En la era de Simone Biles la plata puede valer oro

Por Dan Wetzel

En 2016, justo antes de la final de suelo de los Juegos Olímpicos de Río, la gimnasta estadounidense Laurie Hernandez se dirigió a su compañera de equipo, Aly Raisman, y le explicó lo que estaba en juego.

“Si ganas la plata, eres la mejor”, dijo Hernández. “Porque Simone no cuenta”.

Raisman se rio y se mostró de acuerdo. Las medallas de oro olímpicas las logran los mejores del mundo, pero las actuaciones de Simone Biles habitualmente no son de este mundo. A veces, por tu propio bien, solo hay que aceptar que lo segunda mejor es realmente lo mejor.

Simone Biles muestra una de las cuatro medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de Río 2016. (Foto: Alex Livesey / Getty Images).
Simone Biles muestra una de las cuatro medallas de oro que ganó en los Juegos Olímpicos de Río 2016. (Foto: Alex Livesey / Getty Images).

“Simplemente no consideramos que estemos compitiendo contra ella”, dijo Raisman. “Es como si estuviera a otro nivel”.

Biles llegó al Centro de Gimnasia de Ariake el miércoles para el podium training, el entrenamiento oficial previo a los Juegos Olímpicos, a un nivel mayor incluso que los anteriores Juegos Olímpicos.

El grado esperado de dificultad de sus ejercicios la hace virtualmente invencible en la mayoría de los aparatos, incluso si fallara. Y rara vez falla.

La gimnasta de 23 años es favorita para ganar cinco medallas de oro en Tokio: concurso individual, suelo, barra de equilibrio y salto, además de poder liderar a Estados Unidos al título por equipos. Solo en las asimétricas tendrá que luchar por conseguir una medalla.

Este es el show de Simone Biles. Nadie lo discute.

Esto deja a Sunisa Lee, de 18 años y de St. Paul, Minnesota, haciendo el papel de Raisman, la gimnasta que en otras circunstancias hubiera sido la estrella de esta competición.

En cualquier otra época, Sunisa Lee sería la gran favorita para ganar el oro en el concurso completo de gimnasia artística. (Foto: Jeff Roberson / AP).
En cualquier otra época, Sunisa Lee sería la gran favorita para ganar el oro en el concurso completo de gimnasia artística. (Foto: Jeff Roberson / AP).

Lee es la favorita para llevarse la plata en el concurso individual, lo que la coronaría como la segunda mejor, y la mejor de las que no se llaman Simone Biles, del mundo. También está entre las candidatas a ganar el oro en las asimétricas, aparato del que es dos veces campeona de Estados Unidos. Lee superó a Biles en el concurso general durante el segundo día de las pruebas del equipo estadounidense en junio, debido en buena parte a dos caídas de Simone.

No es probable que vuelva a ocurrir aquí, pero Lee esperará por otro extraño logro.

“Creo que aquello me da mucha confianza”, dice Lee. “Sé que probablemente no volverá a suceder, pero entonces me emocioné mucho”.

En Tokio, en el podium training, parecía preparada mientras casi todos los ojos estaban puestos en Biles. A pesar de que el gimnasio se encontraba casi vacío, provocando que la sesión fuera algo discreta, Biles provocó varios “oohhs” y “ahhhs” de admiración entre entrenadores rivales, gimnastas, jueces e incluso trabajadores del estadio. Lee podía entrenar lejos de los focos.

Su carrera en la gimnasia comenzó a los 6 años cuando se inscribió en una clase en el Midwest Training Center, cerca de su casa de St. Paul. Inmediatamente llamó la atención.

“Tan pronto como llegó al gimnasio, era bastante evidente que tenía algo especial”, cuenta Jeff Graba, fundador junto con su hermano del gimnasio y actual entrenador de la Universidad de Auburn, a la que Lee asistirá y con la que competirá a partir de otoño. “En nuestro deporte se nota. Relación fuerza-peso. Flexibilidad. Tenía todo el conjunto”.

La única duda era sobre las cosas que no se pueden medir. La gimnasia es un deporte implacable. Entrenamientos infinitos, lesiones, atención a los detalles, pequeñas mejoras, contratiempos… No es un lugar para los débiles de corazón.

Ella tiene corazón. Mucho.

Lee forma parte de una familia estadounidense de cinco hermanos de origen Hmong. Los Hmongs son un grupo étnico del sudeste asiático que luchó junto a Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Cuando esa guerra se perdió, no tenían tierra ni nación a la que llamar hogar.

Muchos huyeron a Tailandia como refugiados antes de emigrar a Estados Unidos. Aquí han tratado de construir sus vidas en un país por el que alguna vez lucharon, solo intentando ser aceptados y reconocidos.

La mayoría de la población se encuentra en las ciudades gemelas de St. Paul y Mineápolis. Décadas después de su llegada a Estados Unidos, los Hmongs continúan sin ser aceptados y a menudo sufren discriminación.

“La gente nos odia sin razón”, declaró Lee a la revista ‘Elle’ a principios de este año. “Sería genial demostrar que somos mejor de lo que dicen. No sé cómo explicarlo”.

Esta es una oportunidad para representar a Estados Unidos y a los Hmong y conseguir que sus historias entrelazadas se difundan a través de los medios de comunicación, particularmente en la NBC, donde esperan que la gimnasia obtenga grandes índices de audiencia. Al final de estos Juegos Olímpicos, puede que sea la atleta Hmong más famosa de la historia.

O como el padre de Lee, John, le dijo a ‘Elle’: “Sería el mayor logro de cualquier persona Hmong en los Estados Unidos. Pasará a la historia”.

Así que por corazón no hay problema.

“Con cualquier gimnasta joven, lo que te preguntas es: ‘¿estará dispuesta a trabajar duro?’”, explica Graba. “¿Será aplicada? ¿Se concentrará? ¿Tendrá esa ética de trabajo?”.

“Lo tenía, naturalmente”, continúa Graba. “Ella justo lo tiene. Y luego están los intangibles. Ella siempre ha sido intrépida y extremadamente valiente en su gimnasia. Su espíritu competitivo es insuperable”.

Todo eso la ha llevado hasta Tokio, donde compensará con su habilidad el no ser el centro de atención de los medios.

Si no existiera Simone, una de las historias más importantes de este evento sería la batalla por el oro entre Lee y un par de rusas: Angeline Melnikova, plata en el Campeonato Mundial de 2019, y Viktoria Listunova, campeona de Europa en 2021.

Sin embargo, la historia será reconocer el mérito de Lee por enorgullecer a su comunidad y a su país y, sin conceder nada, comprender la lección que la gran Aly Raisman aprendió la última vez.

En la era de Simone Biles, la plata puede ser oro.

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