales “canarios”, que se cocinan con harina de arroz que los deja con una masa esponjosa. Su sabor es dulce y por su tamaño que es muy pequeño son generalmente un postre.

Contrario a lo que se cree, si se consumen en forma moderada, pueden ser un gran aporte de energía para aquellas personas que requieren un alto contenido calórico para sus actividades. Según el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes, cada 100 gramos de tamal aportan en promedio 250 calorías y 15 gramos de grasa. Los datos varían dependiendo del relleno y el tipo de masa que se utilice.