Spike Lee y el campo de batalla de la historia estadounidense

El director Spike Lee cerca de su casa en Nueva York, el 14 de mayo de 2020. (Andre D. Wagner/The New York Times)
El director Spike Lee cerca de su casa en Nueva York, el 14 de mayo de 2020. (Andre D. Wagner/The New York Times)
El director Spike Lee cerca de su casa en Nueva York, el 14 de mayo de 2020. (Andre D. Wagner/The New York Times)
El director Spike Lee cerca de su casa en Nueva York, el 14 de mayo de 2020. (Andre D. Wagner/The New York Times)

Usar Zoom con Spike Lee es algo gracioso. Está lejos, confinado dentro de una caja que está adentro de otra caja en la pantalla de la computadora pero, de alguna manera, está muy presente.

Quizá es su apariencia —la gorra y los lentes— o quizá es la manera en que te mira. Lee ha estado mirando fijamente las cámaras durante más de 30 años. Pensemos en sus personajes más famosos —Mars Blackmon, de su película “She’s Gotta Have It” (1986) y una serie de comerciales de Nike con Michael Jordan; o Mookie de “Do the Right Thing”— que enfrentan la cámara directamente. Esa es la postura preferida de Lee: impávido, evidente, ojo con ojo. Y funciona. Incluso en una videollamada, el hombre es inconfundible.

Se ha estado aislando en su casa de Manhattan desde marzo, cuando la pandemia del coronavirus cerró gran parte de la ciudad de Nueva York. Su único contacto regular con el mundo exterior ocurre gracias a su bicicleta —un regalo, con un trabajo personalizado de pintura color naranja y azul en honor a sus amados Knicks de Nueva York— en la que recorre de cinco a ocho kilómetros cada mañana, usando un cubrebocas y un casco. De noche, cena con su esposa, Tonya, y sus dos hijos, Satchel y Jackson, justo cuando los vecinos comienzan a vitorear y a hacer ruido con sartenes y ollas como parte de los tributos que se organizan en toda la ciudad para los trabajadores del sector médico.

Como un hombre afroestadounidense de 63 años, Lee forma parte del grupo de alto riesgo de muerte por el virus. ¿Tiene miedo? “¡Claro que tengo miedo!”, dijo, sentado en un sofá debajo de un póster clásico de gran formato del filme biográfico de 1950 “The Jackie Robinson Story”. “¡Por eso no salgo de mi casa!”.

Lee está en un momento extraño y singular de su carrera. Ha pasado casi cuatro décadas y más de 30 películas analizando el transcurso escarpado y brutal de la historia. Ahora, en medio de una calamidad global y con una nueva película, “Da 5 Bloods”, que vuelve a la guerra de Vietnam, es su testigo una vez más: es mayor, más contemplativo y tan insaciable como nunca, a pesar de un legado tan sólido como pocos en el cine estadounidense.

“La mañana después de que gané el Oscar, me subí a un avión y fui a Tailandia”, dijo, refiriéndose a una locación de filmación para “Da 5 Bloods”, que se estrenará el 12 de junio en Netflix. Tonya llevó el premio a casa —su primera victoria competitiva en los premios Oscar en la categoría de mejor guion adaptado por “BlacKkKlansman” (2018)— donde ahora se encuentra en su biblioteca, al lado del Oscar honorario que recibió en 2015. “Regresé directamente al trabajo”.

Está muy consciente de que muchas personas no pueden darse el lujo del aislamiento. En la gran mayoría de sus películas aparecen personajes de la clase trabajadora como con los que creció en Brooklyn —repartidores de pizza, profesores y peluqueros negros— quienes, según ha dicho, tienen tanto derecho a la empatía y la valorización como cualquier otra persona. Además, ha visto cómo arriesgan su vida en beneficio del resto de nosotros.

“Las personas que están haciendo el trabajo sucio —los empleados de las tiendas de abarrotes, las bodegas, los mensajeros— no pueden permitirse quedarse en casa”, comentó. “Están poniendo en peligro sus vidas a diario solo para ir a trabajar. Mi esperanza es que quienes han menospreciado e ignorado a esas personas cambien su mentalidad porque se trata de gente que mantuvo el sistema a flote”.

