Sujetos encapuchados atacan a balazos a un inmigrante asiático en California
Cámaras de seguridad captaron el momento en que dos encapuchados asaltaron una tienda en California y atacaron a balazos al dueño, un inmigrante asiático.
El conteo espermático ha estado disminuyendo; los niños desarrollan más anomalías genitales; más niñas tienen pubertad precoz; y las mujeres adultas parecen sufrir una disminución en la calidad de sus óvulos y más abortos. Y esto no solo está pasando entre los humanos.
Bogotá, 26 feb (EFE).- Colombia recibirá el próximo lunes 117.000 vacunas de Pfizer que hacen parte del Fondo de Acceso Global para Vacunas contra la covid-19 (Covax), y se convertirá en el primer país de América en recibir dosis de ese mecanismo, anunció este viernes el presidente Iván Duque.
México ya está cerca de llegar a las 2 millones de personas vacunadas contra SARS Cov-2
Tenemos vacunas y funcionan, pero no es la única buena noticia tras casi un año de haberse declarado la pandemia de coronavirus.
Quito, 26 feb (EFE).- El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador redujo a apenas 31 las actas para el proceso de recuento de votos que había solicitado el candidato presidencial indígena Yaku Pérez, quien sospecha un supuesto "fraude electoral" en su contra y reclama su paso al balotaje del 11 de abril.
WASHINGTON, 26 feb (Reuters) - Un grupo bipartidista de ocho gobernadores de estados con industria automovilística de Estados Unidos instó el viernes al presidente demócrata, Joe Biden, a presionar a las empresas de semiconductores para que hagan frente a la escasez mundial de chips para automóviles que ha reducido la producción. Los gobernadores de Michigan, Indiana, Ohio, Kentucky, Kansas, Carolina del Sur, Alabama y Misuri pidieron a Biden en una carta que se una a los gobiernos extranjeros para instar a las empresas de semiconductores y placas a que amplíen su producción y "reasignen temporalmente una modesta parte de su fabricación actual a la producción de placas para automóviles".
El desarrollo de vacunas para combatir el coronavirus ilusionó a la región, golpeada con especial dureza por la pandemia. Después surgieron los problemas.
Análisis: la confabulación conservadora anual está preparada para ser una juerga de cuatro días de negación de las elecciones de 2020, escribe el corresponsal político estadounidense Griffin Connolly
Managua, 24 feb (EFE).- El periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro denunció este jueves la confiscación del edificio donde funcionaban un grupo de medios que él dirige y son críticos al Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega.
Washington, 25 feb (EFE News).- El presidente, Joe Biden, celebró este jueves que el país haya administrado 50 millones de dosis de las vacunas contra la covid-19 en las cinco semanas que han pasado desde que él llegó a la Casa Blanca, para un total de 66,4 millones.
La posición del juez Gustavo Hornos como presidente de la Cámara de Casación Penal, el máximo tribunal penal del país por debajo de la Corte, se torna cada días más frágil desde que fue denunciado por visitar a Mauricio Macri cuando era presidente en la Casa Rosada.
Es decir, esta variante es súper agresiva y no pierde oportunidad para dividirse. Pero al final, juntos destruyen todo. También debes ver: ¡Más dramático que Neymar!: futbolista fingió recibir una pedrada para engañar al árbitro #LordDeudor: David Faitelson apostó su casa por el América, perdió, y ahora no quiere pagar VIDEO | Intentan asaltar a comensal en restaurante de CDMX y él respondió con disparos
CIUDAD DE MÉXICO, febrero 25 (EL UNIVERSAL).- Un helicóptero Black Hawk realizó disparos para disuadir a presuntos integrantes del CJNG durante un enfrentamiento en Tepalcatepec. El video circula en redes. Video: Agencia EL UNIVERSAL
Es una herejía comparar a Néstor Kirchner con San Martín - El editorial de Alfredo LeucoAlfredo Leuco, en LN+
SANTIAGO, 26 feb (Reuters) - La producción de cobre en Chile, mayor productor mundial del metal, cayó un 0,6% interanual en enero debido a un menor procesamiento de una importante empresa, dijo el viernes el gobierno. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que el país sumó 464.
La ministra argentina de Salud, Carla Vizzotti, dio positivo de covid-19, informó la propia funcionaria a través de un tuit este viernes.
Un documental recientemente estrenado en EE.UU. indaga en el tema de las acusaciones de abuso sexual vertidas por Dylan Farrow, hija adoptiva de Woody Allen, contra su padre. Es un capítulo más en la beligerante relación entre el cineasta y la actriz Mia Farrow.
BOGOTÁ, 25 feb (Reuters) - Colombia extenderá la emergencia sanitaria para contener la propagación del coronavirus hasta el 31 de mayo, dijo el jueves el presidente Iván Duque, quien anunció una compra adicional de cinco millones de dosis de vacunas de la farmacéutica china Sinovac Biotech para incrementar el plan de inmunización. La medida de emergencia sanitaria vencía el 28 de febrero.
A algunos tejanos se les cobraron hasta $17.000 por su uso de electricidad la semana pasada, periodo en el que incluso no tuvieron el servicio
Los padres han sufrido durante esta pandemia; en especial, las mamás. Lo sabemos gracias a las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales, a las encuestas y a los estudios que han sobrevivido al escrutinio arbitrado. Los niveles de depresión y ansiedad materna pueden variar (de acuerdo con el nivel socioeconómico, el estado civil, así como las edades y las necesidades de sus hijos), pero al parecer el hecho constante es que son niveles elevados. ¿Por qué? Las madres han perdido de manera desproporcionada sus empleos y su seguridad económica durante esta pandemia y las cargas de la vida familiar recaen de forma desproporcionada sobre las que sí trabajan. El Estado les ha fallado rotundamente. No obstante, me pregunto lo siguiente, y no lo hago en vano, puesto que soy autora de un libro sobre la paternidad y madre de un adolescente: ¿por qué tantas madres que conozco sienten que son un fracaso en este momento? Es evidente que los problemas con los que lidiamos no son obra nuestra. Nosotras no soltamos una enfermedad zoonótica nueva en una población humana indefensa de miles de millones de personas. No cerramos nuestras escuelas ni pusimos fin a las citas de juego ni suspendimos la socialización de los adultos tal y como la conocíamos. No creamos una recesión mundial. Entonces, ¿por qué estamos tan ocupadas culpándonos de las consecuencias inevitablemente complicadas del caos histórico? ¿Puede explicarse tan solo por la propensión de las madres a la autorrecriminación casual? Tal vez en parte, pero también tengo una humilde hipótesis: esta pandemia ha provocado (no en todos los casos, pero sí en muchos) que nos sintamos más inseguras acerca de aspectos de nuestra forma de criar que de por sí nos provocaban inseguridad. Por ejemplo, tomemos el nada insignificante asunto de nuestro temperamento. Hace más de 20 años, Ellen Galinsky, presidenta del Families and Work Institute, tuvo la idea de encuestar a más de mil niños, cuyas edades oscilaban entre los 8 y los 18 años, acerca de cuál era su visión respecto a sus padres trabajadores. Los resultados fueron muy alentadores, en realidad, desde el punto de vista de una madre trabajadora agobiada por la culpa: solo el diez por ciento de los niños deseaba que sus madres tuvieran más tiempo para ellos. No obstante, ¿cuál fue el único aspecto en el que las madres tenían mucho margen de mejora? ¿En qué aspecto sacamos la peor nota? El control del mal genio. Solo el 28 por ciento de nosotras obtuvo un sobresaliente y el 41 por ciento recibió un suficiente o no aprobado. Muchas de nosotras gritamos mucho más de lo que les gustaría a nuestros hijos, incluso en las mejores circunstancias. Nosotros también lo sabemos, muy en el fondo. Como dijo la novelista Fay Weldon a The Independent en 1991: “Solo cuando tienes hijos te das cuenta de que no eres una persona agradable en absoluto”. En este momento nos encontramos en medio de una crisis global que parece diseñada a la perfección para hacernos más malas. Estamos encerrados. Estamos aislados y, como escribí a finales de la primavera pasada, no logramos encontrar la fluidez (mientras trabajamos, cuidamos, cocinamos, limpiamos o incluso vemos repeticiones de programas de televisión de mala calidad) porque las exigencias de los hijos, la casa, el trabajo (si tenemos la suerte de seguir teniendo uno) chocan entre sí y subdividen nuestros días en intervalos de actividades de dos minutos antes de cambiar a otra cosa. Todo son interrupciones, todo el tiempo. Esta disposición garantiza la presencia de mechas cortas y eso es exactamente lo que escuchamos cuando la pandemia llega a su primer aniversario: las madres están perdiendo la cabeza. ¿Acaso no es lógico, dado el aumento de nuestros niveles de angustia, que parte de eso se manifieste en forma de gritos? Como me escribió una madre de niños pequeños: “Nunca he sido una persona paciente, pero este año he gritado o regañado a mis hijos con una frecuencia que me ha sorprendido y asustado (directo a terapia psicológica)”. En diciembre, The New York Times abrió una línea telefónica para que las madres pudieran desahogar su furia en privado. “Llamaron cientos de personas”, afirmó en una entrevista reciente Jessica Grose, columnista del Times especializada en paternidad. “Muchas de ellas lo hicieron gritando, con gritos guturales y muchos improperios”. Es algo retorcido. La pandemia ha agudizado algo que ya era motivo de vergüenza para muchas de nosotras. La falta de autorregulación no es lo único que he escuchado recientemente. Si conversas con una muestra amplia de madres, una buena parte te dirá que están convencidas de que no hacen lo suficiente por sus hijos. Sí, sí, sí, saben, en algún nivel abstracto, que nuestro gobierno no ha hecho su trabajo y así ha sido durante años. Nuestras escuelas públicas están mal financiadas, mal ventiladas y sobrecargadas de obstáculos burocráticos, lo que significa que muchas de ellas no han podido estar a la altura del reto del aprendizaje sostenido y presencial; nunca hemos tenido guarderías asequibles en Estados Unidos y desde luego no las tenemos ahora. No obstante, eso no impide que las madres se reprochen a sí mismas, por no estar al tanto del plan de estudios a distancia; por no reprender a los hijos lo suficiente por sus tareas; por delegarle el cuidado de los niños a la computadora, a pesar de que es ahí donde la mayoría de estos niños ve a sus amigos hoy en día… divagando en la bruma del ciberespacio. En general, se culpan a sí mismas por no encontrar maneras interesantes de hacer que este tiempo sin precedentes tenga sentido. Una madre de dos adolescentes me escribió lo siguiente: Todo esto está remodelando la vida y la visión del mundo de mis hijos y no estoy haciendo mucho para ayudar con esa remodelación. No tenemos nuevas tradiciones familiares. No estamos haciendo voluntariado. No hemos ampliado nuestra comunidad. Vemos mucha más televisión y con frecuencia lo hacemos solos. Nos peleamos por rompecabezas y juegos de mesa y nuestra familia extendida odia Zoom. Sin embargo, una vez más, no puedo evitar notar que nos preocupamos por las mismas cosas que nos hacían sentir incompetentes antes de que comenzara la pandemia. En el estudio de Galinsky, a los alumnos de séptimo a duodécimo grado se les hicieron preguntas ligeramente diferentes sobre sus padres que a los niños más pequeños. Las madres seguimos obteniendo la peor puntuación en el control de nuestro temperamento, pero obtuvimos casi la misma puntuación en “saber lo que está pasando en realidad” en la vida de nuestros hijos (el 35 por ciento de nosotras obtuvo un sobresaliente) y en “establecer rutinas y tradiciones familiares” (el 38 por ciento). Al parecer, muchas de nosotras nacimos con una paciencia limitada y una imaginación promedio para divertirnos en familia. (Me incluyo. Mi idea de variedad pandémica consiste en encontrar películas de Paul Rudd cada vez más oscuras); sin embargo, aquí estamos, enfrentándonos a una catástrofe de categoría 5 que nos obliga a echar mano de los escasos recursos de la familia nuclear y de nuestros cerebros sumamente ordinarios (y a estas alturas sobredimensionados) para idear formas de afrontarla. Es difícil saber cómo consolarnos en este momento, pero, en lo personal, lo que me ha parecido de mayor utilidad es lo siguiente. Con respecto a nuestra falta de autorregulación: como le gusta decir a Galinsky, es imposible crecer sin conflicto. Si sentimos que tenemos más momentos de tensión y enfado estos días, eso significa que también hay más oportunidades de reparación. En cuanto a nuestra supuesta falta de compromiso: tenemos que recordar que la familia nuclear nunca nunca ha sido suficiente para criar a los niños. Incluso en 1962, una época de apogeo de las madres y las tartas de manzana en la vida estadounidense, nada menos que Benjamin Spock escribió: La mujer que se fastidia ante la monotonía de la crianza de los hijos (y supongo que a la mayoría de las madres les sucede en ocasiones) en realidad recibe un ataque desde dos frentes: la separación de la compañía adulta y el estar enfrascada en las continuas exigencias de los hijos. No creo que la naturaleza haya querido que esa relación fuera tan exclusiva. “Somos tan individualistas que nos consideramos responsables de nuestros éxitos y fracasos”, me comentó Galinsky cuando la localicé la semana pasada vía telefónica. “Mientras que yo he visto cómo el sistema de cuidado de los niños se tambalea al borde del colapso, he visto cómo las escuelas avanzan y retroceden respecto a lo que es seguro. ¡No deben esperar que seamos maestras! No lo somos. Los profesores son profesores y ahora podemos apreciar cuán buenos son los buenos”. En efecto. “En una situación positiva, añadió, podemos ser los padres que queremos ser. En las negativas es mucho más difícil”. ¿Pero qué fue lo más tranquilizador que me dijo Galinsky? Que los padres y los hijos rara vez ven las situaciones de la misma manera. Eso es lo que le han enseñado años de investigación. “Nos juzgamos con base en las cosas grandes”, dijo. “Pero son las cosas sencillas (como dar un paseo) las que marcan la diferencia para un niño. Para un niño, las cosas pequeñas son las importantes”. Antes de la pandemia, Galinsky, quien ahora también es directora científica de la Bezos Family Foundation, empezó a recopilar información para un libro nuevo y, cuando el coronavirus empezó a azotar Estados Unidos, decidió hacer otra ronda. Su hallazgo más interesante, desde mi punto de vista, fue el siguiente: los niños se sentían más apoyados por sus padres en su segunda ronda de investigación, no menos. Nuestros errores y deslices pueden ser para nosotros lo que los granitos son para un adolescente: no son tan terribles como parecen. Si lo tenemos en cuenta, podemos ser capaces de darnos un respiro y cruzar la línea de meta, quizás incluso con cierta dignidad intacta. This article originally appeared in The New York Times. © 2021 The New York Times Company