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El desafío de tener teléfonos 'demasiado' inteligentes: ¿veremos la evolución de esta tecnología?

Los teléfonos inteligentes han sido tan exitosos que es posible que las nuevas tecnologías no puedan desplazarlos. (Aaron Lowell Denton/The New York Times)
Los teléfonos inteligentes han sido tan exitosos que es posible que las nuevas tecnologías no puedan desplazarlos. (Aaron Lowell Denton/The New York Times)

Voy a plantear una pregunta intencionalmente provocadora: ¿y si los teléfonos inteligentes son tan exitosos y útiles que están frenando la innovación?

Los tecnólogos están imaginando en la actualidad cuál podría ser la próxima gran innovación. Pero puede que nunca más exista algo como el teléfono inteligente, la primera y quizás última computadora transformadora a nivel mundial para el mercado masivo.

El desafío

Quizás termine pareciéndome a una de esas futuristas del siglo XIX que no pudo imaginar que los caballos serían remplazados por los automóviles. Pero déjenme argumentar mi teoría de que probablemente el fenómeno de los teléfonos inteligentes nunca más podrá ser replicado.

Primero, cuando las personas en el mundo de la tecnología imaginan el futuro, apuestan de manera implícita a que los teléfonos inteligentes serán desplazados como el centro de nuestras vidas digitales por cosas menos obvias. Es decir, no unas placas que nos alejen de nuestro mundo sino tecnologías casi indistinguibles del aire que respiramos.

Actualmente, las gafas de realidad virtual son molestias aparatosas, pero la apuesta es que las tecnologías como la realidad virtual o las computadoras que pueden “aprender” como las personas, con el tiempo lograrán difuminar la linea entre la vida real y la vida en línea, entre humano y computadora, hasta el punto de borrarla por completo. Esa es la visión detrás del “metaverso”, una visión general en el que las interacciones humanas virtuales serán tan complejas como las reales.

Quizás pienses que tecnologías más envolventes y que luzcan humanas suenan intrigantes o tal vez te parezcan los sueños fantasiosos de un grupo de chiflados (o quizás un poco de ambos). De cualquier manera, los tecnólogos deben demostrarnos que el futuro que imaginan es más convincente y útil que la vida digital que ya tenemos gracias a las supercomputadoras mágicas en nuestros bolsillos.

A portion of the new iPhone 13 Pro smartphone is seen on a device display in La Habra, Calif., during its introduction in a virtual event held to announce new Apple products Tuesday, Sept. 14, 2021. (AP Photo/Jae C. Hong)
El nuevo iPhone 13 Pro de Apple Sept. 14, 2021. (AP Photo/Jae C. Hong)

El desafío para cualquier nueva tecnología es que el éxito de los teléfonos es tan grande que llegamos al punto en el que es difícil imaginar alternativas. Con un auge de ventas que duró cerca de una década, los dispositivos pasaron de ser una novedad para nerds ricos a la única computadora que miles de millones de personas en todo el mundo han tenido. El éxito de los teléfonos inteligentes es de tal magnitud, que ya no necesitamos prestarles mucha atención (sí, eso incluye los modelos actualizados de iPhone de los que Apple habló el martes).

Ingenioso, pero...

El atractivo de estos dispositivos en nuestras vidas y en la imaginación de los tecnólogos es tan poderoso que en la actualidad cualquier nueva tecnología tiene que existir casi en oposición al teléfono inteligente.

Cuando mi colega de The New York Times, Mike Isaac, probó el nuevo modelo de gafas de Facebook que puede tomar fotos con un toque en la sien, un ejecutivo de la compañía le dijo: “¿No es eso mejor a tener que sacar tu teléfono y sostenerlo frente a tu rostro cada vez que quieras capturar un momento?”.

Entiendo el punto del ejecutivo. Es cierto que dispositivos como el Apple Watch, las gafas de Facebook y los Spectacles de Snap han sido ingeniosos al momento de adaptar algunas funciones de los teléfonos inteligentes y hacerlas menos molestas. Varias compañías, entre ellas Facebook, Snap y Apple también están trabajando en productos ópticos que —al igual que el fallido Google Glass—buscan combinar información digital como mapas con lo que vemos a nuestro alrededor.

El comentario del ejecutivo también demuestra que cualquier nueva tecnología de consumo tendrá que responder las preguntas inevitables: ¿por qué debería comprar otro dispositivo para tomar fotos, buscar rutas en bicicleta o reproducir música cuando puedo hacer la mayoría de esas cosas con el teléfono que ya tengo en mi bolsillo? ¿Necesito acaso vivir en el metaverso cuando tengo una experiencia similar en la pantalla rectangular de mi teléfono?

Es poco probable que los teléfonos inteligentes sean la apoteosis de la tecnología y tengo curiosidad por ver el desarrollo de la tecnología que quiera distanciarse de ellos.

Pero al menos por ahora, y quizás para siempre, la mayoría de las tecnologías para nuestra vida diaria serán complementos de nuestros teléfonos en lugar de remplazos. Estas pequeñas computadoras son tan condenadamente prácticas que quizás nunca exista una revolución posterior a los teléfonos inteligentes.

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