Como su propio tributo a los trabajadores esenciales de Nueva York, Lee hizo un cortometraje: “New York, New York”, que se estrenó en CNN este mes. Filmado a lo largo de un mes y usando la icónica balada homónima de Frank Sinatra como su banda sonora, el filme captura los puntos de referencia inquietantemente vacíos de la ciudad. Pero termina con un tono optimista: los trabajadores de los hospitales que llegan a trabajar con su equipo de protección personal como si se trata de una carga de caballería.

“Habrá historias geniales sobre esta época —novelas, música, documentales, poemas, películas, series de televisión—, ¡y será una industria casera!”, dijo. “Ojalá que la gente cuente la verdad. Hay muchos héroes de verdad. Tan solo hay que contar la verdad, y será cautivadora”, continuó.

Si los trabajadores de primera línea son los héroes de esta historia, para Lee queda claro quién es el villano. El director, antagonista franco de Donald Trump desde la década de 1980, lamentó la “patética falta de liderazgo” del presidente, y destacó sus comentarios públicos, que han sido criticados de manera generalizada, acerca de tratamientos descabellados para el virus.

“¿Decirle a la gente que use luz ultravioleta? ¿Beber lejía y no sé qué más?”, dijo Lee riendo. Entrecerró los ojos, como si aún no pudiera creerlo. “La gente terminará en el hospital porque se creerán” esas cosas, comentó. “¡Que se vaya al Diablo con eso!”.

Trump es un personaje importante en “Da 5 Bloods”, un cuento de aventura y acción acerca de cuatro veteranos negros que regresan a Vietnam más de 40 años después de la guerra. Paul, el protagonista, es interpretado por Delroy Lindo, antiguo colaborador de Lee, es simpatizante declarado de Trump y pasa gran parte del filme usando una gorra roja con el mensaje “Hagamos que Estados Unidos sea grandioso de nuevo”.

Aunque la franca defensa que Paul hace del presidente quizá sea sorprendente para algunos, Lee tiene un largo historial de representación de personajes negros complejos sin censura. Las encuestas de salida muestran que, aunque la gran mayoría de los electores negros apoyaron a Hillary Clinton en la elección presidencial de 2016, un trece por ciento de los hombres afroestadounidenses apoyaron a Trump.

“Mi madre me enseñó a una edad temprana que la gente negra no es un grupo monolítico”, dijo Lee. “Con el fin de volver dramática la historia, me pregunté: ‘¿Qué sería lo más extremo que podemos hacer con uno de los personajes?’”.

“Para mí fue un problema al principio”, admitió Lindo, quien dijo que Trump se opone a todo en lo que cree. “Traté de convencer a Spike de no hacerlo así: ‘¿Podemos hacer que simplemente sea conservador?’. Pero creo que hay algunas personas negras que están tan insatisfechas, debido a una enajenación muy real, que están dispuestas a creer que alguien como Trump podría ayudarlas”.

Los cuatro veteranos de la película —interpretados por Lindo, Clarke Peters, Isiah Whitlock Jr. y Norm Lewis— de manera afectuosa se refieren los unos a los otros como “bloods”, un término utilizado por sus contrapartes de la vida real en la guerra. En una historia que le rinde homenaje a “The Treasure of the Sierra Madre” (1948), “The Bridge on the River Kwai” (1957) y “Apocalypse Now” (1979), estos hombres tienen la misión de recuperar el cuerpo de su exlíder de escuadrón, Stormin’ Norman (Chadwick Boseman), que, no por casualidad, está sepultado cerca de un tesoro secreto.

El drama que se desarrolla a continuación —entre los hombres, y entre el grupo y sus rivales vietnamitas de la actualidad— es una parábola moderna acerca de las depravaciones perdurables de la guerra y las falsas promesas del individualismo estadounidense.

