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Por qué el año de Tadej Pogacar ha sido mejor que cualquiera de los de Miguel Induráin

COMO, ITALY - OCTOBER 09: Tadej Pogacar of Slovenia and UAE Team Emirates celebrates after the victory during the 115th Il Lombardia 2021 a 239km race from Como to Bergamo on October 09, 2021 in Como, Italy. (Photo by Sara Cavallini/Getty Images)
Photo by Sara Cavallini/Getty Images

Si uno piensa en los mejores ciclistas de todos los tiempos, es inevitable destacar cinco nombres por encima de todos los demás: Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin. Por el camino, quedan corredores espectaculares como Alfredo Binda, Gino Bartali, Louison Bobet, Rick Van Looy, Roger de Vlaeminck, Greg LeMond, Alberto Contador, Chris Froome o el propio Lance Armstrong, al que aún no sabemos dónde ubicar exactamente en la historia del ciclismo, pero esos cinco grandes campeones destacan sobre todos los demás por haber sido los mejores en las grandes vueltas... y haber destacado -en su mayoría- en las grandes clásicas y campeonatos del mundo.

Cuando hablamos de Tadej Pogacar, aún no hablamos de una figura a la altura de los mencionados... básicamente porque acaba de cumplir 23 años, una edad a la que Merckx solo se había atrevido con la Milán-San Remo. Otra cosa es lo que será su palmarés dentro de cinco o diez años. Ayer mismo, el propio Eddy reconocía en charla con el esloveno que "durante años, se ha hablado del nuevo Merckx y por fin parece que hay alguien que lo demuestra con hechos". La temporada 2020 de Pogacar fue espectacular, con el triunfo "in extremis" en el Tour de Francia... pero lo de la 2021 es para pasar a la historia como uno de los mejores años individuales.

Es imprescindible (y agotador, ojo) hacer un recuento de todo lo que ha conseguido Tadej este año: en febrero, ya estaba ganando el Tour de los Emiratos Árabes Unidos a Adam Yates y Joao Almeida entre otros; en marzo, acabó séptimo en la Strade Bianche y ganó una Tirreno Adriático histórica, con un minuto de ventaja sobre Wout Van Aert y casi cuatro sobre Mikel Landa y Egan Bernal, En abril, quedó tercero en la Vuelta al País Vasco y le ganó al sprint la Lieja-Bastoña-Lieja ni más ni menos que a Juiien Alaphilippe. Se tomó mayo de descanso y en junio, ya estaba ganando el Tour de su país con una cómoda ventaja sobre Diego Uiissi y Rafal Majka. Llegados a julio, se exhibió en el Tour de Francia: no solo ganó sino que lo hizo con cinco minutos de ventaja sobre el segundo y ganando tres etapas.

Lo lógico habría sido dar ahí la temporada por acabada... pero Pogacar está hecho de otra pasta: fue a Tokio y ganó una medalla de bronce para su país en los Juegos Olímpicos, hizo Top 10 en los Campeonatos de Europa y en los Mundiales contrarreloj y solo se despistó en los Mundiales en ruta, su único punto negro de toda la temporada. Para compensar, rozó la victoria en la Milán-Turín y en los Tres Valles Varesinos para acabar imponiéndose con contundencia en su segundo monumento de la temporada: Il Lombardía.

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Como ven, Pogacar ha conseguido triunfos de febrero a octubre y ante enormes rivales. ¿En qué lugar histórico colocamos una temporada con un Tour, una Tirreno, dos monumentos y una medalla olímpica? ¿Cómo juzgar una actuación así justo en plena "edad de oro" del ciclismo mundial? De entrada, a uno se le viene a la mente la exhibición del irlandés Stephen Roche en 1987, cuando ganó Giro, Tour y Mundial de forma consecutiva. Solo el ubicuo Eddy Merckx lo había conseguido antes: en 1974. La hazaña habla por sí sola.

¿Es el año de Pogacar mejor que el de Roche? No lo sé, sinceramente. Por ahí se andan. Roche no se pasó ocho meses compitiendo al más alto nivel. Desde 1979, cuando lo consiguió Bernard Hinault, nadie había conseguido ganar el Tour y el Lombardía. Antes, solo lo habían hecho Merckx y Coppi. Desde 1972, nadie había ganado el Tour y dos "monumentos". Lo hizo Merckx, claro. Antes, solo Coppi, en 1949. Hinault lo rozó en 1980, pero tuvo que retirarse del Tour cuando iba de amarillo por molestias en una rodilla. Hablamos, como ven, de una compañía ilustrísima.

Si la temporada de Pogacar solo puede compararse en los últimos 35 años con la de Roche en 1987, ¿qué hacemos con los dos dobletes Giro-Tour consecutivos de Miguel Induráin en 1992 y 1993? Valorarlos como dos auténticas monstruosidades y no quitarles ni un ápice de valor. Solo que, en mi opinión, esas dos temporadas de Miguel están por debajo de esta de Pogacar. ¿Por qué? Porque Induráin, en 1992, solo añadió a su palmarés la Volta a Cataluña... y en 1993, la Clásica a los Puertos y la Vuelta a Castilla y León. Era otro ciclismo y otro calendario. Es cierto que 1993 pudo ser enorme para Miguelón de haber conseguido el Campeonato del Mundo que tan esquivo le fue a lo largo de su carrera. Fue plata, solo por detrás de Lance Armstrong.

Si lo que ha hecho Pogacar este año nos remite exclusivamente a dos monstruos del ciclismo como Merckx y Coppi, el doblete Giro-Tour incluye a otros corredores de menor nivel como el citado Stephen Roche o incluso Marco Pantani, el último en conseguirlo en 1998. Los otros cuatro en lograrlo son los cuatro de siempre: Coppi, Anquetil, Merckx e Hinault. En otras palabras, es algo complicadísimo y de un mérito descomunal, pero si miramos el rendimiento de un año entero, ganar dos carreras, por complicadas que sean, no eclipsan la exhibición de Pogacar de 2021. Algo que será muy difícil de volver a ver, aunque con su edad, nunca se sabe.

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