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Taiwán ha tenido solo 7 muertes por coronavirus, ¿cómo lo logró?

Alex Azar, secretario de salud y servicios humanos de Estados Unidos, ha elogiado la respuesta de Taiwán a la pandemia del coronavirus, describiéndola como “entre las más exitosas del mundo”.

Al llegar a Taiwán el domingo para un viaje de tres días denunciado por China, Azar criticó la respuesta de China al brote el martes, según reportó Reuters.

“El Partido Comunista chino tuvo la oportunidad de advertir al mundo y trabajar con el mundo para combatir al virus. Pero decidieron no hacerlo, y los costos de esa decisión aumentan cada vez más todos los días”, dijo.

El lunes, Azar se reunió con Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, así como con el ministro de salud y bienestar, Chen Shih-chung, y miembros de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Taiwán.

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Azar según una declaración: “La respuesta de Taiwán al COVID-19 está entre las más exitosas del mundo, y ello es un tributo a la naturaleza abierta, transparente y democrática de la sociedad y cultura de Taiwán”.

Taiwán es considerado ampliamente entre los países que han lidiado mejor con la pandemia del COVID-19. Mientras que Estados Unidos tiene el mayor número de diagnósticos reportados y defunciones, con los casos en aumento, todavía no hay una propagación comunal en Taiwán después de más de medio año de crisis. Según la Universidad Johns Hopkins, de los más de 20 millones de casos confirmados totales de coronavirus, Estados Unidos suma más de la cuarta parte con más de 5 millones, y tiene un índice de defunciones superior a 163,000 del total, que excede las 736,000.

En contraste, solo se han reportado 477 casos en Taiwán, y siete personas han muerto.

Los expertos dijeron a Newsweek que una combinación de preparación derivada del brote del SARS en 2003, una respuesta rápida al virus, facilidad de acceso a la información y una voluntad pública de seguir las reglas, ha ayudado a que Taiwán hasta ahora haya contenido al virus.

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Chunhuei Chi, profesor del programa de salud global de la Universidad Estatal de Oregón y profesor invitado de la Universidad Médica de Taipéi, en Taiwán, comentó a Newsweek: “Pocas naciones estaban tan bien preparadas para esta pandemia del COVID-19 como Taiwán”. Después de verse “muy afectado” por el SARS, el país decidió que “nunca más” una pandemia lo tomaría desprevenido, dijo él.

Las medidas incluían desarrollar procedimientos estándares de operación para lidiar con enfermedades infecciosas nuevas y graves; entrenar a los trabajadores de salud para lidiar con brotes, y establecer un Centro de Comando Central Epidémico (CECC) que habría de activarse cuando una enfermedad grave fuese inminente. La Ley de Control de Enfermedades Contagiosas le permite al CECC dirigir los recursos para controlar los brotes e iniciar las medidas como cuarentenas y casos de aislamiento.

“Dicha legislación es crucial durante una pandemia, ya que sin ese fundamento legal, la mayoría de las naciones en Europa y Estados Unidos y Canadá terminaron en debates interminables y no fueron capaces de tomar acciones efectivas a tiempo”, dijo Chi.

Taiwán también aprendió a no depender de información que proviniera de China, comentó Chi, después de su retraso al reportar el SARS a la OMS.

Con todo esto en vigor, cuando el entonces misterioso coronavirus surgió a finales de 2019, el gobierno “abordó la enfermedad con seriedad desde el principio”, dijo a Newsweek Yuan-kang Wang, profesor del departamento de ciencias políticas en la Universidad de Michigan Occidental.

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Por ejemplo, el 31 de diciembre, las autoridades iniciaron inspecciones de salud a los pasajeros de vuelos que regresaban a Taiwán provenientes de Wuhan, la ciudad china donde se detectó por primera vez el virus. Según Chi, la reacción rápida hizo que Taiwán estableciera un equipo de respuesta de emergencia y un grupo de consulta con expertos pocos días después, el 2 de enero. Tres días después, los funcionarios definieron el virus y establecieron procedimientos para reportarlo y hacer pruebas. Taiwán activó su CECC el 20 de enero, antes del primer caso documentado. Muchas naciones han batallado para obtener equipo de protección individual, pero Taiwán anunció el 20 de enero que tenía una reserva de 44 millones de cubrebocas quirúrgicos, 1.9 millones de mascarillas N95, y 1,100 habitaciones de aislamiento con presión negativa para los pacientes.

A finales de enero, empezó a racionar los cubrebocas quirúrgicos y prohibió la exportación o venta privada de dichos artículos, y se convirtió en el primer país con acceso universal a ellos. Para abril, la presidenta Tsai Ing-wen anunció los planes de donar 10 millones de cubrebocas a los países más afectados.