“Todos nosotros, y la humanidad como un todo, debemos aprender a pensar en otras cosas además de nosotros mismos”, comentó Lee. “Si la pandemia nos ha enseñado algo es que debemos apoyarnos. No podemos regresar a lo que estábamos haciendo a.c., antes del coronavirus, con una gran desigualdad entre los pobres y los ricos”.

Lee, nacido en 1957 en Atlanta, es el mayor de seis hermanos y creció viendo reportajes noticiosos sobre la guerra de Vietnam en televisión. Sus recuerdos más indelebles son de sus héroes que denunciaban conflictos, entre ellos Martin Luther King Jr. y Muhammad Ali, a quien le arrebataron su título mundial de boxeo de peso pesado por rehusarse a formar parte de las fuerzas armadas.

El filme incorpora imágenes documentales de ambos hombres. Un montaje inicial también tiene videos de Angela Davis, Malcolm X y Kwame Ture, cuyo movimiento ascendente de poder negro a finales de la década de 1960 coincidió con los años más contenciosos de la guerra.

La fusión entre la ficción y la historia es un rasgo clásico de Lee. “BlacKkKlansman” terminó con videos de la violencia racista en Charlottesville, Virginia, en 2017, algo que le permitió enfrentar el horror ficticio con el real. Lee usó una técnica similar en el inicio de su filme épico de 1992, “Malcolm X”, que mezclaba la voz de un incendiario Denzel Washington, interpretando al personaje de X, con videos de la golpiza que la policía le propinó a Rodney King.

“Lo que ha sido constante con él es la idea de que el pasado no se queda atrás, sino que tiene una conexión con la actualidad”, dijo Kevin Willmott, quien coescribió “BlacKkKlansman” y “Da 5 Bloods” con Lee. “Me parece que cree que nuestro país se ha visto afectado por películas que tergiversan la historia, y que nosotros, especialmente como minorías, tenemos la responsabilidad de contar la verdad tal como la vemos”.

Con “Da 5 Bloods” Lee vio una oportunidad de explorar un aspecto de la experiencia negra en Vietnam que no se había mostrado en el cine, a pesar de los muchos filmes clásicos que se han creado en torno a la guerra. El guion original, titulado “The Last Tour”, y escrito por Danny Bilson y Paul De Meo, se trataba de soldados blancos. Lee y Whilmott comenzaron a reescribirlo en 2017, después de que el director original, Oliver Stone, salió del proyecto, según reportes.

Ambos estaban particularmente interesados en la psicología de los soldados negros que lucharon por las libertades en el extranjero que les habían negado en su país, un tema que Lee exploró en su película de la Segunda Guerra Mundial “Miracle at St. Anna” (2008). En “Da 5 Bloods”, vemos cómo la disonancia cognitiva se ha refractado con el tiempo, mientras los “bloods”, parte de un porcentaje desproporcionadamente alto de afroestadounidenses que fueron a la guerra, miran su vida en retrospectiva y tratan de evaluar el daño.

“Solo se tenían el uno al otro, y había una verdadera fraternidad y unidad que provino de ahí”, dijo Willmott.

Lee agregó escenas retrospectivas, incluyendo una en la que Stormin’ Norman da un discurso sobre Crispus Attucks, un hombre negro que se convirtió en la primera víctima estadounidense de la guerra de independencia del país. Otra, inspirada en historias reales narradas por veteranos negros, muestra el momento en que los “bloods” se enteran de que Martin Luther King Jr. había sido asesinado.

“Los soldados negros ya no aguantaban más”, dijo Lee. “Estaban a punto de disparar, ¡pero su blanco no era el Viet Cong!”.

Recurriendo al ejemplo de Attucks, quien enfrentó a los soldados británicos en la masacre de Boston, Lee comenzó a pensar en voz alta en la definición de patriotismo.

“Siempre hemos creído en la promesa de lo que podría ser este país; somos muy patrióticos”, comentó. “Pero creo que el patriotismo es enfrentarse a las autoridades. Es patriótico denunciar las injusticias del país. De eso se trata ser un patriota estadounidense”.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company