Cómo un fracaso construyó una de las grandes leyendas del olimpismo español

30 Aug 1996: Theresa Zabell and Begonavia Dofresne of Spain winners of the gold medal in the 470 W class at the Olympic games in Atlanta, Georgia in the USA. Mandatory Credit:  Thiery Martinez/Allsport
Theresa Zabell junto a Begoña Via-Dofresne en lo alto del podio de Atlanta 96. Foto: Thiery Martinez/Allsport.

Los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 fueron un objetivo claro para Theresa Zabell, pero sus destacados resultados en Mundiales y en Europeos no fueron razones de peso para presentarse en sus primeros JJOO. En este caso, la Federación Española de Vela decidió decantarse por otra embarcación, aunque el billete para la capital surcoreana estaba en sus manos y las opciones de acudir eran reales. “Fue el revés más grande de mi carrera deportiva y pensé en dejarlo. A pesar de ello, pasados los años he visto que sin ese golpe no habría llegado a ser la deportista, especialmente mentalmente, en la que luego me convertí. Además, gracias a esto fui capaz de superar la descalificación del primer día en los Juegos de Barcelona ‘92, aunque las opciones de medalla eran muy remotas”, explica una Theresa que terminaría conquistando un “oro insuperable” en la clase de 470 junto a su compañera Patricia Guerra.

El proceso para llegar hasta la presea dorada no fue un camino de rosas: “Patricia y yo afrontamos los Juegos con mucho estrés y mucha presión porque los periodistas deportivos nos habían catalogado como la medalla más segura del deporte español y al ser un deporte que vive ajeno a los medios pasar a la primera fila mediática coincidiendo con el momento más importante de tu vida fue bastante complicado”, añade la velista nacida en Ispwich, Inglaterra.

Subirse a lo más alto del podio en Barcelona le impulsó para seguir luchando por un nuevo oro junto a su nueva compañera, Begoña Via-Dufresne, que sustituyó a Guerra tras los Juegos de la ciudad condal. El cambio fue muy positivo y durante el cuatrienio entre unos Juegos y otros la nueva pareja del 470 femenino conquistó tres Mundiales, una situación que les motivó más si cabe para repetir un oro que terminaron logrando en Atlanta ‘96: “Yo creo que cuando hay cambios de este tipo no te lo tienes que plantear como un problema sino como un aliciente, una manera de crecerse más y ver que puedes conseguir de nuevo tus objetivos. Además, Begoña puso todo de su parte y se convirtió en un reto muy satisfactorio”.

En 1996 cerró una trayectoria repleta de medallas (la única deportista española con dos oros olímpicos; tres oros y una plata en Mundiales, y tres oros en Europeos) como velista profesional que le permitió convertirse en 1994 en la mejor regatista del mundo, “un premio que me sorprendió muchísimo porque nunca me había visto en ese papel. Así las cosas, se estaba reconociendo a una deportista española y a una regatista de 470, una situación muy favorable para ambas facetas”, recuerda Theresa. A partir de este momento, el número 470 se le quedó guardado en la memoria y actualmente su casa está presidida por una matrícula de un coche estadounidense con este número, que marcó la vida de Theresa Zabell.

SAVANNAH, GA - JULY 30:  Theresa Zabell and Begona Via Dufresne (order unknown) of Spain race their double-handed 470 dinghy during race 10 in the women's event near Savannah, Georgia, 30 July. Zabell and Via Dufresne are first in the standings after ten races.  (Photo credit should read PASCAL GUYOT/AFP via Getty Images)
Theresa Zabell junto a Begoña Via en Atlanta 96. Foto: PASCAL GUYOT/AFP via Getty Images.

A pesar de su larga y exitosa relación con el 470, Theresa arrancó su carrera en la vela montada en una barca de la clase Optimistic de su club en Fuengirola para continuar conquistando Mundiales con los barcos de clase Europa y ya con 11 años empezar su definitivo vínculo con el 470: “Me pasé al 470 porque con 11 años sueño con ir a unos Juegos, que es cuando los vi por primera vez, y a partir de aquel día era como algo que siempre estaba en mi mente, pero sabiendo que las mujeres no estábamos invitadas para participar en vela en los JJOO. Entonces para cuando en los Juegos de Seúl deciden meter una categoría femenina y eligen el 470, estaba clarísimo que iba a navegar en 470. Sin embargo, si hubieran decidido elegir otro tipo de barco hubiera ido a por ello también”. Una vez empezó a competir en 470 el sueño del oro ya le rondaba la cabeza: “Cuando estaba en un buen nivel pues entonces sí que ya definitivamente sueño con el oro”.

La vida después de la vela

Durante los Juegos Olímpicos, los deportistas comparten mucho tiempo en la villa olímpica junto al resto de la delegación del país, pero la competición prohibió a Theresa de vivir experiencias con otros atletas españoles: “La vela es un deporte que dura prácticamente todos los Juegos y ocupa muchas horas a lo largo del día, y por lo tanto no dedicas mucho tiempo a compartir vida con los compañeros de otras modalidades deportivas. En Atlanta ‘96 recuerdo como nos tenían que sacar en una barca hasta una plataforma que habían creado en la desembocadura del rio para salir desde allí a navegar. Parecía una aventura en el Amazonas más que salir a competir en unos Juegos Olímpicos”.

LAUSANNE, SWITZERLAND - JULY 04:  Theresa Zabell, of the Madrid 2020 bidding team, poses in Madrid 2020 summer Olympics Games bid presentation room on July 4, 2013 in Lausanne, Switzerland. The IOC Extraordinary Session held on the two days will allow IOC members to follow the 2020 summer Olympics candidate cities bids, the IOC presidential candidates briefing, and will elect the host city of the 3rd Summer Youth Olympic Games in 2018.  (Photo by Harold Cunningham/Getty Images)
Theresa Zabell en su carrera tras dejar el deporte. Foto: Harold Cunningham/Getty Images.

Sin embargo, su puesto como vicepresidenta del Comité Olímpico Español (COE) le permitió, doce años después, estar presente en una villa olímpica y llegar a fijarse en todo: “Yo he estado también en las villas olímpicas de Vancouver, Pekín y Londres como vicepresidenta del Comité Olímpico Español y la que más me llamó la atención fue la de Pekín. Y encima allí pude disfrutarla más cada vez que iba a visitar a los deportistas españoles y a la delegación que estaba allí. Toda la villa de China me pareció majestuosa y con mucha atención al detalle”.

Al mismo tiempo que ejercía de vicepresidenta, Theresa continuaba con su proyecto Ecomar, creado en 1999, utilizando el deporte de la vela para lograr los objetivos a nivel de sostenibilidad. “Fuimos pioneros en el sector de la limpieza de costas y cuidado del medio ambiente, y actualmente estamos haciendo actividades con unos 5.000 niños para enseñarles a cuidar el mar y nuestro planeta. Gracias a esto, estamos teniendo el reconocimiento del sector y de toda la gente que nos conoce, y es una satisfacción muy grande”, informa Theresa Zabell.

Vídeo | Cómo ha cambiado: la evolución de las mujeres en los Juegos Olímpicos

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