Testigo sitúa a ex ejecutivo de Presidente Supermarket con amante de su ex esposa justo antes del asesinato

A medida que el juicio por homicidio de un ex ejecutivo de Presidente Supermarket continuaba esta semana, los fiscales recurrieron a un colorido testigo estrella y a datos de teléfonos celulares para vincular a Manuel Marín con el brutal asesinato del amante de su esposa.

El caso del estado se basa en gran medida en un testigo —Ariel “La Pantera” Gandulla, un ex luchador de artes marciales mixtas—, quien dijo a los jurados el lunes que estaba en una camioneta cuando Marín y otro hombre levantaron Salazar del asiento trasero, con las manos atadas con esposas de plástico, y lo pusieron en la parte trasera del Mercedes azul de Marín en un parque de oficinas cerca del Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood.

“Los asientos estaban bajados y había plástico encima”, dijo Gandulla a los jurados el lunes.

“La persona del Mercedes azul, ¿la ve hoy aquí?”, preguntó a Gandulla Justin Funck, fiscal estatal adjunto de Miami-Dade.

“Sí”, respondió Gandulla, señalando directamente a Marín.

Aunque el testimonio de Gandulla vinculó a Marín directamente con el complot, no lo situó en el campo aislado de West Miami-Dade donde el cuerpo de Salazar fue encontrado carbonizado, con la mandíbula rota y degollado hace más de una década..

Los fiscales se basaron en la tecnología para hacerlo, diciendo que el teléfono de Marín “registró” en la torre de telefonía móvil más cercana al lugar de los hechos en un extremo de los Everglades.

Marín, que era propietario de varios Presidente Supermarket en el sur de la Florida y Nueva Jersey antes que Salazar fuera asesinado, es el acusado de ser el celoso autor intelectual de un complot para matar al ex amante de su esposa. Los fiscales afirman que el ex ejecutivo reclutó a otro luchador de MMA llamado Alexis Vila Perdomo, al miembro de la pandilla Latin Kings Roberto Isaac y a Gandulla, para secuestrar a Salazar y finalmente matarlo. Marín ha sido acusado de homicidio en segundo grado, confabularse para cometer homicidio y secuestro, lo que pudiera llevarlo a prisión el resto de su vida.

Creen que Perdomo ayudó a orquestar el asesinato desde Las Vegas, convenciendo a Isaac para que secuestrara a Salazar y lo asesinara. La mañana del 1 de junio de 2011 en que Salazar fue asesinado, Gandulla declaró que Isaac se presentó en su casa de Kendall y le pidió que l ayudara a cobrar un cheque que tenía que recibir de otro hombre.

A partir de ahí, dijo, los acontecimientos del día se intensificaron rápidamente en una escena macabra de la que dijo que no quiso formar parte. Gandulla afirmó el lunes ante el tribunal que cuando encontraron a Salazar afuera de la oficina de su esposa en Coconut Grove, Isaac se hizo pasar por policía, bloqueó el auto de Salazar, lo sometió con esposas de plástico y lo llevó a la casa de Isaac en Wynwood.

Allí, dijo Gandulla, se sentó en el vehículo con el motor apagado, la ventanilla bajada y Salazar en el asiento trasero, durante tres horas. El abogado defensor de Marín, José Quiñones, preguntó a Gandulla, más corpulento y fuerte, por qué no se había marchado. Gandulla dijo que no estaba seguro de si la verja detrás de él estaba cerrada.

“¿Le resulta difícil salir de allí?”, preguntó Quiñones, incrédulo.

“Se lo he dicho cien veces, estaba atascado. No sabía qué hacer”, replicó Gandulla, quien afirmó finalmente Isaac apareció Isaac condujeron hasta un parque de oficinas donde ocurrió el traslado entre autos.

Entonces, dijo Gandulla, por fin pudo escapar. Cuando Isaac cerró el Mercedes de Marín con Salazar dentro, ahora atado de pies y manos, dijo que se fijó en las llaves de la camioneta, saltó al asiento del conductor y condujo de vuelta a su apartamento de Kendall. Dijo que llamó a Isaac y le dijo que había dejado la camioneta y las llaves en el estacionamiento y que se reuniría con él abajo cuando Isaac llegara más tarde esa noche. Dijo que Isaac le dijo que le dieron “una paliza” a Salazar y que Isaac olía a gasolina.

Gandulla fue arrestado una semana después con un amigo en Tampa, acusado de distribuir marihuana. Dijo que perdió su casa y se mudó con su hermana en Orlando. Afirmó que se enteró de la muerte de Salazar cuando los detectives de la Policía de Miami-Dade se presentaron al año siguiente en casa de su hermana. Después de eso, se mudó a Vancouver con su nueva esposa, donde pasaron los siguientes siete años con sus dos hijos.

En 2019 la Policía lo atrapó, volando a Vancouver junto con los fiscales estatales de Miami-Dade. Gandulla dijo a los fiscales que estaba tan aplastado por lo sucedido que contempló el suicidio. El estado finalmente ofreció a Gandulla una sentencia de tres años por secuestro a cambio de su testimonio.

Marín también huyó una semana después de la muerte de Salazar. Al parecer, no mantuvo mucha correspondencia a lo largo de los años y reapareció en la embajada de Estados Unidos en España en 2018, donde fue arrestado por el FBI. Se le consideraba fugitivo desde hacía cuatro años. Perdomo e Isaac fueron declarados culpables en un juicio celebrado en 2019, en el que Perdomo fue sentenciado a 15 años e Isaac a cadena perpetua por el asesinato de Salazar.

Los argumentos finales para el juicio, ahora en su segunda semana, se esperan el jueves o el viernes.