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Temen repunte del virus por temporada india de festivales

NUEVA DELHI (AP) — Apenas unas semanas después de que India levantara todas sus restricciones tras una dura cuarentena y comenzara a recuperarse, reduciendo los contagios de coronavirus casi a la mitad, la temporada de festivales hindúes planteaba el temor a que un nuevo repunte pudiera dar al traste con los peleados avances frente al virus.

“Yo me preocuparía mucho por lo que vamos a ver en India”, dijo el doctor Ashish Jha, decano de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown y destacado experto en enfermedades infecciosas.

Los festivales atraen a decenas y miles de personas que abarrotan los templos, zonas comerciales y reuniones familiares, avivando la preocupación entre expertos en salud, que advierten de una nueva oleada de contagios, pruebas diagnósticas y presión sobre el maltrecho sistema indio de salud.

La temporada de festivales hindúes suele ir acompañada de actos grandilocuentes por todo lo alto, en los que la socialización es un elemento clave. Pero este año, los festejos han comenzado un tanto descafeinados.

Por ahora, los coloridos y elaborados rituales del Durga Puja y el Dussehra se han visto reducidos. Las celebraciones han sido discretas, alejadas de la pompa habitual. Las grandes exhibiciones de esculturas religiosas son poco habituales, y en muchos lugares han sido virtuales, emitidas a través de internet para que los devotos pudieran seguirlas a distancia.

En muchos estados se han levantado barricadas policiales para evitar aglomeraciones en torno a los normalmente bulliciosos lugares de culto.

Pero esto podría cambiar.

Casi mil millones de indios celebrarán pronto el Diwali, el festival hindú de la luz y el más grande del país. Socializar es una parte clave del evento más anticipado del año, que lleva de clientes los mercados y centros comerciales. También suele ir acompañado de un enorme aumento del gasto del consumidor en toda India.

Aunque el gobierno espera que el festival ayude a reanimar la afectada economía, le preocupan que se formen multitudes sin distanciamiento social ni mascarillas.

Esas preocupaciones llevaron al primer ministro, Narendra Modi, a dirigirse al país esta semana en un discurso televisado, advirtiendo que “cualquier dejadez” durante la temporada festiva “podría presionar el sistema de salud indio”.

India sufre el segundo brote de coronavirus más grande del mundo, por detrás de Estados Unidos. El país alcanzó el mes pasado un pico de casi 100.000 casos en un sólo día, pero desde entonces los contagios han bajado a aproximadamente la mitad y las muertes se han reducido a un tercio.

Algunos expertos creen que el declive en los casos sugiere que el virus podría haber tocado techo por fin, pero otros cuestionan la metodología de pruebas diagnósticas. La tasa de pruebas realizadas en el país se ha mantenido constante, pero ahora depende mucho de las pruebas de antígenos, más rápidas pero menos precisas que las PCR tradicionales.

Aunque los motivos del descenso de casos no están completamente claros, India sigue registrando más de 50.000 contagios diarios, subrayando la importancia de un posible repunte.

El miedo se debe principalmente a la historia de éxito inicial que escribió India, pero sólo por unos meses.

En junio, el estado sureño de Kerala fue felicitado por frenar la curva de contagios, recibiendo elogios de todo el mundo, incluso de Naciones Unidas. Pero en un duro revés, ahora enfrenta la segunda peor cifra de casos activos en el país.

El ministro de Salud, Harsh Vardhan, atribuyó el auge de casos en Kerala a una “gran negligencia” durante los 10 días de celebraciones del festival de Onam a finales de agosto. Desde entonces, los contagios en la región se han disparado cinco veces, superando de lejos el ritmo de expansión del virus en el resto del país.

El ejemplo de Kerala ha alarmado a los expertos, que temen que problemas similares en torno al Diwali puedan descarrilar los avances conseguidos.

“Si no evitamos la socialización durante la próxima temporada de festivales, temo que volvamos a donde empezamos”, dijo el doctor Jacob John, un virólogo retirado. “Hay un riesgo considerable ante nosotros”.

Para muchos fieles, las celebraciones reducidas no ofrecen la alegría tradicional de los festivales, y el ansia de salir no hace más que crecer.

Sumita Chaterjee tiene 64 años y vive en Nueva Delhi. Su familia ha evitado las aglomeraciones en espacios abiertos durante meses, después de que ella y su nieta sobrevivieran al virus a finales de junio.

Pero ahora la familia planea dejar de lado las restricciones y participar en un ritual en el que la estatua de la diosa Durga será sumergida en una piscina comunitaria el domingo. Se espera que todo el vecindario participe en la ceremonia.

“Es una cuestión de fe”, dijo Chaterjee. “Sé que hay riesgos, pero no podemos enojar a los dioses”.

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Los periodistas de Associated Press Annirudha Ghosal y Rishi Lekhi contribuyeron a este despacho.