¿Te acuerdas de la rata de la pizza? Conoce a la rata polinizadora

Carlos Matallana-Puerto, biólogo de plantas de la Universidad Estatal de Campinas, Brasil, vigiló 22 plantas de feijoa para observar si las ratas podían polinizarlas. (Carlos Matallana-Puerto vía The New York Times)
Carlos Matallana-Puerto, biólogo de plantas de la Universidad Estatal de Campinas, Brasil, vigiló 22 plantas de feijoa para observar si las ratas podían polinizarlas. (Carlos Matallana-Puerto vía The New York Times)

Los pájaros lo hacen y las abejas también. Sobre todo las abejas.

¿Pero las ratas comunes polinizan plantas? En un estudio publicado en junio en la revista Ecology, dos investigadores informan que en Colombia las ratas pardas, las mismas que se dan un festín con la basura y roban rebanadas de pizza en las ciudades de todo el mundo, pueden ser, en entornos urbanos, el principal polinizador de la guayaba de Brasil, también llamada feijoa, que produce un fruto que es consumido ampliamente en el país.

“Me sorprendió mucho porque, al principio, había escuchado historias, pero nunca les presté mucha atención”, afirmó Carlos Matallana-Puerto, biólogo de plantas de la Universidad Estatal de Campinas en Brasil, cuyas observaciones fueron traducidas por João Custódio Fernandes Cardoso, coautor del informe. “Luego, cuando empecé a estudiar, comencé a entusiasmarme porque me di cuenta de que sonaba lógico”.

Desde hace bastante tiempo, en Duitama, Colombia, la ciudad natal de Matallana-Puerto, los habitantes, incluidos su padre, su hermano y hasta la anciana que vive calle abajo, habían informado que veían ratas, que por lo general son nocturnas, caminando y posándose en los árboles a plena luz del día.

No obstante, cuando Matallana-Puerto empezó a estudiar la ciencia de la polinización en la universidad, esas historias adquirieron un significado nuevo: ¿sería posible que las ratas estuvieran polinizando los árboles?

No era descabellado pensar que las ratas podían ser polinizadoras. Se calcula que 343 especies de mamíferos son polinizadores. Los murciélagos, que algunos llaman “ratones con alas”, son muy conocidos por polinizar plátanos, aguacates, mangos, agaves y durianes. También se ha visto a musarañas elefante, falangeros mieleros, lémures y otros roedores ayudando a las plantas a cumplir con sus tareas de reproducción.

Para comprobar su hipótesis, Matallana-Puerto hizo lo que cualquier buen naturalista haría: observó que las ratas se sentían atraídas por las plantas de feijoa. Éstas producen un fruto dulce que tiene un sabor parecido a una mezcla entre piña y guayaba.

Desde la posición privilegiada que le daba la terraza de su habitación, en el mismo vecindario en el que alguna vez vivió su abuela, Matallana-Puerto vigiló 22 árboles de feijoa con una cámara y unos binoculares para ver qué hacían las ratas o cualquier otro visitante y determinar si estos podían polinizar las plantas.

Desde la ventana de su habitación, Matallana-Puerto vio que la rata parda representaba el 88 por ciento de todas las visitas de animales a las flores de feijoa. Las aves solo las visitaron un puñado de veces durante sus 60 horas de observación.

Si las ratas están polinizando las plantas de feijoa, su comportamiento es un poco inusual. La mayor parte de la polinización por parte de los roedores se produce por la noche a nivel del suelo, en plantas que tienen un aroma fuerte y que ofrecen néctar como recompensa.

En Colombia, las flores de la feijoa se encuentran en la copa de los árboles, sin néctar ni olor; en lugar de eso, las ratas se alimentan de los pétalos y buscan comida durante el día, cuando las flores están abiertas y son fértiles. Este puede ser el primer caso de polinización por ratas en el que los pétalos de las flores son la atracción, según los científicos.

“Son dulces”, comentó Cardoso respecto a los pétalos.

Es importante destacar que las ratas no parecen dañar las partes reproductivas de las flores cuando se dan un festín con los carnosos pétalos blancos. En lugar de eso, los roedores rozan las decenas de estambres escarlatas, que transportan el polen que podría adherirse a sus pelajes hasta ser depositado en otro árbol de feijoa.

“Es muy inusual que una planta tenga pétalos como recurso, y es bastante sorprendente que las ratas hayan descubierto que son nutritivos”, señaló Jeremy Midgley, profesor emérito de biología de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, quien no participó en el estudio.

No obstante, tenía algunas reservas sobre la hipótesis.

Midgley aseveró que, aunque la investigación mostró que las ratas visitaban las plantas, no había información sobre cuántas de las flores producían frutos como resultado. “Estaría muy bien que hubieran demostrado que las ratas realmente hacen esa tarea”.

Cuando Matallana-Puerto y Cardoso exploraron la literatura científica, encontraron informes anteriores de que la planta de feijoa era polinizada por aves. Los investigadores plantean la hipótesis de que, en la ciudad, las ratas pueden ser huéspedes más frecuentes debido a la actividad reducida de las aves, lo que pone de manifiesto cómo los sistemas de polinización pueden cambiar con la urbanización.

La historia del encuentro entre las ratas y la feijoa en la ciudad (y potencialmente en otros lugares) es una extraña historia de amor: ninguno de los dos es nativo de Colombia.

Las ratas llegaron de Europa tal vez hace cientos de años, como resultado de la colonización; los árboles de feijoa se extendieron hacia el norte desde sus países de origen: Argentina, Uruguay y Brasil.

“Y estos dos se encontraron en Colombia”, concluyó Cardoso. “Por lo tanto, no coevolucionan. No comparten una historia natural, pero se encuentran, y su morfología, fisiología y comportamiento les permite interactuar”.

© 2022 The New York Times Company