Sudáfrica mantiene en prisión preventiva a un importante fugitivo del genocidio de Ruanda

Johannesburgo, 2 jun (EFE).- Uno de los fugitivos más buscados por el genocidio de Ruanda de 1994, el exinspector de policía ruandés Fulgence Kayishema, compareció hoy ante un tribunal de Sudáfrica, donde fue arrestado el pasado 24 de mayo, y quedó en prisión preventiva hasta la próxima semana.

Kayishema se personó en una breve audiencia ante el Tribunal de Magistrados de Ciudad de Cabo (suroeste), donde la Fiscalía pidió tiempo adicional para formular más cargos contra él.

De momento, el fugitivo, detenido la pasada semana en un granja de Paarl, a unos sesenta kilómetros de Ciudad del Cabo, está acusado de delitos de fraude y violación de las leyes de inmigración sudafricanas.

El presunto colaborador del genocidio de Ruanda quiere solicitar la libertad bajo fianza, pero tendrá que esperar a que la Fiscalía termine de presentar cargos.

El pasado 26 de mayo, el fiscal sudafricano Nathan Adriaanse señaló que las acusaciones contra Kayishema están "centradas en una masacre de más de 2.000 personas que ocurrió en Ruanda en 1994", si bien también afronta cargos según las legislación de Sudáfrica.

La corte ordenó que el ciudadano ruandés permanezca en prisión preventiva hasta al menos el próximo día 9, cuando comparecerá de nuevo.

Según informó el pasado 26 de mayo la Oficina del Fiscal del Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales (IRMCT, en sus siglas en inglés), fue arrestado durante una operación conjunta de efectivos de ese organismo y las autoridades sudafricanas.

De acuerdo con la Fiscalía del IRMCT, el detenido, prófugo desde 2001, "participó directamente en la panificción y ejecución" del "asesinato de aproximadamente 2.000 refugiados tutsis (mujeres, hombres, niños y ancianos) en la iglesia católica de Nyange (oeste ruandés) durante el genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda".

El genocidio empezó el 7 de abril de 1994 tras el asesinato el día anterior de los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana (hutu), y Burundi, Cyprien Ntaryamira (hutu), cuando el avión en el que viajaban fue derribado sobre Kigali.

La matanza que siguió -el Gobierno ruandés acusó del magnicidio a los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés (RPF, en inglés), contra los que libraba una guerra desde 1990- causó la muerte de al menos 800.000 tutsis y hutus moderados en poco más de tres meses.

Fue una de las peores matanzas étnicas de la historia reciente de la humanidad.

(c) Agencia EFE