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Tiempo de teorías de la conspiración: los biólogos alertan de la nueva corriente que se suma a la de los antivacunas

En los últimos años han proliferado las teorías de la conspiración en las redes sociales. La mayor parte de las veces estos bulos, que no aportan ningún tipo de fundamento científico, llegan a un gran número de personas que por desconocimiento o de forma interesada contribuyen a su difusión.

Así, a la negación del cambio climático se ha unido en los últimos meses todo tipo de teorías disparatadas sobre el coronavirus: desde que la tecnología 5G es la responsable de la pandemia hasta que Bill Gates quiere usar la vacuna para implantar microchips en las personas. La última conspiración también va en contra de la ciencia y consiste en negar que se esté produciendo una extinción masiva en la naturaleza, tal y como alertan los expertos y recoge la página especializada Mongabay.

Los expertos hablan de una sexta extinción masiva en el planeta. (REUTERS/Carlos Jasso)
Los expertos hablan de una sexta extinción masiva en el planeta. (REUTERS/Carlos Jasso)

Desde hace meses los científicos avisado sobre una sexta extinción que se está produciendo ahora mismo. En este sentido, el informe de biodiversidad de la ONU alerta de que más de un millón de especies podrían desaparecer próximamente por la acción del ser humano.

Entre las causas para esta pérdida acelerada de especies se encuentran el comercio de vida silvestre, la contaminación, la falta de hábitat y el uso de elementos tóxicos en la naturaleza. Solo entre 2001 y 2014 se extinguieron 173 especies, mientras que en el último siglo la cifra sube a 400. Un proceso acelerado que tradicionalmente en la naturaleza dura más de 10.000 años.

En las cinco extinciones masivas anteriores en la Tierra se perdieron entre el 70% y el 95% de las especies de plantas, animales y microorganismos. La última de ellas se remonta a hace 65 millones de años con los dinosaurios.

Dada esta situación, los expertos han alertado frecuentemente de lo que está ocurriendo, sin embargo, en los últimos meses están apreciando que ha surgido un discurso en contra que está creciendo en blogs, medios de comunicación e incluso entre algunos políticos, como por ejemplo los republicanos en Estados Unidos.

Las tres negaciones

Esta negación sobre la extinción se produce de tres maneras distintas. En primer lugar existe la literal y sostiene que esta desaparición de las especies es un problema histórico, algo que ocurre sin la intervención del ser humano. Señalan por ejemplo que el bosque atlántico brasileño no ha sufrido extinciones pese a haber perdido el 90% de su superficie.

En este sentido, los conservacionistas recuerdan que dos especies se han extinguido en 2019 y siete más han visto reducidos sus últimos ejemplares o llevan sin verse más de una década. Los científicos indican que la mayoría de desapariciones que se producen son “las especies pequeñas y poco carismáticas en los lugares que perdieron hace años sus cosas más emocionantes”.

La pérdida del hábitat es uno de los motivos por los que los animales se están extinguiendo. (Photo by RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images)
La pérdida del hábitat es uno de los motivos por los que los animales se están extinguiendo. (Photo by RAUL ARBOLEDA/AFP via Getty Images)

La segunda negación es la interpretativa, aquella que señala que se está perdiendo la biodiversidad, pero que gracias al crecimiento económico se recuperará. En este aspecto, los conservacionistas se muestran críticos con un artículo publicado en el Washington Examiner titulado ‘Cómo el capitalismo salvará a las especies en peligro de extinción’. Consideran que esta negación tampoco tiene ni rigor ni sentido científico.

Finalmente, la tercera negación es la implicativa, que argumenta que la tecnología y las pequeñas intervenciones conservacionistas en espacios determinados permitirán superar la extinción. Al respecto, los expertos recuerdan que la acción debe ser coordinada en todos los lugares para evitar las desapariciones.

Por ejemplo, señalan que Japón todavía cuenta con un gran número de bosques, pero ha saqueado otros lugares del planeta para obtener madera. O Noruega que alimenta la pérdida del hábitat del Amazonas con los cultivos de soja.

El pasado mes de mayo fue cuando se produjeron los ataques más virulentos contra estas advertencias conservacionistas. La publicación de la Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) provocó numerosas reacciones encontradas.

En el informe se alertaba de que un millón de especies podrían desaparecer (al igual que el informe de Naciones Unidas) y se planteaba un cambio transformador en las sociedades y la respuesta de los teóricos de la conspiración fue contundente: desde cuestionamientos de los descubrimientos a ataques a la reputación de los investigadores pasando por los métodos empleados para obtener esos hallazgos.

Ante una situación semejante, los conservacionistas abogan por desafiar de manera activa estas negaciones y presentar los hechos científicos de manera “dura y fría”. La batalla entre la ciencia y la conspiración continúa.

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