También ayudaron los mensajes claros y una cooperación entre los líderes y el público. “El gobierno le dio un alto grado de confianza a la colaboración de la gente en las medidas de control de la pandemia”, comentó Chi. “El público también le da un alto grado de confianza a las políticas del gobierno”. Como resultado, el CECC fue capaz de disipar las “interminables noticias falsas” y neutralizó sus efectos, a la vez que obtuvo el apoyo de la gente, expresó él.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen (izquierda), escucha a un soldado con cubrebocas en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19, durante la visita de ella a una base militar en Tainan, sur de Taiwán, el 9 de abril de 2020. Foto: Sam Yeh/AFP a través de Getty Images

A la par de llevar a cabo conferencias de prensa, el gobierno le envió información al público a través de la aplicación de mensajes Line, según Chun-Yi Lee, profesor asociado en la escuela de política y relaciones internacionales y director del programa de estudios sobre Taiwán en la Universidad de Nottingham, Reino Unido.

Wang comentó que los cubrebocas, que en abril fueron obligatorios en áreas donde el distanciamiento social no era posible, y el rastreo de contactos deben considerarse en el éxito de Taiwán. Él dio el ejemplo del buque naval Panshi, donde 36 marinos dieron positivo. “El gobierno se apresuró a llamarlos de vuelta y ponerlos en cuarentena, comenzando el rastreo de contactos”, dijo él.

La enfermedad no se transmitió a otros. Un contacto se sentó junto a un marino infectado en un viaje en autobús de 40 minutos, pero no se infectó; tampoco el conductor de un taxi que llevó a otro marino infectado. “La razón más probable es el cubrebocas obligatorio”, expresó Wang.

Detrás de la respuesta del país está su sistema de salud universal, establecido en 1995, que fue “puesto a prueba” por el SARS, dijo Chi.

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Ian Inkster, investigador profesoral adjunto en el Centro de Estudios de Taiwán de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, Reino Unido, comentó a Newsweek que Taiwán tiene “instalaciones médicas públicas con copiosos médicos familiares, quienes están disponibles a la población en general y son grandes fuentes de conocimiento práctico en las localidades y los vecindarios”.

Él dijo que “Taiwán es un estado cohesionado de 23 millones de personas sin fronteras y muy poco en cuanto a minorías desfavorecidas”.

Los expertos quienes hablaron con Newsweek estuvieron de acuerdo en que hay pocas posibilidades de que el éxito de Taiwán se pueda explicar con una subestimación de casos.

Al preguntarle qué hizo mal Taiwán, Kerry Brown, profesor de estudios chinos en el King’s College de Londres, Reino Unido, respondió a Newsweek: “Es difícil pensar cómo pudieron haberlo hecho mejor. En comparación con Estados Unidos, Europa, y prácticamente todos los demás, sin imponer un confinamiento total, han mantenido a su sociedad en marcha, pero pudieron tener una transmisión e índices de fatalidad muy bajos. Ellos deben ser el modelo mundial de cómo combatir este problema”.

Estados Unidos tiene mucho que aprender de la respuesta de Taiwán, dijeron los expertos. “Prácticamente todo”, comentó Brown.

El Dr. Chih-Hung Jason Wang, director del Centro de Política, Resultados y Prevención en la Universidad de Stanford, expresó a Newsweek que Estados Unidos podría aprender que “tener un apoyo bipartidista y relaciones cordiales para combatir la pandemia es importante en una democracia competitiva, sobre todo cuando el gobierno central y local pertenecen a partidos políticos diferentes”.

La incapacidad o la falta de disposición para aislar o poner en cuarentena a los casos confirmados o sospechosos significa que el brote en Estados Unidos está “fuera de control ahora”, dijo Chi. Mientras que hay gran confianza entre el gobierno en Taiwán, esta es “muy baja” en Estados Unidos, expresó él. Las normas culturales también contrastan, dijo él, ya que hay “alta conformidad y colaboración en Taiwán, las cuales son relativamente bajas en Estados Unidos”.

Yuan-kang Wang explicó: “El gobierno de Estados Unidos lo negó a principios del año y no abordó el virus con seriedad. Hizo muy poco, y luego se abrió demasiado tarde en algunos estados. El presidente Trump también dio mensajes contradictorios sobre el virus”.

Tras alabar la rápida implementación en Taiwán de medidas para detener el coronavirus, él dijo: “La respuesta de Estados Unidos al COVID-19 es un ejemplo claro de qué no hacer durante una pandemia”.

Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek