Sueño Georgiano se prepara para destituir a la presidenta proeuropea con una elección interna
Los georgianos entran en un fin de semana decisivo para su democracia mientras se preparan para las elecciones presidenciales de este sábado, en las que no tendrán demasiado que decir.
La modificación de la elección de la figura del presidente en 2017, que provoca que sea elegida por los diputados en lugar de los ciudadanos en unos comicios, conducirá al ascenso de un candidato a gusto del partido gobernante prorruso, Sueño Georgiano, dado que este tiene mayoría parlamentaria tras unas elecciones cuestionadas por presiones a la ciudadanía y manipulación electoral por observadores internacionales.
Las elecciones presidenciales de 2018 fueron las últimas en las que el jefe de Estado fue elegido directamente por el pueblo. Salomé Zourabichvili, cuya candidatura contaba con el apoyo del partido gobernante en ese momento, ganó esas elecciones. Sin embargo, desde entonces la relación entre esta presidenta proeuropea y Sueño Georgiano se ha deteriorado.
Está por ver qué ocurrirá tras la designación de un nuevo presidente por parte del Gobierno, y si Zourabichvili se aferrará a su cargo alegando las presuntas manipulaciones en las elecciones parlamentarias previas.
El jefe de Estado será elegido por 300 personas: 150 representantes del Parlamento recién elegido y 150 políticos regionales. Dado que Sueño Georgiano tiene una mayoría parlamentaria como una influencia considerable en las regiones del país, los candidatos de la oposición no tienen ninguna posibilidad de ganar.
Los georgianos proeuropeos entran en su tercera semana de protestas
Las protestas antigubernamentales en Tiflis, la capital, continúan sin cesar. Los manifestantes han estado exigiendo nuevas elecciones y coreando consignas antirrusas, expresando su descontento con la reciente postura del gobierno sobre las negociaciones de la UE.
Las manifestaciones comenzaron hace dos semanas cuando el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, anunció que su gobierno paralizaría las negociaciones para unirse a la UE hasta 2028. Este retraso enfureció a muchos ciudadanos ya descontentos por las presuntas manipulaciones electorales y el acercamiento de Sueño Georgiano a posiciones del Kremlin.
Estos sentimientos son radicalmente diferentes en la región de Gori, cerca de la frontera con la república separatista de Osetia del Sur ocupada por Rusia. Los residentes allí, todavía atormentados por los recuerdos de la guerra de 1991-1992 y la invasión rusa de 2008, tienden a apoyar a Moscú.
Las tropas rusas están empujando su frente bélico en Osetia del Sur hacia el territorio georgiano controlado por el Gobierno, aunque la guerra en Ucrania mantiene los recursos del Kremlin al límite, como ha demostrado la caída de Al Assad en Siria.