Esta ropa evitará que te piquen los mosquitos este verano
Como cada verano, la llegada del calor nos enfrenta a unos diminutos pero molestos enemigos, los mosquitos. Responsables de la infección de millones de personas cada año con enfermedades tan peligrosas como la malaria o la fiebre amarilla, pese a nuestros avances tecnológicos la pesadilla díptera sigue azotándonos a base de picotazos… aunque ahora un trabajo que nos llega desde Estados Unidos podría otorgarnos un poco de protección extra contra los insectos chupasangres.
El equipo de investigadores norteamericano, dirigido por el profesor de entomología Michael Roe (Universidad Estatal de Carolina del Norte) ha desarrollado un tejido en el que han puesto muchas esperanzas, ya que podría salvar vidas actuando como escudo contra los mosquitos. Según los responsables del hallazgo, su tela anti picotazo podría ser tres veces más resistente que anteriores desarrollos, basados en telas tratadas con insecticida.
La idea del equipo de Carolina del Norte era por cierto hacer innecesario el uso de pesticidas en su tejido anti-mosquitos. Lo lograron empleando una herramienta que puede sorprender: las matemáticas. Tal y como reconoce Michael Roe: “la premisa era no emplear textiles tratados con pesticidas, ya que nosotros mismos podríamos hacerlo renunciando a la química y empleando una simple fórmula matemática”.
Las hembras de mosquitos son las únicas que pican, y lo hacen porque necesitan sangre fresca para nutrir a sus huevos. Pese a que existen múltiples especies de mosquito, básicamente todas pican de la misma manera, empleando su cabeza, antenas y una trompa muy larga llamada probóscide, con la que penetran en la ropa y en la piel hasta alcanzar el sistema circulatorio de su víctima.
Para comprender mejor al enemigo al que se enfrentaban, los investigadores del equipo de Roe (a los que se unió un grupo de científicos alemanes de la Universidad RWTH de Aachen) estudiaron el comportamiento de las hembras de la especie Aedes aegypti, responsables de la infección de enfermedades potencialmente mortales como el dengue, el zika y la fiebre amarilla. Así mismo, analizaron las dimensiones de sus cabezas, antenas y probóscide, y alimentaron a un modelo matemático con la información obtenida. ¿El objetivo? construir un tejido que pudiera actuar como una barrera protectora.
Lo que aprendieron es que alcanzar este objetivo dependía de dos cosas. La primera tenía que ver con el tamaño de los espacios porosos entre las fibras de la tela, lo cual determina la distancia que la cabeza del mosquito es capaz de penetrar. El segundo requisito tenía que ver con el grosor de la tela, que a partir de cierto espesor se convierte en una barrera infranqueable.
Para comprobar si el tejido funcionaba, los investigadores realizaron experimentos con mosquitos vivos libres de enfermedades. Básicamente, rodearon un depósito de sangre con materiales plásticos confeccionados según los parámetros predichos por el modelo matemático. Luego contaron el número de mosquitos que habían podido acceder a la sangre.
Por lo que puedo leer, probaron varios tipos de material, tanto tejidos como hilados. Uno de ellos por ejemplo era muy delgado (menos de un milímetro de espesor) aunque con un tamaño de poro muy pequeño. Otro, contaba con un tamaño de poro medio, y finalmente un tercer material tenía poroso grandes pero era lo suficientemente grueso como para que la probóscide del mosquito no pudiera alcanzar la sangre. También realizaron experimentos con voluntarios, en los que estos introducían un brazo protegido con los tejidos experimentales en una jaula repleta de mosquitos.
Tras todo lo aprendido en ambos experimentos, los investigadores desarrollaron una ropa interior ajustada para resistir a los picotazos, realizada con un material delgado. También desarrollaron una especie de camisa de manga larga inicialmente concebida para uso militar que incluía refuerzos en la zona de los hombros y articulaciones.
Tan mal no ha debido de resultar el trabajo cuando los investigadores han recibido una beca del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos para desarrollar aún más el tejido a lo largo de la década siguiente.
Por lo que puedo leer, los trabajos para dar con este tejido protector comenzaron en 2016, después de que una epidemia de Zika golpeara Norteamérica. Pero no todo está pensado para los militares, parece ser que los investigadores han creado también un prototipo de un body para niños realizado con el tejido a prueba de mosquitos.
Todo muy bonito la verdad, pero yo me pregunto qué pasa con las áreas corporales que habitualmente dejamos desprotegidas (rostro, manos, cuello, etc.) Me temo que seguiremos viéndonos obligados a emplear insecticidas y repelentes sobre la piel, aunque sin duda el trabajo de estos investigadores es muy prometedor.
El trabajo se ha publicado en la revista Insects.
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