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De tiempo y circunstancias | Adiós, ‘Loco’

LA HORA DEL LOCO VALDÉS llegó a su último capítulo. Manuel Valdés se fue, de acuerdo con lo que dijo su hijo Marcos, durmiendo. Dos amigos, Francisco Concha y Rafael Carmona, subieron a la web, con motivo de su muerte, un video. En este se puede ver al Loco, con Mauricio Garcés y Chava Flores, en una escena del programa El show del Loco Valdés.

En el clip enviado suena la música de mariachi y el Loco comienza a interpretar uno de sus éxitos: la canción de Pichicuas. De la autoría de Salvador Flores. El video nos trajo a la memoria un rosario de recuerdos.

En aquel entonces, quien esto escribe trabajaba en la Fundación Cultural Televisa conduciendo programas. Era el titular de Universidad y sociedad, que producía la UNAM. Televisa había cedido a la Universidad los estudios que estaban en el piso contiguo a la Dirección General de Noticieros, en el edificio de canal 5, y ahí era donde grabábamos. La salida era por avenida Chapultepec 18, y en el camino estaba el Estudio Paco Malgesto, que era donde se grababa El show del Loco Valdés.

Un día, al pasar por el estudio, vi que la puerta estaba abierta, y me colé a ver el ensayo. Me senté en una butaca cercana a la puerta. Como nadie me corrió, colarme se hizo costumbre. El Loco era un hombre amable, divertido y hospitalario que, en la vida real, no tenía nada de loco. Su agudeza mental era brillante y se orientaba siempre a hacer reír. Alguna vez, después de muchas coladas, me preguntó quién era y me hizo plática. Ahí me enteré de que él estudió topografía, yo ingeniería, y comenzó la plática; ya no fui más él extraño en el programa. A partir de ese día comencé a sentarme en alguna de las butacas centrales. Vi una cantidad innumerable de ensayos, conocí a su hijo Alejandro, quien se ausentó primero, y nos hicimos amigos. Alejandro y yo comíamos y bebíamos con regular frecuencia en un restaurante de Polanquito, pero volvamos al Loco. A veces llegaba Mauricio Garcés. Él y Valdés eran muy amigos. Cuando llegaba Mauricio, alto, delgado, con un traje impecablemente cortado, camisa de mancuernas y corbata de seda, hagan de cuenta que llegaba el dueño de Televisa. El porte y la simpatía de don Mauricio llenaban el estudio y el Loco se convertía en una castañuela. Entre ambos comenzaban los duelos de ocurrencias que habrían de ser materia del programa.

Chava Flores, como dije antes, era el cronista musical de la ciudad. Sus canciones eran comedias que le iban como anillo al dedo al estilo del Loco.

El Show del Loco Valdés se llenaba de talento y de belleza un día sí y el otro también. Valdés era un seductor nato. Alguna vez llegó Angélica Chaín, quien terminó el programa diciendo que ella era Angélica Chaín de Valdés. El poder de la seducción era lo del Loco y lo mismo seducía con su humor al pueblo o a encumbrados personajes. El Ing. Walter C. Buchannan, quien fue secretario de Comunicaciones en los periodos de Ruiz Cortines y López Mateos, veía el programa del Loco al mediodía. En ese entonces yo era muy joven y en casa también lo veíamos.

El del ‘Loco’ era el México de las nostalgias, el de la región más transparente del aire.
Foto: Iván Stephens/Cuartoscuro

UN PEDAZO DE NUESTRO MÉXICO

El Loco lo mismo bailaba, era un extraordinario bailarín, que albureaba, declamaba, actuaba, hacía comedia o cantaba. Es menester decir que no cantaba mal las rancheras, y en los boleros, cuando cantaba en serio, dejaba ver una respetable calidad de intérprete. La canción que canta en el videoclip de su programa trata del juego de canicas.

Chava Flores supo dibujar en canciones, como nadie, las costumbres del México que yo viví. Nací en la colonia Doctores, pero a poco mi papá nos llevó a vivir a la Guadalupe Tepeyac. Al 166 de la calle de Martha. Ahí aprendí a jugar canicas. Qué ánimas de computadora, juegos interactivos o internet. Las canicas, el trompo, el balero y el yoyo eran los instrumentos con los que entreteníamos el ocio. Por ahí de las tres de la tarde, después de la comida, sonaba el timbre de tu casa y alguien preguntaba: ¿Vas a salir a jugar? El tránsito era escaso y permitía desde un juego de canicas en el área verde de la acera, hasta la cascarita de futbol en la calzada de la calle, con dos piedras delimitando la portería. Toño Sixtos, Julio, Jesús, su hermano Héctor y yo nos juntábamos a jugar canicas y todas las advertencias del juego que menciona la canción de Chava Flores salían a relucir.

Era otro México, el de la región más transparente del aire, el de un impecable cielo azul, el del pregonero que vendía los cocoles con anís, el de las calles iluminadas en Navidad por los vecinos, y el de aquella comunión vecinal en la que, cuando la mamá de alguno estaba en el hospital, sobraban casas para que te quedaras a dormir y madres que te arroparan y dieran de cenar. Era otro mundo.

En ese México, Valdés, Garcés y Flores eran referentes de la comedia, pero también estaban los Enrique: Rambal y Brillas, Pepe Gálvez y muchos otros que hoy comparten con el Loco el escenario de la gloria.

Aquel México de mis abuelos y mis padres, como todo en la vida, se ha ido, pero el video del Loco y las canciones de Flores lo trajeron al recuerdo con toda una época. Quizá la más divertida de mi vida.

Adiós, Loco. Contigo se va un pedazo de mi México. Descansa en Paz con tus hermanos, con tus hijos, con tus amores.

VAGÓN DE CABÚS

La carrera para la presidencia estadounidense se encuentra en la recta final.

Joe Biden adelanta en 10 por ciento las encuestas, pero si tomamos en cuenta los votos en el colegio electoral, tiene la elección ganada. Trump lo sabe y está desesperado buscando un recurso que logre invertir la tendencia y colocarla a su favor.

Sin embargo, todo esto puede cambiar el 26 de septiembre, día del primer debate.

Trump es un orador agresivo, grosero y con mucho arrastre entre sus votantes cautivos. Biden en cambio es un hombre educado, propio en su actuar y reflexivo.

Trump puede atropellarlo en el debate; sin embargo, si Biden logra sacarlo de sus casillas, como en su momento lo lograron Nancy Pelosi y Chuck Schumer, la presidencia será de Joe Biden.

Nancy Pelosi ya advirtió que Biden no debe debatir con Trump antes de la elección. ¿La escuchará Biden? De esto y más trataremos en la próxima entrega.

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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.