Un testimonio: “La única muchacha gorda en la sala”

Ha habido muchas veces en las que me han ignorado en el mundo de la moda porque desde hace mucho hay una “gordura aceptable”. O sea: curvas con un rostro delgado y una cintura pequeña.

 

ES MUY DURO amar algo tan hondamente que sabes que tal vez nunca responda a tu amor. Todo empezó cuando era una niña soñadora, con la esperanza de que me notaran y albergando el deseo de encajar.

Mi atracción por la moda cuando era niña se convirtió en un intenso amor adolescente. Pero, conforme fui creciendo y la realidad se hizo sentir a mi alrededor, aprendí una verdad dura: mi amor no era retribuido.

Soy una influencer de talla extra, y amar la moda cuando eres gorda no es fácil. Este amor ha requerido lucha, disertaciones sobre por qué lo merezco, defendiendo mi derecho a existir a pesar de mi índice de masa corporal y muchas cosas más. Si te ves como yo, te darás ánimos y harás un esfuerzo, solo para avanzar una fracción del camino. Lo loco aquí es que mi amor todavía perdura. Por difícil que lo hayan hecho para mí: me visto con estilo.

La moda siempre ha sido una parte enorme de mi vida. Me encantaba ver a mi mamá vestirse. Desde una edad temprana, analicé sus selecciones y pensaba en qué iba a vestir yo cuando hubiera crecido. ¿Qué atuendos seleccionaría? ¿Adónde iría?

Como alguien creativo de toda la vida, la moda rápidamente se convirtió en una manera de expresar quién era yo. Me encanta la idea de que, sin hablar, hay tanto que puedes decirle a alguien sobre quién eres. Mi carrera en la moda empezó con papeles en eventos y publicidad. Ser la única muchacha gorda en la sala por un tiempo muy largo fue tanto fortalecedor como traumático. De inmediato te sientes juzgada. Pero sabía que tenía el talento y pertenecía a esas salas. También supe que me costaría mucho más expresar mi sensibilidad con la moda, porque lo que estaba en mi mente rara vez existía en mi talla.

Lee más: La mujer perfecta no tiene que ser talla 0: la música para hablar del amor propio

Alrededor de 2012 creé un blog llamado And I Get Dressed (y me visto con estilo, traducción no oficial). Al principio del juego de ser influencer, solo creábamos y éramos creativos: compartir atuendos y dónde comprar era todo el meollo. Empezaron a surgir muchas estrellas influencers delgadas, y un puñado muy pequeño de blogueras de talla extra, como Gabi Fresh, también avanzaban de manera considerable. Fue alrededor de 2013 que empecé a pensar que mi pasatiempo tenía un verdadero potencial comercial.

¿GORDURA ACEPTABLE?

Los años de publicar, trabajar con las marcas gratis o por muy poca paga, junto con construir una comunidad con un público leal, se convirtieron en colaboraciones pagadas. Marcas como Nordstrom, Target y Nike me contrataron gracias a lo que fui capaz de construir al paso de los años. Un logro mayor reciente fue aparecer en Vogue. Sí, la edición estadounidense de Vogue. Todo un artículo sobre mí y mi cabello, se sintió más o menos alucinante. Pero ese logro no se dio sin luchar.

Ha habido muchas veces en las que me han ignorado en el mundo de la moda porque desde hace mucho hay una “gordura aceptable”. O sea: curvas con un rostro delgado y una cintura pequeña, lo que reconocemos como una figura de reloj de arena o forma de pera. Muchas influencers como yo hemos hablado de que nos ignoran por nuestra piel morena y nos pagan menos por hacer el mismo trabajo que a las colegas blancas con una cantidad similar de seguidores.

 

Pero lo increíble de los años de vestirme con estilo es que me ha permitido desafiarme a mí misma continuamente. No solo he sido capaz de explorar mi estilo y cómo expresarlo, he sido capaz de trabajar con iniciativa propia en desmantelar mis inseguridades. La gente a menudo piensa que la confianza es genética y es algo que solo lo tienes o no lo tienes. La verdad es que es trabajo constante, un viaje con flujos y reflujos. La confianza de nadie está fijada de forma permanente.

Hace un tiempo en mi canal de YouTube me reté a mí misma a vestir algo de lo que tuve miedo por una semana. Para mí, fue ropa sin mangas. Como la mayoría de la gente, mi talla fluctúa, pero mis brazos nunca son delgados o algo remotamente cercano a delgados. Son grandes. Se menean, se bambolean, el paquete completo.

Entérate: Helena Schargel, la modelo de lencería que inspira a mujeres a sus 79 años

Pensé que solo estaba haciendo un video con el que se pudiera relacionar la gente, pero lo que sucedió fue que cambié mi percepción de mi cuerpo. Mientras me filmaba en un vestido negro sin mangas, una mujer delgada caminó cerca de mí y gritó: “¡Te ves tan linda!”.

SOMOS DUROS CON NOSOTROS MISMOS

Me dejó de piedra. No es que las personas nunca me hubieran dado un cumplido, fue que cuando mi corazón latía rápido y estaba nerviosa, sudando por los brazos, ella fue amable. Le dije que estaba filmando algo sobre sentir miedo por tener los brazos afuera, y ella se quedó perpleja. “¿Por qué? Todo lo que vi fue una dama bonita y alta en un vestido lindo que quiero”, me dijo. Guau. Somos más duros con nosotros mismos de lo que la mayoría de la gente lo será jamás.

Mi viaje en la moda no ha sido fácil. Pero a pesar de todo, lo más valioso de ponerte a ti misma “allá afuera” en línea es que las personas quienes podrían tener problemas con su amor propio en todas sus formas, pueden tomar lo bueno, la belleza y el valor que ven en ti y aplicarlo en sí mismos.

Al momento, estoy enfocada en seguir haciendo crecer mis plataformas. La comunidad de espíritus positivos que esas plataformas me han permitido cultivar es más grande que cualquier cosa que hubiera imaginado mientras estaba de pie frente a mi viejo edificio de apartamentos en Nueva York, tomando fotos de mí misma en mis varios atuendos.

Ahora vivo en Los Ángeles, pero hace unas pocas temporadas, en la semana de la Moda de Nueva York, creé la etiqueta #FatAtFashionWeek (gorda en la semana de la moda). Por entonces, no anticipé cuánta gente se sentiría tan vista e incluida por este pequeño momento orgánico en mi vida.

Pero ha sido un viaje de gente de todo el mundo que usó la etiqueta para decir “Estamos aquí, pertenecemos aquí”. Me ha ayudado a reafirmar que trabajar en la industria de la moda no está limitado por el tamaño de tu cuerpo. Ha sido increíble.

—∞—

Kellie Brown es creadora de múltiples contenidos y consultora de marcas. El blog, canal de YouTube y marca And I Get Dressed de Brown se enfocan en la moda, la belleza, decoración del hogar y todo tipo de cosas para una vida elegante. El blog ha sido presentado en Good Morning America, Vogue, Glamour y demás. Síguela en Instagram, @itsmekellieb. Todas las opiniones expresadas en este artículo son propiedad de la autora.

—∞—

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek