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Tamás Aján, el nuevo villano

Madrid, 5 jun (EFE).- La larga historia de la corrupción en el deporte tiene desde hoy un nuevo villano, el húngaro Tamás Aján, hombre fuerte de la Federación Internacional de Halterofilia (IWF) durante 40 años y, según un informe encargado por el propio organismo, responsable de irregularidades tales como desvío de fondos, encubrimiento de dopaje y compra de votos.

Su personaje de malo en esta película tiene como antagonista al catedrático canadiense de Derecho Richard McLaren, conocido mundialmente como 'el profesor McLaren', que ha asumido el rol de justiciero del deporte internacional: tras documentar hace cuatro años el escándalo del dopaje en Rusia, ahora pone negro sobre blanco las corruptelas en la federación de halterofilia.

En el papel de testigos de los hechos aparecen el Comité Olímpico Internacional (COI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), organismos a los que perteneció el propio Aján y bajo cuyo paraguas trabaja la federación y que no se dieron cuenta, al parecer, de la gravedad del problema en el deporte de las pesas.

Tamás Aján nació en 1939 en la localidad rumana de Gherla, en una familia húngara de la que tomó la nacionalidad. Se graduó en la Universidad de Educación Física de Budapest en 1964 y ocupó distintos cargos en el ministerio de Deportes de su país.

A partir de 1970 comenzó a escalar posiciones en los organigramas deportivos. Accedió a un puesto en la Ejecutiva de la IWF, que cinco años después cambió por la secretaría general, en la que permaneció durante 25 años hasta que en 2000 fue elegido presidente.

Fue reelegido en cinco ocasiones, las dos últimas con el italiano Antonio Urso como rival. En 2013 le ganó por 88-55 votos y en 2017 por 86-61. Estas dos elecciones, asegura el informe de McLaren, fueron manipuladas.

"Los resultados de la elección para los cargos de presidente, secretario general, tesorero y vicepresidentes fueron amañados antes de cualquier votación. El dr Aján permitió el soborno, intercambió favores y repartió entre sus partidarios bienes materiales para asegurarse la presidencia", señala el capítulo 'Dinero por votos' del informe.

Los congresos anuales, en particular los que precedían al congreso electoral, eran el escenario en el que se compraban las lealtades, "a veces a cambio de un puesto en la Ejecutiva".

"Este patrón tuvo lugar al menos en las dos últimas elecciones", asegura el documento de la investigación.

Mientras todo esto sucedía, y en función de su cargo en la IWF, Aján entró en el Consejo de la AMA y en el año 2000 fue elegido miembro del COI, organismo al que perteneció hasta 2010.

En 2017 la IWF fue puesta bajo especial vigilancia por el Comité Olímpico ante las decenas de casos de dopaje descubiertos entre sus deportistas. Solo el reanálisis de las muestras guardadas de los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012 destapó 61 nuevos positivos de levantadores, que fueron descalificados y perdieron sus medallas.

En un intento de frenar la amenaza del COI de dejar al deporte fuera de los Juegos Olímpicos, la IWF excluyó de los Mundiales de 2017 a nueve países por casos reiterados de dopaje, entre ellos los dos que más medallas habían ganado en Río 2016, China y Kazajistán.

El COI apreció un cambio de actitud y levantó su amenaza inminente.

Pero, según McLaren, Tamás Aján practicó una continua "intromisión" en el trabajo de la Comisión Antidopaje de la IWF. Tenía acceso a sus informes confidenciales "para frustrar sus operaciones".

"Varios testigos describieron casos en los que el presidente interfirió o intentó interferir en la gestión de los resultados", añade el informe.

La investigación ha descubierto "40 positivos" escondidos en los registros de la IWF. Esto incluye a "medallistas de oro y plata", de los que se conocen los nombres y las nacionalidades, que han sido puestos a disposición de la AMA.

Como ocurrió en el caso del dopaje en Rusia, el informe McLaren no tiene capacidad sancionadora alguna y son, en disciplina deportiva, la AMA y el COI los que deben tomar medidas, así como los tribunales ordinarios si se aprecia algún tipo de delito.

Cabría pensar que es así, si se demuestran los hallazgos de McLaren: el profesor canadiense habla de "dinero en efectivo, dinero retirado y dinero no contabilizado que solo Aján recibía" y de al menos 10,4 millones de dólares "no contabilizados" en las cuentas de la IWF.

Parte de las sumas no aclaradas proceden de "multas por dopaje pagadas personalmente al presidente".

AMA y COI han mostrado su honda preocupación por las revelaciones del informe. Pero en el caso del organismo olímpico es probable que mantenga su actitud habitual ante los casos de corrupción que atañen a exmiembros: puesto que ya no están en el COI, no puede hacer nada contra ellos.

La IWF encargó al profesor McLaren esta investigación tras la emisión de un reportaje en Alemania en el que se acusaba a Aján de las irregularidades ahora confirmadas. El pasado enero el húngaro cedió la presidencia en funciones a la estadounidense Ursula Papandrea, antes vicepresidenta (primera mujer en serlo en la IWF), y en mayo dimitió definitivamente, bajo el disfraz de una jubilación.

Ursula Papandrea seguirá al frente de la halterofilia mundial mientras la emergencia sanitaria por la COVID-19 no permita celebrar un congreso que debía haber sido este año. Serán las próximas elecciones las que marquen el nuevo rumbo de la IWF.

Natalia Arriaga

(c) Agencia EFE